TRIBUNA / Arreglando pueblines. Toca Berlanga
Ángel Coronado ha realizado una excursión a Berlanga de Duero donde ha tenido tiempo de supervisar cómo se encuentra el pueblo.
Finalizadas las obras en la colegiata de Berlanga
Reunión Junta-Ayuntamiento para mejora de Berlanga
TRIBUNA / Arreglando pueblines. Toca Berlanga
El otro día estuvimos en Berlanga. Lo encontramos bien. Tuvimos buen tiempo. Comimos bien. El cruce de la carretera que viene de Andaluz hacia Berlanga, y al revés, con la que se marcha de Osma hacia Almazán o también al revés, es de cuidado. Lo salvamos bien, despacito y mirando de uno para otro lado como es debido, qué demonio. Hubo tiempo atrás algún accidente mortal de alguna persona principal de cuyo nombre no me acuerdo, pero eso, ahora y aquí, da igual. Hubo allí quien perdiese la vida. La vía que se marcha de Osma hacia Almazán, y al revés, es una vía más principal que la otra, la que después de pasar por Andaluz se dirige a Berlanga. Y esa jerarquía es constante. No depone su primacía ni un instante. No la depone ni en el instante en que se cruza con la otra. Encontré el cruce bien señalizado y quien pase por ese cruce lo puede ver. Las señalizaciones bien redondas dicen bien claramente que tengas cuidado porque la jerarquía de la carretera que desde Osma se dirige a Almazán, o al revés, es superior a la que viniendo de Soria y pasando por Andaluz se dirige a Berlanga, que ya digo, la encontramos bien.
Me refiero a que encontramos bien a Berlanga y también a las carreteras, sin baches gordos (gordos hacia abajo, profundos) en ninguna de ambas carreteras y con todas sus señalizaciones verticales y horizontales en orden, y redondas o pintadas en el asfalto y blancas, según. Y acerca de la jerarquía entre carreteras decía que esa jerarquía, justo en el cruce que ahora interesa, no declina ni un segundo, vamos, que pasa por el cruce sin enterarse. Toda la responsabilidad descansa en las señalizaciones que, ya digo, son perfectas. La jerarquía de una carretera sobre la otra igual, perfecta, no declina ni un instante. De Osma hacia Almazán, “avanti”. De Soria a Berlanga pasando antes por Andaluz, más despacito, mirando de uno para otro lado como es debido, a veinte, carajo.
¿Qué de una pequeña rotondita, total cuatro euros que lo arreglaría todo?
Déjate, déjate. La jerarquía vial es la jerarquía vial. Autopista ¡Ya! Además, tenga usted en cuenta, que Almazán/Osma y al revés, que eso da igual, es carretera autonómica, mientras que Soria/Berlanga pasando antes por Andaluz, es provincial. Y eso se tiene que notar. La primera es de etiqueta marrón (CL-116) superando los cien, mientras que la segunda apenas llega a un colorcillo verdoso (SO-100), y apenas llegando a cien se para.
Dejamos el coche aparcado enfrente del humilladero y a la vera del imponente hito gótico, orgullo de Berlanga y de todo bien nacido que lo viere. Lo encontramos bien. Y visitamos el castillo anti artillero que lo encontramos bien, pero que bien restaurado. Da gusto verlo (sin artillería enfrente, claro). Da gusto ver cosa guerrera pero pacificada. Da rabia ver cosas pacíficas a las que se pacifica. En Soria nuestro alcalde nos tiene de pacificaciones hasta el moño, pero ahora estamos visitando Berlanga. Por cierto, leo en El Mirón que ahora nuestro alcalde defiende negociaciones con Puigdemont. A pesar de tanto pelo parece un Rubiales besando a Catalonia.
Eso sí, eso sí, pero con cara de asco.
Por cierto, que tampoco vemos correcto que se quiera arreglar Berlanga, ya digo, porque la encontramos bien. Lo entenderíamos mejor si alguien hubiese escrito “Verlanga”. Habría que arreglar eso. Parece incluso que se tratase de otro pueblo, por ejemplo de Vergara, o de Verbigracia, y eso hay que arreglarlo. Pero no es el caso. Hemos venido precisamente aquí para ver si podemos ayudar en algo, pero ya digo, lo encontramos todo limpio, todo bien. Acabamos de ojear el Mirón. Probamos con hojear, pero la ortografía ni se inmuta. A nosotros que nos registren. Estamos ojeando el Mirón. Lo estamos hojeando. Acabo de pasar una hoja. Oja no cuela. Oja digital tampoco. Y leo en El Mirón lo de arreglar Berlanga entre Junta y Ayuntamiento y es por eso que estamos aquí, servidores, en Berlanga. Lo del Oja, el río, es otra cosa. Preferimos sus caldos mejor que los de la Ribera.
Visitamos también la Catedral, estaba bien, con su lagarto y todo. Al principio, tan vasto y tan alto y tan imponente es el espacio encerrado en esa catedral, que se nos escapaba el lagarto. Hubo que preguntar, por cierto, a un señor muy atento, muy amable, muy solícito, muy bien, lo encontramos bien. Cuatro euros. Justo a la entrada, antes de la pila del agua bendita, la taquilla. Cuatro euros por cabeza. Rezongamos un poco. Rezongamos bien. No es caro. Está bien, pero rezongamos y se nos oyó rezongar al tiempo de rehusar, entre rezongue y rezongue, visita guiada. Pero al ver que el lagarto se nos escapaba, hubo que preguntar. Y por detrás de algún objeto sagrado apareció muy atento, muy amable, muy solícito, muy bien, lo encontramos bien, ya saben, y nos condujo al lagarto. Hijo mío, Padre nuestro. Y así en la Tierra como en el Cielo. A cuenta de lo cual, hijo mío, habré de llamarte nieto. Amén Jesús.
Una bonita excursión. Lo pasamos bien.
Fdo: Ángel Coronado