Viaje al centro de la Tierra
Juana Largo aboga en este artículo de opinión por un viaje al centro político de los partidos, tras años de un país sumergido en broncas.
Avivemos las auténticas luces; las del corazón, para fraternizarnos

Viaje al centro de la Tierra
“¡Estoy cansado de ser pobre!”: todos nos hemos dicho o hemos dicho a alguien de confianza estas palabras, sobre todo en España que, durante el felipismo, pudo tener el fenómeno social y económico de la Movida, ya saben, cuando se daban los pelotazos a diestro y siniestro y se nos dio una ilusión de libertad que no habíamos conocido en muchos años o nunca. El ascensor social podía funcionar, y conocemos todos algunos casos de gente currante a la que le fueron bien las cosas. En Soria fue particularmente llamativa y determinante, al ser una comunidad pequeña, y, cuando llegó la PAC también se dio el caso, porque, además, los prebostes nos decían que habíamos ingresado en Europa y no habíamos conocido hasta entonces esa cantidad de pasta gansa que nos daba la UE.
Luego llegó la bancarrota de la crisis del 2008 y así estuvimos en el 2012, cuando empezó a gobernar Rajoy y así duró la cosa hasta la actualidad, no solamente sin el ascensor social funcionando, sino asimismo con todo detenido, en el aspecto socioeconómico, y ahora son los herederos de Rajoy, ellos, los que pregonan que quieren libertad y negocio y están hartos del “milagro” Sánchez que, sobre todo es el que esta persona política, aunque pisó las puertas del infierno socialista, sin embargo dio la remontada, él solo y estamos donde estamos, con su invento de vida socialista para España y los del PP sin dejarle pestañear.
Y como -esto es lo curioso- fueron los supuestos amos del país durante el feudalismo, y no nos extraña que protesten, ¿no lo haría usted ahora, el no dejarle mover las pestañas para “pillar” en la trampa al Gobierno, si a usted le quitaran su país?... Lo malo es que nos quieren ampliar, a todos, sus inquietudes de vida antigua ya superada por las mentalidades de muchas gentes, y por ahora no se han manifestado mucho, que sepamos al nivel del trumpismo, con lo cual nos dan a entender que no necesitan apoyarse en este líder de USA para su proyecto de una España dineraria y cursi, como es la que quieren los de Feijóo.
Bueno, hecho este preámbulo y teniendo en cuenta que a los del partido de la oposición se les escapa el gato, ya se les ha escapado, ahora resulta que, para que sus morcillas se curen, tienen que echar mano de las mismas palabras desde el inicio de la legislatura para tratar de derribar a Sánchez, al cual le han cogido manía personal, como pudieran cogérmela a mí por escribir esta Tribuna. O a otros. Las fichas del FBI español están, día a día, completándose…
Todo es un malvado entramado o una conspiranoia en contra de las clases de España que no pueden dar el pelotazo, algo que había formado parte de la economía española, algo en lo que –y volvemos al inicio- nombrábamos sobre el porqué de ser pobre yo o tú o el de al lado, los cuales incluso siguen creyendo en la España del milagro.
Lo cierto es que, desde el inicio del mandato de Sánchez, la oposición está dando la tabarra sobre que la dejen gobernar, que la dejen gobernar y no quieren más, pero ¿se puede hacer esto desde unos presupuestos morales tradicionalistas al máximum y que siempre favorecen a los que en el sistema de castas español tuvieron el poder hace cincuenta años y posteriormente con Aznar? ¿Se olvidan de que existe la democracia?... ¿Comprenden que la historia no está para distopías en las cuales los humildes son esclavos y los ricos los poseedores de las licenciaturas de caciques?... ¿No comprenden que la historia ya no es la de los tiempos de Don Pelayo o Carlos V y que la historia esta nos dice que queremos progresar, no quedarnos en el furgón de cola de los países decadentes como los que cita la Casa Blanca?
Cierto que Sánchez ha apostado mucho a su partida de ajedrez múltiple, cierto, pero también es cierto que los españoles que tienen alguna conciencia social de movimiento de la población en el cual se dieran la igualdad y la libertad, con la economía a favor de los que sueñan más que con otro gol de Iniesta –perdón por la comparación-, con el saber que el trabajo tiene una ética y no sirve eso de que haya personajes que nos roben, como no lo comprenden algunos de los que ahora están en el trullo o en proceso de lo judicial, lo cual puede derribar a un caballo más grande que el de Troya o el mismísimo Bucéfalo de Alejandro Magno, que para eso era “Magno”…
Por eso decimos, sugerimos o pensamos o, al menos, opinamos en este medio, mejor que decirlo en el bar, que es necesario ahora, no solo en España, sino en Europa, el mover ficha a favor de un orden racional y no surgido de las inmensidades hondas de las almas enfermas que sueñan con un nuevo orden mundial a costa de Europa y otros lugares. Entre rusos y republicanos de USA, lo tenemos difícil, aunque, al menos en España, debiéramos recomponer las figuras de porcelana que ha roto el elefante de la derecha radical contra los derechistas planos. A tiempos de megalomanías, vengámosles, al menos, con un poco de estima que hay que tener a nuestra especie de sapiens.
Como en España, se dio la primera etapa de la Transición con el partido de Suárez, ahora nos resulta goloso, después de haber estado inflamados de escupitajos altavoces y megáfonos y micrófonos como los usados por las derechas. Quien más grita no tiene razón.
Sánchez, lo podemos ver así, ha tratado de que la derecha nuestra fuera un tanto civilizada y de que no volviera a las andadas de las aventuras de los patriotas anti-romanos de la antigüedad ibérica, que esa actitud ya no tiene objeto. Como no ha podido el presidente del Gobierno que los niños díscolos de la política hispana se dieran en recomponer un poco sus figuras de puzle para defenestrarle a él, a Sánchez, y no ha logrado que por lo menos fueran una derecha civilizada, e es decir que no ha conseguido ver ni que veamos a una derecha con tendencia de Centro o “de” Centro, lo que ha hecho el presidente es obviar como insatisfactorias las voces desmesuradas y portentosas en su carnalidad de grito o berrido, de esa derecha desmejorada y sin poderles dar salida por ahora…
Porque eso es lo que nos hace falta ahora en este reino, que los partidos se centren y que no se desorbiten, que viajen al centro de la Tierra, o, mejor, al “Medio”, no solo porque lo sugiriera Aristóteles, sino también en aras de la necesaria salud de las personas que, aparte de su situación socioeconómica, tienen en cuenta su salud integral y, en un país de broncas, a ver quién quiere estar.
Acaso incluso esto le conviene también al resto de Europa. Ya estamos cansados de radicalismos extremosos de algunos partidos y de algunos gobiernos. Queremos PEACE.
Fdo. Juana Largo