A qué lado de la historia se sienta usted?
Ángel Coronado denuncia en este artículo de opinión la falta de sensibilidad para proteger el campamento de Alto Real, que jugó un papel fundamenteal en el cerco de Numancia, como tampoco la está habiendo en la protección del Cerro de los Moros. Se pregunta en qué han pensado y están pensando quienes tienen que velar por su protección.
Momento de duda y reflexión, camino hacia la renovación

A qué lado de la historia se sienta usted?
Señoros: Les ruego que vuelvan a leer:
A pesar del valor histórico y arqueológico de este lugar, se está construyendo en él una urbanización de 288 viviendas, que se justifica por haber sido aprobada en 1985, antes de la declaración de Zona Arqueológica de Numancia y los Campamentos y Cerco Romano, que tuvo lugar en 1999. (El Mirón, “Adjudicada la puesta en valor del campamento Alto Real del cerco de Numancia” 22/10/2025
Señoros: Les ruego que recuerden que Don Eduardo Saavedra y Moraga descubrió el lugar exacto en el que hace más de dos mil años, unos valientes lucharon para vencer, y si bien no ganaron aquélla batalla, vencieron y convencieron desde entonces al mundo y a las dos mil y pico generaciones. que siguieron hasta hoy. Luego Don Eduardo dio cuatro picotazos en el cerro. Los suficientes para confirmar su hallazgo.
Que hubiesen podido ser españoles nadie lo duda. Ni lo eran ni podían serlo, de la misma forma y por idénticas causas, tampoco pudieron apreciar lo mucho que los españoles de hoy debemos a Roma, entre otras cosas, gran parte del fundamento básico de nuestra lengua.
Pues no hablarían español, dice un Señoro allá por el año de 1.803, pero vamos a organizar unas catas en ese cerro para demostrarles a ustedes que la españolidad no depende en absoluto del idioma, dijo ese Señoro. Y entre la Sociedad Económica Numantina y el Ayuntamiento de Soria de por entonces, se organizaron unas excavaciones sobre cuyos resultados carecemos de noticias. Se cocían por entonces, entre anti-carlistas y fernandinos, una especie de vasco-iberismo naciente que de alguna forma colea.
De lo que no cabe duda, Señoros, es de la valentía, como tampoco cabe, al menos en nuestra cabeza, que hubiesen dejado de prender una inmensa hoguera para quemar en ella a quienes hubiesen intentado (como parece se intenta ahora), menoscabar su gloria
Señoros: ahora les pido disculpas antes de recordarles que, de alguna forma, y dicho lo que antecede, a este cerro estratégico al que se conoce con el nombre de “Alto Real” le podemos llamar igual “Cerro de los Moros”. Son dos cerritos distintos, bien lo sabemos, pero en algo esencial se parecen, y si les concedemos la oportunidad de que se aclaren, Señoros, es porque nadie tiene la culpa de ser miope. Por eso lo repito: Señoros, a ponerse un momento las gafas.
Señoros: aparte de la construcción de viviendas en un cerro, hay muchos otros valores a tener en cuenta. No vamos a entrar aquí en que si, aparte de construir viviendas, es más valiosa ésta o aquélla idea (aunque viviendas se puedan construir con ladrillos tantas como ideas con la cabeza). Pero a gafas puestas, nos choca que tanto a uno de los cerritos como al otro se han subido cuatro Señoros con la misma idea, la de construir viviendas.
Y como nos choca, fuera gafas. Hagamos cuentas, que para eso no hacen falta. 1985 (fatídica fecha en que se aprobase la construcción de las 288 viviendas sobre el campamento romano), en efecto, son 14 años más de los marcados por 1999, fecha en la que se produce la declaración de la zona arqueológica, lo que no quiere decir, Señoros, de ninguna manera, que desde el año 133 antes de Cristo en que los valientes numantinos se suicidan ante las legiones de Roma, pasando por los miles de años, ese recuerdo milenario y millonario de personas entre las cuales se cuentan romanos, godos, visigodos, judíos, cristianos y musulmanes, carlistas, isabelinos y partidarios o no de la restauración, ilustrados y científicos y sobre todo arqueólogos, los Saavedras, Schulten (¿qué es eso de ningunear a Shulten?), Cerralbos, Mélidas y Taracenas hasta los Alfredos Jimenos de hoy, lo que no quiere decir, decíamos, es que ustedes, Señoros, se puedan subir a ese cerro para construir en él 288 viviendas.
Y que no se nos venga ahora a decir que no se trata del mismo lugar ni del mismo sitio, esto es, que no se piensa derribar el monumento que inaugurase Su Majestad en el año en que lo inaugurase para construir en ese preciso lugar viviendas. Para eso no hacen falta ni gafas. Para decir eso no hace falta sino ser un señor Señoro.
¿1985? ¿1999? ¿14 años? ¿Dicen ustedes, Señoros, que 14 años? ¿Catorce años frente a más de dos mil? ¿288 viviendas frente a la Historia? Señoros: ¿A qué lado de la Historia se sientan ustedes?
¡A ponerse las gafas de nuevo! ¡A escribir 288 veces seguidas que Numancia no se toca¡ ¡A clase de Historia! ¡A repetir curso! ¡A su vivienda! ¡ A su casa queremos decir! ¡Los 288 son suspensos y cada uno a su casa!
Fdo Ángel Coronado
 
 
			
			
			
		 
			
			
			
		 
			
			
			
		 
			
			
			
		 
				
				
				
			 
				
				
				
			 
				
				
				
			