Trabajos arqueológicos en tres yacimientos
La Junta de Castilla y León ha publicado la adjudicación de tres contratos, por un importe global de 47.223,5 euros, para desarrollar actuaciones de investigación, protección y conservación en los yacimientos de ‘La Coronilla’ (Velilla de Medinaceli), ‘Fuentes Chiquitas’ (Gormaz) y ‘Los Castejones’ (Calatañazor).
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La Consejería de Cultura y Turismo, a través de su Plan de investigación, conservación y difusión en materia de arqueología, contempla entre sus líneas de actuación la denominada ‘arqueología preventiva’ y la conservación de yacimientos arqueológicos, apoyando actuaciones de protección e investigación.
A la empresa Arquetipo, SCL, se le ha adjudicado trabajos de documentación y limpieza y protección del yacimiento de ‘La Coronilla’, en Velilla de Medinaceli (17.900 euros), así como estudios de materiales arqueológicos hallados en la excavación del yacimiento de ‘Fuentes Chiquitas’, en Gormaz (14.985 euros).
Además, el Grupo de Arqueología Experimental Areco, por un importe global de 14.338,50 euros, será el encargado de la documentación de un área funeraria del yacimiento de ‘Los Castejones’, en Calatañazor, con objeto de profundizar en su conocimiento y conservación, ya que sólo se puede preservar aquello que se conoce, requisito esencial para desarrollar estrategias apropiadas de protección y difusión.
El cerro o alto de ‘La Coronilla’ se corresponde con una de las elevaciones más destacadas de la localidad de Velilla de Medinaceli, (1.177 metros de altitud) y morfológicamente es el extremo adelantado de un borde de páramo.
El interés científico del lugar, tanto por la singularidad de los materiales como por la posición topográfica -en la cabecera del Jalón, con una fácil comunicación del valle del Ebro con el Duero y el Alto Tajo-, así como la existencia de remociones furtivas fueron argumentos suficientes para iniciar trabajos de campo en 2015, que se continuaron hasta el año 2019, habiendo estado interrumpidos durante los años 2020 y 2021 como consecuencia de los efectos de la pandemia. La dirección científica ha estado a cargo de J.J. Fernández y M. Angeles Arlegui.
Después de la última campaña de 2019, tres zonas quedaron protegidas con tela geotextil y balizadas y señalizadas, tanto para garantizar la conservación de las estructuras parcialmente exhumadas como para evitar cualquier tipo de accidente a personas o animales.
Desgraciadamente, la previsión inicial sobre la continuidad de los trabajos y el tiempo transcurrido sin poderlos acometer han derivado en el deterioro sobrevenido de los elementos de protección y el consiguiente peligro de conservación de los restos arqueológicos, motivo por lo que se promueve la iniciativa que ahora se plantea.
En el Corte 1 se procederá a la excavación de los sucesivos suelos de arcilla de la cabaña, antes de proceder a la protección del conjunto. La cubrición de los restos que se han documentado en las campañas arqueológicas se iniciará mediante tela geotextil sobre la totalidad del módulo y asentará directamente sobre el terreno para posteriormente aportar las tierras previamente exhumadas por toda la superficie, regularizando todo el terreno hasta alcanzar la cota inicial que permitirá la reconstrucción de la cobertura vegetal original.
En el Corte 6 se procederán a identificar en el interior de la muralla (7 metros cuadrados) la roca de base para asegurar la información existente. Posteriormente se procederá, como en el corte anterior, con la protección mediante geotextil y capa de tapado con el depósito de la terrera de la excavación.
Por último, en el Corte 8 se procederá a rebajar, hasta encontrar la roca base al menos en la mitad de la superficie intervenida en campañas anteriores. Así mismo, se delimitará el muro perimetral exterior de la estructura hasta alcanzar un mínimo de 12 metros lineales de frente, proyectándose la correspondiente excavación arqueológica en el segmento resultante de proyectar el límite del arco al centro de la estructura.
Yacimiento de ‘Fuentes Chiquitas’
Con motivo de las obras de construcción de un puente sobre el río Duero y la mejora de la plataforma y firme de la carretera SO-160 (El Burgo de Osma-Recuerda) se llevó a cabo una intervención arqueológica, en el paraje de ‘Fuentes Chiquitas’ (Gormaz), que permitió conocer la existencia de un complejo artesanal alfarero romano del siglo I después de Cristo, del que se exhumaron dos hornos así como una serie de dependencias anexas.
La gran cantidad de fragmentos recuperados imposibilitó un examen en profundidad. Una vez concluida la redacción de la memoria referente a los trabajos de campo, resulta necesario un estudio pormenorizado de los restos de cultura material con vistas a extraer la interesante información que contienen sobre aspectos tecnológicos de la producción cerámica, así como sobre cuestiones económicas, sociales y culturales respecto de las personas que desarrollaban su vida en torno a este alfar.
Se utilizará un programa informático específico para el inventario de materiales arqueológicos, que permitirá almacenar la información extraída de cada pieza y elaborar análisis estadísticos.
Restos funerarios en el yacimiento de ‘Los Castejones’
Este yacimiento, situado frente a la histórica villa de Calatañazor, estuvo ocupado durante los siglos III al I antes de Cristo. Su identificación con la ciudad celtibérico-romana de Voluce o su correspondiente mansio ha suscitado polémica desde antiguo.
El lugar cuenta también con ocupación durante el periodo tardoantiguo, del que se han localizado interesantes materiales que se podrían poner en relación con el contexto funerario que se pretende documentar.
El yacimiento fue objeto de una excavación en 1924 por Blas Taracena, que se ciñó casi exclusivamente a identificar los restos defensivos.
El yacimiento no ha sido objeto de trabajos arqueológicos posteriores a la actuación de Taracena, aunque sí lo han sido los objetos materiales.
Hay que destacar el estudio que realizó E. Dohijo en la revista Espacio, Tiempo y Forma, en 2014, centrado en la etapa tardoantigua.
En el año 2020 se tuvo constancia de un expolio arqueológico, fruto del cual salieron a la luz restos óseos humanos, a unos 100 metros al sur del asentamiento. La necesidad de documentar, contextualizar y proteger estos restos de una posible necrópolis ha llevado al Servicio Territorial de Cultura a promover este contrato.
Los trabajos que se van a realizar consisten en: consulta y puesta al día de la documentación existente sobre el yacimiento; realización de una prospección superficial previa del paraje; excavación arqueológica en la zona de aparición de los huesos y lugares idóneos a determinar tras la realización de la prospección previa; documentación y tapado de las catas con la tierra extraída; adecuación de la zona y la actualización de la base de datos PACU.