CC.OO. recuerda en exposición la amnistía política tras muerte de Franco
Hasta el 29 de noviembre se puede contemplar en el Espacio Santa Clara, de Soria, una exposición que recuerda, 50 años después, la amnistía y la salida de la cárcel de los presos políticos del franquismo, entre ellos el fundador de Comisiones Obreras, el soriano de La Rasa, Marcelino Camacho.
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CCOO. junto a la Fundación 1º de Mayo, han montado esta muestra que permite revivir uno de los episodios del final del franquismo, con la muerte del dictador el 20 de noviembre de 1975, y los posteriores días, repletos de incertidumbre.
La exposición rememora la salida de la cárcel de los presos del Proceso 1001, entre ellos el soriano Marcelino Camacho.
Tras la rebaja de las penas por el Tribunal Supremo en 1975, algunos fueron liberados, y posteriormente, se beneficiaron de un indulto general concedido por el Rey que permitió la excarcelación de más de ellos.
La muestra incluye fotografías de Pablo Genovés y obras pictóricas de José Ibarrola.
La organización de la exposición ha corrido a cargo de la fotógrafa Marisa Maza, el hijo de Marcelino Camacho, Marcel Camacho, el ex secretario general de CCOO Soria, Javier Moreno y la colaboración de Pablo Genovés y José Ibarrola.
La amnistía, especialmente dirigida a los presos políticos, se convirtió en una de las principales demandas de la oposición antifranquista en los últimos años de la dictadura.
El lema “libertad, amnistía y estatuto de autonomía” fue una de las principales bandas sonoras de la lucha en las calles durante la Transición española.
Tanto en 1977 como en 1978 se concedieron sendas amnistías por parte del Gobierno de Adolfo Suárez que afectaron a los presos políticos y que, prácticamente, vaciaron las cárceles españolas.
A ello habría que añadir el indulto real promulgado por el rey Juan Carlos I a los pocos días de su entronización, lo que benefició en gran número a presos provenientes de la delincuencia común.
El fin del franquismo se atisbaba desde principios de los años setenta, cuando se hizo cada vez más presente la pregunta “Después de Franco, ¿qué?”.
La sociedad se movilizó para conquistar la democracia, que tuvo mucho más que ver con el sentir general de la población que con un plan establecido desde la cúpula de la dictadura, que intentó agarrarse al poder por todos los medios.
El régimen estaba muriendo, a la vez que se encastillaba en una vuelta a sus orígenes sangrientos, como ejemplifican las ejecuciones de Salvador Puig Antich y de Heinz Chez en 1974 y los fusilamientos del 27 de septiembre de 1975 de miembros de ETA y FRAP.
En este contexto de ruptura con la dictadura fascista, la amnistía apareció como una de las principales demandas de la oposición.
Esta amnistía se pedía, sobre todo, para los luchadores antifranquistas que habían dado con sus huesos en la cárcel durante los últimos años del franquismo.