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CARTA AL DIRECTOR/ Calle del Arzobispo Don Rodrigo

Ángel Coronado denuncia, con cierta ironía, en esta carta al director, la especulación que anida en Soria y en Ayuntamiento, cuando de materia urbanística se habla, y cita el ejemplo de una nueva promoción de viviendas junto a la calle Arzobispo Don Rodrigo.

CARTA AL DIRECTOR/ La calle del Arzobispo Don Rodrigo 

Estimado lector. Me interesa ofrecer pruebas sobre aquello que intento decir de la forma más clara posible. Para ello te invito a dar un paseíto por la calle, corta también, que seguro conoces. Se trata de la calle Arzobispo Don Rodrigo. Une la plaza de Odón Alonso (antes de Jose Antonio) con el instituto Castilla. Son ciento cincuenta metros en ligera cuesta que asciende hacia el sur, de la plaza al instituto. Desciende hacia el norte del instituto a la plaza.

No hay otra en Soria, pocas habrá en España (y en todo el mundo tampoco muchas), que sirvan como ésta para dar pruebas ciertas sobre aquello que intento decir.

Hace un tiempo, no de hoy pero tampoco lejano (del orden de cincuenta o sesenta años según supongo) en el que Soria, su Ayuntamiento, el equipo que por entonces gobernase, decidió urbanizar un terreno de unas dos hectáreas y pico que supongo fuese suyo, pero eso da igual según sigo diciendo, lo pensó con la cabeza bien puesta. Y lo realizó tal cual. Se trataba de  unas viviendas para funcionarios del Ayuntamiento. Una vez hechas, supongo, vendría el obispo de Osma Soria con el hisopo a bendecirlas, el alcalde y otras cuantas fuerzas vivas de por entonces. Franco vivía.  

Desconozco la historia posterior en detalle, aunque bien clara está en su conjunto y a lo que ahora interesa. Quizá fallase algo en el bautizo de sus calles. Un exceso de nombre píos, que si arzobispos, obispos, honoratos, etc., … Se les fue la mano en eso. Es natural. Nada malo en eso. Lo malo, en mi modesta opinión, fue la de permitir que la propiedad municipal de las viviendas pasase a privada. De cualquier forma, tampoco esto es esencial, puesto que lo que nunca debió venderse, pero se vendió (a saber cuándo y por qué y por qué gobierno municipal, pero se vendió), fue la idea de aquélla cabeza bien puesta del equipo municipal creador de la barriada. Lo que se vendió, estimado lector, lo que vendió al diablo, como Fausto a Mefistófeles, lo que vendió el Ayuntamiento que fuese, fue su alma, esto es, la potestad de hacer del terruño, especulación. Porque al especulador, al profesional de la especulación, no le pidas que no especule, pero ¡al Ayuntamiento!, ¡pedir al Ayuntamiento que no especule!

El suelo está especulado. Quién lo desespeculará. El desespeculador que lo desespeculare, buen desespeculador será, como suele decirse en casos así. Pues eso, eso es lo que tenemos que pedir al Ayuntamiento que fuere, incluso al Ayuntamiento de hoy. Que no especule con los terruños. Y si acaso estuviesen ya especulados, que los desespecule.

Estimado lector. Ahora ya puede Ud. darse un paseíto por la calle del Arzobispo Don Rodrigo. Según sube hacia el instituto Castilla, a su derecha, puede verse intacto (todavía intacto. Dese prisa) el legado que a Soria y sus vecinos donase un buen Ayuntamiento de antaño. A la izquierda no puede verse otra cosa que la especulación en carne viva. Ni en la Quinta Avenida de Nueva York ni en los Campos Elíseos de París, ni aún en nuestra entrañable Castellana madrileña puede verse la especulación con mayor viveza y claridad.

¿Pedir al Ayuntamiento que no especule?

Yo le pediría que recule, que desespecule un poco. ¿Qué aquí no puede? Pues que lo haga donde pueda, que sitios habrá, pero que desespecule. Yo metería el asunto en el Cesefor para ver si entre su director y el Sr. Alcalde canalizan el asunto hacia la meta del Cesefor.

Porque verán, el Cesefor capta subvenciones europeas y donde quiera que manen o afloren, como un perdiguero a la perdiz, para hacer de Soria, escuchen: “…. una ciudad más sana, limpia, resiliente y próspera” y además una “Smart city”

Señores del Cesefor, no se pasen en lo de “smart city”, que nos quedamos sin ciudad. Tampoco se pasen en El Cerro, el de los moros, no sea que nos salga una “big city”

El Cesefor quiere implicar en su proyecto a la ciudadanía. Yo me apunto. Me interesa saber exactamente lo que significa “resiliente”, porque si quiere decir que es “hacer de aquello que podía entenderse como una debilidad una virtud” (cita textual del Cesefor), yo no quiero que la especulación se venda como virtud. Señores del Cesefor, no queremos a Soria resiliente.

 

Ángel Coronado

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