TRIBUNA / No todo es el Cerro de los Moros
Saturio Hernández de Marco, abogado y secretario de Primera categoría de Administración local, abunda en este artículo de opinión en la inviabilidad del proyecto urbanístico del Cerro de los Moros, que está suscitando una oposición creciente de la sociedad, como otras iniciativas donde el empresariado está obligado también a cumplir la ley.
Seis ingresos hospitalarios por intoxicación alimentaria
Primera reunión de afiliados de Vox en nueva sede
TRIBUNA / No todo es el Cerro de los Moros
Se ha escrito mucho, hemos escrito mucho del Cerro de los Moros, pero entiendo que ha llegado el momento, parece, de decir que no todo es el cerro de los moros, pues si fuera así se estaría olvidando las multitudes de cuestiones que pululan en una ciudad, de los habitantes de la de Soria, como en otras con cuatro veces más.
Evidentemente todo lo escrito sobre el Cerro ha tenido buenas ideas, malas o regulares, siempre desde el posicionamiento de cada articulista, y que haya tenido en el pasado las relaciones que haya tenido, pero evidentemente son esas, no otras, pero las mismas no sirven para argumentar, como ha pasado recientemente, y en tratar de desvirtuar una opinión señalando que el titular de la opinión había hecho o llevado asuntos, que había perdido cuando el que eso decía se había opuesto; dejando aparte esa posible afirmación como real falta a la verdad de modo consciente y voluntario hecha por un claro indocumentado con ánimo de confundir, y atribuyendo a los demás lo que ha intentado o podido hacer el -el que atribuye a los demás- y lo hecho por el que eso decía, como señala la más moderna psicología.
Por eso en relación a los poderes públicos el que haya que apelar a la sensatez a estas alturas, cuando ya los procesos de urbanismo salvaje -se achaca el quehacer a la Administración y no a los obligados, como dice la Ley-, la desolación y abuso parecían haber cumplido su nefasto papel, arruinando media España, y cuando se creía llegado el momento de las ofensivas político-administrativas y empresariales por un desarrollo económico con responsabilidad social y ecológica y en ley.
La empresa interesada debiera, o debería de renunciar urgentemente a sus pretensiones, ya que son ilegítimas. Y debiera prever que las dificultades frente a a las que ya se encuentra anticipan otras aún mayores, el tiempo de ejecución, y que confirma que ese proyecto es inviable.
Sucederá eso por la negativa de la Confederación Hidrográfica del Duero a la explotación de acuífero del Moncayo, -vaquería del Noviercas- limitado y de calidad; y así deberá suceder por el rechazo inevitable a la pavorosa contaminación que promete, e igual que si se edifica en el Cerro.
Esa verborrea de la sostenibilidad, la economía verde y el rollo ecológico, tan manoseada por todas las administraciones hipócritas, y a esos se añade el evitarse unas indemnizaciones a exigir judicialmente que no van a llegar a puerto, y se plasma con un cierto empresariado oportunista y queda en evidencia, una vez más, en el proyecto de Noviercas, o el del Cerro y otros similares, y por eso suscita tan cerrada y activa indignación: un rechazo que va adquiriendo las formas y el estilo de las grandes protestas reivindicativas, y exitosas, que va conocemos en España y también en otros supuestos.
Pero dejando aparte esa reflexión, sí habremos de indicar que lo que se haga por los poderes públicos, en cada aspecto de la variada realidad social, tendrá un aspecto de posibilidad de ejecución y de ejercicio en derecho de un acto, que ha de ser motivado y explícito, y respecto de lo que se decida si hay desacuerdo, la vía es la judicial, o si se quiere esperar más el tiempo para que revierta -no se produce el hecho de la reversión de forma plena- lo hecho que se estime inadecuado.
Ello lleva a la indicación que la realidad social de lo que existe es múltiple; en Soria más.
Se produce una apertura reciente de un nuevo centro hospitalario que es preciso que evolucione lo mejor posible, y eso sólo se consigue y se conseguirá con la colaboración de todos los particulares, y, por supuesto, de las instituciones colaborando en la prestación de servicios. Ah, y ese centro para entrar en funcionamiento, ha tenido que conseguir licencia de apertura o funcionamiento, o las similares en la Comunidad; licencias que a de tener un cierto edificio de gran transcendencia para Soria, capital y provincial, que ha sido construido por el Estado, pero obra de empresa privada que tiene obligación de pagar Impuesto de construcciones y tasa, pues no se extiende la exención del Estado.
La sociedad y los poderes públicos tienen que mejorar el transporte público y el del autotaxi.
Hay que lograr una mejor gestión de los servicios municipales, sean el de agua, saneamiento, canalizaciones, los de recogida de basura y limpieza viaria.
Se deben o se han de incluir cada año en los presupuestos inversiones para ello porque si no, en caso contrario, cada año serán más deficitarios y obsoletos.
Se debe mejorar e incidir en los servicios de atención a personas mayores, con diversidad funcional.
El Ayuntamiento viene obligado a articular y viabilizar la accesibilidad universal y que se ejecute en toda la ciudad, y hacer desaparecer lo mucho que falta de negativo. Y eso debe exigirlo con todo rigor, vetando lo que no cumpla.
Se está de acuerdo con lo escrito por Begoña Izquierdo Negredo y por Pedro Costa Morata sobre la Macrovaquería de Noviercas, (Heraldo de Soria, 18-5-2021), puesto que los grandes proyectos, sean en Caparroso, Noviercas o Soria capital tienen que ejecutarse conforme a la Ley, no del más fuerte, sino la Ley fuerte impuesta con sanciones si existe incumplimiento, sea de la macro-vaquería, sea de no protección del Bien cultural que es el paraje del Cerro de los Moros, o si próximamente ocurre lo mismo con la Monjía de Fuentetoba.
Esto que está fuera del ámbito del ,unicipio es transcendente, me parece, porque lo pequeña y despoblada situación, hace extensiva la influencia, pues los que trabajen en Soria puede vivir en otros municipios, pero irán todos los días. Eso hay que preverlo.
El Ayuntamiento tiene que prever y mejorar la asistencia a personas dependiente, mayores, o con diversidad funcional, teleasistencia, servicio de comida, y todo eso es tan importante como el Cerro.
Es por ello momento de decir lo anterior, creo, y de instar a nuevas intervenciones, hasta ahora bastante calladas y quietas, que pudieran ser a modo de la opinión de los señores Martínez Laseca, Carmelo Romero, o Marcos Molinero para que se pronuncien si lo estiman sobre qué piensan sobre edificar o no en el Cerro, o pagar indemnizaciones, pues estas posiciones confluirán en mejor definir la situación y más posicionamiento en la realidad social.
Y sobre todo, y además, de asociaciones de protección del medio ambiente, del patrimonio de la sociedad para defender lo que la sociedad puede querer articular de modo separado a sus denominados poderes, que no tienen que llevar no la llevan y se está demostrando al día, pues el “presunto Temor reverencial” a que se exija más indemnizaciones, además de la demanda ya existente, ni es más que una excusa, que es de imaginar no defienda eso ningún real letrado, pues no existe patrimonialización de nada, con un convenio de redacción desacertada que no da nada a los firmantes, y tampoco es cierto al Ayuntamiento, y que la falta de diligencia o desidia de los privado les pesa en su no titularidad de nada.
Y por cierto, si no se edifica nada, el terreno por un cierto tiempo será privado, pero no podrá ser vallado, ni cerrado al paseo, como no puede hacerse en la Monjía o en parques naturales, cuando hay terrenos o fincas privadas.
Fdo.: Saturio Hernández de Marco, abogado y secretario de Primera categoría de Administración local