Pilar Rodrigo Alonso, de Valdemaluque, celebra un siglo de vida
La residencia Santa Cristina, de El Burgo de Osma, ha acogido este viernes la emotiva celebración del centenario de Pilar Rodrigo Alonso, natural de Valdemaluque, quien ha estado acompañada por su familia, amigos y compañeros del centro.
El día ha empezado de manera muy emotiva con un repaso por la vida de Pilar, recordando momentos junto a su familia, su pueblo y sus amigos a través de imágenes llenas de recuerdos.
Después de esta mirada entrañable al pasado, todos han disfrutado de un delicioso almuerzo y de una tarta de cumpleaños, compartiendo risas, abrazos y cariño que han hecho de la celebración un momento muy especial para Pilar.
La Diputación de Soria, representada por el diputado Daniel García, ha querido sumarse al homenaje entregándole a Pilar su partida de nacimiento junto con una placa conmemorativa en reconocimiento a su vida y su arraigo a la provincia de Soria.
También el Ayuntamiento de El Burgo de Osma ha querido felicitarla con un ramo de flores y participando en un gran acto celebrado en la propia residencia.
Una vida marcada por la fortaleza y el compromiso
Nacida en Valdemaluque el 22 de agosto de 1925, Pilar fue la primogénita de Ciriaco Rodrigo y Victorina Alonso.
Pasó su infancia ayudando en las labores del campo, estudiando hasta los 14 años y afrontando las dificultades de la Guerra Civil, en la que su padre, alcalde del pueblo, sufrió detenciones y amenazas por defender la vida de sus vecinos.
En 1946 contrajo matrimonio con Román Miguel, con quien tuvo a su único hijo, José María.
Los primeros años vivieron en Valdemaluque, pero pronto se trasladaron a Berzosa, donde Román ejerció de secretario municipal, impulsando mejoras para la vida del pueblo. Posteriormente fijaron su residencia en Osma y después en El Burgo de Osma, donde Román colaboró en la creación de la actual Residencia Santa Cristina.
Pilar alternó su vida entre Valdemaluque, el cuidado de sus padres y las estancias en Valencia y Marbella, donde acompañaba a su hijo. Viuda desde los 86 años, regresó a su pueblo natal, manteniendo siempre el contacto con sus vecinos, su huerto y sus tertulias de cartas. Tras la pandemia, decidió trasladarse a la Residencia Santa Cristina, donde hoy disfruta de compañía y cuidados.
Un ejemplo de vida
A lo largo de sus cien años, Pilar ha sido testigo de algunos de los episodios más duros y transformadores de la historia de España, siempre afrontados con entereza, trabajo y una enorme capacidad de cariño hacia su familia y vecinos. Su legado es el de una mujer luchadora, profundamente vinculada a su tierra y que sigue siendo un referente de fortaleza y vitalidad.