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TRIBUNA / Chuletillas, firmas bien merece el Cerro: no firmitas

Saturio Hernández de Marco, abogado, secretario de primera categoría de Administración local, incide en este artículo de opinión en la necesidad que las firmas que se están recogiendo contra la construcción de viviendas en el Cerro de los Moros estén avaladas en el procedimiento, para que sean una real oposición.

TRIBUNA / Chuletillas, firmas bien merece el Cerro: no firmitas

El Cerro merece chuletillas de cordero lechal de Soria a la brasa en barbacoa, merece firmas y “no firmitas” y merece unas mejores ideas concretas y realizables, no urbanización por doquier que diría Marcos Molinero en El Mirón de Soria del 31.10.2020.

Angel Coronado en un sugestivo y sugerente artículo, (El Mirón 12.7.2021),  además de excelente, nos hablaba de las chuletillas de cordero lechal de Soria, a la brasa en barbacoa, y hay que coger y articular, entiendo, lo que nos ofrece con una buena chuletilla de cordero lechal del Soria y a la brasa en barbacoa, y si, eso, lo cerramos con un café hecho en caldero con leña de roble en un octubre en Pinar Grande, en donde, quizá, lo he probado yo, o en cualquier otro monte -ya nos podría invitar el Alcalde en Valonsadero o en un hacer propio y eventual en el mismo Cerro, es un decir y pagamos o pagan los que estén o pudiéramos estar a “escote”, no es de preocuparse excesivamente por el gasto-, completaríamos el panorama del por qué hablamos del Cerro y de chuletillas de cordero lechal de Soria, en brasa y barbacoa, con un cierre de café hecho en caldero, con tizna de leña de roble.

Yo que he sido y soy muy crítico con eso de las firmas, lo he sido y lo soy por la razón de que mientras no haya nada en concreto que ver y que se pretenda hacer, firmas de existir se convierten en “firmitas” por su inutilidad, e ineficacia, pues sólo existen efectos si las recogidas, 3.000, 9.000 ó 12.000, luego se traducen en firmas individuales, con motivos concretos de oposición y de rechazo y con documentos de identidad y domicilios de cada firmante y presentadas individualizadamente en el registro para que en el procedimiento, su aceptación o desestimación, sea notificada con los pies de recursos pertinentes a cada una de las personas y a su domicilio; eso que, de existir, tiene que constar en el procedimiento, si no se hiciera, o no se hiciera a todos y cada uno de los titulares de escritos registrados, podría dar lugar a nulidad de pleno derecho del procedimiento; alguna experiencia tiene el Ayuntamiento.

Eso no quiere decir que la respectiva asociación o similar no asuma la gestión y tramitación de los efectos de las firmas. Pues la contestación se ha de pedir y se ha de notificar individualmente a todos y cada uno de los firmantes, no porque pidan un inútil informe, sino porque sean contrarios con más o menos detalle de la urbanización y el hecho de la edificación.

No se le ocurre a nadie -por lo realmente inútil que es- pedir un informe para salir de dudas, pues en cuanto exista alguna parte que le afecte a sus intereses negativamente, no estará de acuerdo; y para qué el informe; perder el tiempo y crear expectativas falsas e inconsistentes.

Entonces, si no hay algo concreto de oposición y motivado por los firmantes, las firmas que existieran o pudieran existir serían todo menos realidad, serían “firmitas”, lo que hoy son.

Es por eso que el título tiene su fuerza por los hechos, tanto por lo que se ha escrito, y se escribirá, del Cerro, como por los efectos de las chuletillas de cordero lechal a la brasa en barbacoa, con un buen café, y con alegaciones sobre algo cierto y efectivo.

Pues sin sentirnos, que no es el caso, excesivamente protestones que diría Sergio García, Soria Noticias 2.6.2021, o “enfadaditos”, sí señalamos que, si no se quiere hacer nada en el Cerro, porque se estime que es mejor no edificar, hay que hacer algo con ese paraje, al que he llamado paraje natural.

Y no parece de recibo que siendo algo tan escarpado, inhóspito, y que no visita nadie, ni supone relevancia, pero las normas jurídicas han de ser interpretadas y aplicadas conforme a su recta intelección en relación con el sentido literal, o el espíritu y finalidad de los mismos, en relación con la realidad social imperante en cada momento histórico --artículo 3 del Código Civil.

Naturalmente, tal interpretación y aplicación normativa, resulta de una especial dificultad cuando se trata de conceptos jurídicos indeterminados, como aquí ocurre, pero no puede suponer un atentado a la seguridad jurídica, la interpretación racional y lógica realizada pues, por ello, queda o quedan sin efectos los de las “firmitas contra la nada”, y no puede quedar sólo que ha sido cantado.

Pues eso es insuficiente y con el tiempo no es relevante en el desarrollo.

Esa es la forma de la seguridad jurídica y de la certidumbre del derecho, así sentencia del T. Supremo de 29.1.2002, pont. Sanz Bayón, y ello supone que las normas jurídicas han de ser interpretadas y aplicadas conforme a su recta intelección en relación con el sentido literal, o el espíritu y finalidad de los mismos, en relación con esa realidad imperante y en continua evolución.

Naturalmente, y es cierto que tal interpretación y aplicación normativa, resulta de una especial dificultad cuando se trata de conceptos jurídicos indeterminados, como aquí ocurre, pero no puede suponer un atentado a la seguridad jurídica, la interpretación racional y lógica realizada, eso de la lógica se consigue con una chuletilla realmente bien hecha, con unos torreznos y con un café de puchero con tizna de leña de roble.

Ello no configura una universalidad de cultura o de incidencia en la vida soriana, que no existe para un paraje natural que debe ser tenido en cuenta, con seguridad jurídica y ley fuerte, como zona de esparcimiento con mesura, porque no está cuidado para la situación, parece, de momento.

Sí se dice que no existe, pues nadie se había acordado del paraje natural, el paraje del Cerro, si no se hubiera posibilitado el hecho de que podría haber edificación, pues alguien revive la posibilidad de hacer ni ellos mismos saben qué -salvo mantener para ellos unos especulativos derechos, puestos en visibilidad por un reciente premio de poesía- dieciséis años después y en todos ellos se habrán consumido miles de chuletillas de cordero lechal y litros y litros de café.

Y nadie se había acordado del Cerro, ni los que escribimos sobre él, y por supuesto menos los de las “firmitas” o asociaciones de todo pelaje -alguna de las cuales hizo un muy buen papel en el Supremo sobre el polígono industrial II-, que no saben a dónde se dirigen, si a pedir un informe externo -innecesario a todas luces, pues no serviría de nada, ya que tiene la necesidad del acuerdo de los propietarios, y, aun así, podría existir reclamación de responsabilidad y no reiteramos lo que yo entiendo y he escrito y publicado sobre eso-, o se dirigen a estar en contra de la urbanización: estas dos cuestiones son las que han salido a la luz, y, así, las exponemos.

Porque las cuestiones son de extrema o de bastante relevancia, sólo comparable a una buena chuletilla a la brasa, ya que con las primeras se configura la realidad, con la segunda existe esa realidad, más efectiva, que efectista.

Y se debe o debería pensar en que no puede dejar de ser una ciudad de futuro, con necesaria más población, y se señala que sí lo tiene, o si se debe procurar que lo tenga, porque no todo es urbanismo, no todo es cultura, ni siquiera el pensar en las piedras de la Ciudad para las calles, y no pensar en la accesibilidad universal y un derecho de todo/a ciudadano/a, que no debe ser, que no debiera ser diluido en palabrería inefectiva.

Una buena parrillada de chuletillas de cordero de lechal en Soria, en el Cerro de los Moros, con casi frío, puede reconducir en conversación qué hacer allí, caso de que eso se llegara a solucionar, que no creo, de esa manera.

La cuestión está en que junto o además de lo que dice Angel Coronado en su artículo, si tiene que ver una cosa, el Cerro, con una obra de arte como puede ser y son las chuletillas de cordero lechal de Soria a la brasa o en barbacoa con un final de café en puchero con tizna de leña de roble, ya que las dos naturalezas se entremezclan de modo y manera curiosa.

Igual que es curioso que uno de los premios recientes es para  Samuel Martínez Tovar ("La agonía del Cerro de los Moros"), segundo premio de la modalidad de poesía, categoría B, estudiante del IES Antonio Machado; y es un poema donde crea conciencia y hace crítica de la especulación inmobiliaria en el Cerro de los Moros, que "come" terreno sin preocuparse nada más que por el fin económico y con acierto es de traer al comentario, pues todo es pluridireccional.

Y, a lo mejor, es un factor o son unos factores de toma de decisión, necesaria, precisa y que ha de ser contundente, y le corresponde al Ayuntamiento, en exclusiva, y no con firmitas, sino con informes de procedimiento, conforme a la Ley 7/1985 y Ley autonómica

Ah y a las chuletillas les añadimos unos torreznos de Soria, completamos el cuadro, y una guía o configuración del Cerro para eso, puede dar lugar a más vida que o que hoy existe, que no es nada.

Fdo.: Saturio Hernández de Marco, abogado, secretario de primera categoría de Administración local

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