Tierras Altas señaliza la ruta de los pueblos despoblados
La Mancomunidad de Tierras Altas de Soria ha señalizado la ruta de los pueblos despoblados, que incluye cinco puntos.
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La repoblación forestal que se llevó a cabo en Tierras Altas en las décadas de los 60 y 70 provocó que muchos pueblos quedaran deshabitados prácticamente de un día para otro.
Después de más de medio siglo, muchos de ellos se deterioran lentamente pero siguen conservando una estructura original nos permite conocer la forma de vida de los que fueron sus últimos habitantes.
Torretarrancho
Al sur de San Pedro Manrique, tras recorrer 9 kilómetros por la carretera que conecta este pueblo con Fuentes de Magaña, se encuentra el despoblado de Torretarrancho, al que se puede acceder a pie fácilmente.
En el manuscrito más antiguo disponible, fechado el 16 de enero de 1753, se hace mención a un lugar denominado “Latorre de Tarranclo”, ubicado dentro del barrio y la jurisdicción de la villa de Suellacabras.
Para el año 1845, según los registros recogidos por Pascual Madoz, Torretarranclo, integrado dentro de Suellacabras, estaba ya experimentando un notable descenso poblacional, con tan solo tres vecinos y doce habitantes.
La iglesia local, en ese entonces, estaba dedicada a San Bartolomé. Torretarranclo abarcaba 600 varas de este a oeste y 1.400 varas de norte a sur.
El primer asentamiento de este pueblo fue en la parte superior del cerro de El Castellar, un castro fortificado de la Edad de Hierro, con su característico sistema defensivo de muralla y foso.
El Vallejo
Muy cerca del televisivo pueblo de Valdelavilla, a tan solo 2 kilómetros en coche, se encuentra el despoblado de El Vallejo, ubicado en el barranco de la Nava.
En 1909 El Vallejo contaba con 69 habitantes y en poco tiempo quedó completamente abandonado por el éxodo rural a las ciudades, potenciado por un plan de repoblación forestal que se puso en marcha en 1965 y en el que muchos vecinos vendieron sus tierras al Estado.
A diferencia de otras localidades que con el tiempo vieron alguna rehabilitación de viviendas e incluso han recuperado vecinos, El Vallejo ha quedado totalmente entregado a la naturaleza, aunque una iniciativa particular está realizando los últimos años ciertas labores de desbroce y acondicionamiento de algunas partes del pueblo.
Aldealcardo
A 10 Kilómetros al norte de San Pedro Manrique, en un desvío de la carretera principal que se dirige a Yanguas, se encuentra este despoblado popularmente conocido como ‘La Aldea’.
Ubicado en la ladera oeste del Alto del Hayedo, asomado al valle del río Cidacos, Aldealcardo pudo tener su origen en el castro prerromano de El Castillejo. Quedo despoblado en los primeros años de los 70 a causa del éxodo rural hacia las ciudades y zonas más industrializadas.
El pueblo, principalmente agricultor, cultivaba trigo, avena, cebada, centeno y patatas, aunque la ganadería también era importante para el municipio, especialmente el ganado ovino. Muchos de sus vecinos realizaban anualmente la trashumancia con sus rebaños y también hubo arrieros que transportaban mercancías por toda la península.
Entre sus edificios, destaca la iglesia de San Clemente, construida en el siglo XVI y la ermita de la Virgen de la Piedad, cuya imagen se procesionaba en septiembre en las fiestas patronales.
Vellosillo
Entre Villar del Río y Diustes se encuentra el despoblado de Vellosillo, situado en una ladera sobre el río Ostaza y a una altitud de 1140 metros. El municipio pertenecía a la Comunidad de Villa y Tierra de Yanguas y en los primeros años del siglo veinte contaba con 88 habitantes, cifra que fue decayendo progresivamente con el paso de los años, hasta que en el año 1972 marcharon las dos últimas familias.
Vellosillo llegó a tener suministro eléctrico, pero no agua corriente en las casas, por lo que los vecinos debían acudir a una fuente de importante caudal.
Al igual que en los pueblos circundantes, se practicaba el cultivo de trigo, centeno, avena y cebada, que se molía en Yanguas. También había ganado ovino y caprino.
Villaseca Bajera
Este despoblado pertenece al municipio de Villar del Río y se encuentra a 4 kilómetros del núcleo del pueblo, a una altitud de 1215 metros. Llama especial atención su estado abandonado, ya que se encuentra bien comunicado al situarse junto a una carretera de cierta relevancia.
Según el censo del año 1842, Villaseca Bajera contaba entonces con 244 vecinos, pero un siglo después esta cifra se había reducido a tan solo cinco habitantes, que se dedicaban principalmente a la ganadería bovina.
A diferencia de la gran mayoría de pueblos de Tierras Altas, donde mayoritariamente había ovejas merinas, en este pueblo se trabajaba con ovejas churras.
A 100 metros del pueblo se encuentran los restos de la iglesia, la cual ha perdido gran parte de su techumbre. A pesar de ello, se conservan restos de la estructura de la bóveda y algunas hornacinas sepulcrales.
No se tiene constancia de si el municipio llegó a contar con suministro eléctrico. El despoblamiento del municipio se atribuye a la falta de servicios y a la búsqueda de mejores condiciones de vida por parte de sus habitantes.