La Jefatura Provincial de Tráfico vigila esta semana las distracciones al volante
La Jefatura Provincial de Tráfico, a través de los agentes del Subsector de Tráfico de la Guardia Civil y de agentes de aquellas policías locales que quieran sumarse, pone en marcha desde hoy lunes una nueva campaña específica de vigilancia que durará hasta el próximo domingo 18 de mayo y que, en esta ocasión, estará centrada en las distracciones al volante.
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Las distracciones al volante son el primer factor concurrente en los siniestros mortales de tráfico.
Desde el 1 de enero 2024 hasta el 30 abril de 2025 se han producido en la provincia 9 accidentes con víctimas mortales, con el resultado de 11 personas fallecidas.
Durante este periodo de tiempo, la conducción distraída o desatendida y/o cansancio o sueño aparece como causa en 6 accidentes mortales, un 66,66 por ciento del total, en los cuales fallecieron 7 personas.
Este tipo de campañas siguen siendo imprescindibles para alertar de los riesgos que implica la conducción distraída o desatenta.
Factores de riesgo
Las distracciones al volante son un factor de riesgo significativo en el tráfico.
La conducción distraída es un fenómeno frecuente que ocurre cuando se desvía la atención de las tareas necesarias para conducir y al mismo tiempo se realizan otras actividades ajenas a la propia conducción, desviando la mirada de la carretera durante algunos segundos.
La naturaleza de la distracción y su tiempo de duración tienen también un impacto directo en el incremento del riesgo de siniestro.
Y, en ese sentido, se ha comprobado que actividades que obligan al conductor a desviar la mirada de la carretera por más tiempo y/o realizar actividades manuales combinadas con actividad cognitiva aumentan significativamente el riesgo de colisión.
El uso de los dispositivos electrónicos, en sus diversas funcionalidades, está reconocido en diversos estudios como una de las distracciones más habituales con severas consecuencias para la conducción atenta, pues es una de las distracciones que origina perturbaciones en casi todas las capacidades necesarias para conducir a la vez: cognitiva, visual, manual, auditiva…
Además, el impacto y el riesgo de colisión varían en función de la naturaleza de la actividad que origina la distracción y su tiempo de su duración, varía también en función del contexto de la circulación y del tráfico en dicho momento y de las propias características del conductor.
En la realidad del tráfico, cuanto mayor es la velocidad del propio vehículo y/o del resto de vehículos, el margen de reacción que tiene el conductor es menor frente a los imprevistos y más conveniente resulta que el conductor se concentre totalmente en las tareas de conducir y evite todo
tipo de distracciones, especialmente, aquellas que suponen apartar la mirada de la vía durante más tiempo, como la manipulación de los mencionados dispositivos electrónicos.
Distracción y velocidad se convierten así en un binomio que aumenta muy significativamente los niveles de riesgo durante la conducción.
El tipo de accidente más frecuente debido a la distracción es la salida de la vía, junto con el choque con el vehículo precedente y/o atropello de peatones.
En ese recorrido fuera del control del conductor, a mayor distancia, mucha mayor probabilidad de chocar contra un obstáculo, contra otro vehículo, o contra un peatón, especialmente, en áreas urbanas.