Trabajadores apuntan a reestructuración "fantasma" en la maderera Losán
un grupo de empleados de la empresa maderera Losán, ha remitido una nota de prensa para que se conozca la situación real de su empresa a dia de hoy. La empresa, con una industrialización fantasma, atraviesa la etapa más crítica de su historia, han resaltado estos trabajadores.
Asovica inaugura exposición en centro comercial Camaretas para sensibilizar sobre salud mental
Caja Rural de Soria inicia las Juntas Preparatorias con encuentros en 15 municipios de la provincia
Mientras trabajadores encadenan hasta casi tres meses de retrasos en la nómina y la actividad industrial se paraliza, la dirección paraliza inversiones que garantizarían la continuidad del Grupo.
La empresa gallega Losán, una de las principales madereras de España, atraviesa la etapa más crítica de su historia.
En medio de un proceso de reestructuración que se extiende ya por más de un año y medio, la falta de transparencia, las decisiones estratégicas cuestionables y el progresivo deterioro interno han llevado a la compañía a una situación límite.
A día de hoy, gran parte de su actividad industrial se encuentra prácticamente paralizada por falta de materia prima y una cadena de impagos que afecta directamente a su plantilla
Fuentes internas consultadas, que han preferido mantener el anonimato, aseguran que en algunos centros se acumulan ya casi tres meses de impagos en las nóminas.
La desinformación es total: apenas unas pocas personas gestionan el proceso de reestructuración sin comunicarse avances ni decisiones al resto del equipo. Los empleados viven en una incertidumbre constante, sin saber qué será de sus puestos de trabajo ni del futuro de la empresa.
El relato que llega desde dentro es demoledor. La mayoría de trabajadores ha permanecido comprometida con la empresa a lo largo de este proceso: aceptando retrasos, siendo flexibles con sus condiciones y confiando en que el objetivo final era sacar la empresa adelante. Sin embargo, en esta última fase, lo que muchos observan no es un intento real por salvar Losán.
La principal prueba de ello, según las fuentes consultadas, es la paralización de la entrada de inversores que, de aceptarse, permitirían estabilizar la situación de forma inmediata.
Esta estrategia choca de lleno con la narrativa oficial del proceso de reestructuración, que según trabajadores y observadores del sector, no ha reestructurado nada. Más bien al contrario: ha erosionado la confianza de los clientes, ha consumido activos clave y ha empujado a la empresa a depender cada vez más de ayudas externas, como las procedentes de la SEPI y de las Comunidades Autónomas de Galicia y Castilla León. Todo ello, sin un plan claro de viabilidad.
La caída de Losán, lejos de ser un accidente empresarial, empieza a perfilarse como el resultado de una gestión fallida. Y mientras tanto, los trabajadores —los que aún resisten— siguen esperando, sin información, sin salario y con la esperanza menguante de que aún quede algo por salvar.