Los celestes ganan a C.V. Melilla y mantienen segunda plaza de Superliga
Grupo Herce Soria ha vendido a CV Melilla en Los Pajaritos por 3-1 (25-12, 13-25, 25-18, 25-20) en un partido en el que los dos equipos se han mostrado irregulares. Los celestes siguen segundos en la fase regular de la Superliga.
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Los celestes defienden segunda plaza frente a Melilla en Los Pajaritos
Fotografías: Carlos Alonso Cabezas
La tensión fue palpable en el ambiente, con los dos equipos muy intensos y conscientes de que en menos de una semana se verán las caras en los cuartos de final de la Copa del Rey que se disputarán en Zaragoza.
Mientras que el primer parcial y el segundo tomaron sentidos absolutamente opuestos, el tercer y cuarto set, más disputados, se fueron para el lado soriano, siendo especialmente protestado por los visitantes un lance arbitral favorable para los de casa en el tercer acto.
El primer y el segundo set no respondieron a ninguna predicción ni posible lógica.
Y es que a priori, por el potencial de ambas plantillas, su competitividad en la Superliga y la proximidad de la Copa del Rey, no cabía esperar un rendimiento tan irregular.
Así, los sorianos saltaron a la cancha con decisión y una marcha más, mientras los melillenses, absolutamente desdibujados, no entraban en el encuentro (11-5). Cuando Salim Abdelkader decidió buscar a Portero, Vanole y Rasanen, los suyos ya parecían haber bajado los brazos.
De hecho, poco cambió el juego ni el devenir del marcador, con un asombroso (25-12).
Si el primer asalto no parecía responder a las expectativas del duelo, el segundo, tampoco. La tortilla dio la vuelta, casi como si de un calco se tratara. Los de Abdelkader parecían haber apretado por fin el botón ‘on’, con Folguera y Macarro absolutamente desatados.
Los celestes se vieron tan sorprendidos, que se tornaron irreconocibles, no solo incapaces de frenar a su rival, sino que cuando trataron de reaccionar se vieron frenados en ataque de forma categórica tanto por el bloqueo como por la defensa melillense, que a diferencia del primer acto, ahora sí se hacía útil gracias a la mejora del contragolpe.
Toribio hizo lo propio con los cambios, pero ni Castellá ni Zazo supieron sacar partido de la oportunidad de tener minutos, cediendo el juego por 13-25.
Ya con los dos equipos habiendo pasado por el cielo y por el infierno, el tercer asalto fue un desafío de más nivel para ambos.
Los colocadores, que rindieron a gran nivel durante todo el duelo, mostraban sus bazas, y si bien los sorianos lograban jugar con la comodidad de liderar el marcador, la renta parecía una anécdota (12-10). Así fue, ya que el juego se equilibró en el 16.
Con el 17-16 llegaba un momento clave del encuentro, ya que Arjones llegaba a la línea de saque y, como durante todo el duelo, su actuación iba a ser de lo más rentable para los suyos (18-16). Los dos equipos entraban en la fase más emocionante del partido, cuando los sorianos endosaban un bloqueo de categoría a Fede Martina. Los melillenses verían la pelota fuera; mientras que los sorianos lo harían dentro.
En cualquier caso, el punto en el casillero celeste desconcertaría a los melillenses, que inmersos en continuas protestas y un par de cartulinas, no volverían a centrarse en el juego (25-18).
Los sorianos parecían decididos a por la victoria del duelo en la cuarta manga (9-5). Sin embargo, el tiempo muerto solicitado por Salim Abdelkader iba a dar a los suyos la pausa suficiente para meterse en el set (14-12).
Si la sensación era que los sorianos tenían el duelo encarrilado, en buena medida por el apoyo de la grada transmitido a la cancha, lo cierto es que la ventaja era corta, y Melilla ya había demostrado en otros momentos del partido que no era una barrera inquebrantable ni mucho menos.
Pero el momento de partido era otro, los de Toribio se mostraron implacables, mientras que su rival cometía varios errores no forzados que se convertían en un lastre demasiado pesado que acababa por decantar el duelo en favor de los sorianos por 25-20.