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TRIBUNA / ¿Dónde está el dinero?

Mario González incide en este artículo de opinión en una de las cuestiones que más preocupan a los ciudadanos: la sanidad pública. La prestación sanitaria no es igual en todas las comunidades y no es Madrid quien presenta peores datos en listas de espera, a pesar de las movilizaciones. Apunta una solución para destinar más dinero a las prestaciones sanitarias.

TRIBUNA / ¿Dónde está el dinero?

Esa es la pregunta que se hacía Quique González hace unos años con su canción homónima y que nosotros podemos hacer ahora cuando, con 30.000M€ más de recaudación por impuestos y 222.000 nuevos empleados públicos, vemos las manifestaciones por un Sistema Nacional de Salud (SNS) en las que se sigue poniendo el acento en su carácter público cuando lo realmente importante para el contribuyente y usuario es la prestación sanitaria propiamente dicha. Una prestación sanitaria que, en datos del ministerio de Sanidad (junio 2022), deja mucho que desear con un tiempo medio de espera para operarse de 113 días que no obsta para que unas CCAA lo hagan mejor que otras y, curiosamente, aquella sobre la que se pone el foco en los medios de comunicación, Madrid por más señas, es la que junto con el País Vasco mejor lo hacen, con una lista de espera media para operarse de 64 y 65 días respectivamente, esto es, prácticamente la mitad que en el resto de España. Asimismo, estas dos CCAA también presentan el menor porcentaje en el capítulo de los pacientes de larga duración para una intervención quirúrgica (>6 meses de espera): de media, en Madrid sólo el 5,4% de los usuarios sufren ese retraso frente al 17,6% del resto de España.  

Los números no engañan -como siempre apuntamos- mientras desde el ministerio de Sanidad y sus voceros insisten en la situación catastrófica de Madrid –que para nosotros quisiéramos- se soslaya un dato también curioso: que son las regiones donde gobierna la izquierda, donde deberíamos suponer una decidida apuesta por los servicios públicos y sobre todo por la Sanidad como el primero de todos ellos, las que peores datos presentan, a pesar de ser una competencia totalmente autonómica. Los números así lo ponen de manifiesto: desde los infumables 151 días que tienen Cataluña y Aragón, pasando por los 144 de Canarias, los 139 de Extremadura y los 132 de Cantabria, hasta los 121 días de lista de espera de Baleares que cierra el furgón de cola. Otro tanto ocurre con el tiempo de espera para la consulta con el especialista donde la media nacional se sitúa en los 79 días mientras las diferencias entre CCAA siguen siendo abrumadoras: 51 días de media en Madrid, que de nuevo encabeza el SNS, frente a los 101 de Canarias, los 95 de Aragón, los 87 de Navarra o los 82 de Cataluña. Juzguen ustedes mismos.

Mientras tanto, eso sí, nos bombardean con problemas tales como la crisis medioambiental, el holocausto climático, la descarbonización de España… –cuando el resto de países siguen, lógicamente, haciendo lo que más conviene a sus economías- y para algunos incluso llegan a fijar fechas tope como 2030 (para la agenda de desarrollo sostenible) o 2050 (para una economía climáticamente neutra) a los únicos efectos de poder desviar hacia los mismos ingentes cantidades de dinero público para supuestamente intentar resolver problemas que resultan intangibles para España mientras los auténticos problemas, los tangibles, como la Sanidad por ejemplo, reciben presupuestos de mantenimiento que los van anulando poquito a poco hasta hacerlos inservibles, como podemos comprobar con los números que el propio ministerio acaba de ofrecernos. Un dato más: el gobierno del Estado se ha convertido en el primer anunciante de España con 82M€ gastados en sus campañas que bien se podrían destinar a otras cosas.

Lo que realmente necesitamos no son anuncios, sino que el dinero que se recauda de los ciudadanos del sector privado –porque lo del sector público no deja de ser dinero privado que se convierte en público a través de los impuestos- revierta en esos mismos ciudadanos que hacen posible con sus impuestos un SNS para todos, haciendo hincapié a partir de ahora en la prestación y no en el sistema, en que cada persona pueda ser atendida cuando lo necesita y no cuando a los políticos les venga bien, facilitando una tarjeta ciudadana por la que el SNS, manteniendo sus características de público, gratuito y universal, preste el servicio sanitario demandado o permita, en caso contrario, que el interesado pueda acudir a la sanidad privada para resolver su problema cuando lo necesita.

Se trata de convertir ese Sistema Nacional de Salud en una suerte de Seguro Nacional de Salud que lógicamente obligará al sistema público a ponerse las pilas para facilitar una prestación sanitaria de calidad en el momento que se demanda para no tener que pagar al sistema privado, lo que sin duda redundará en su eficacia y sostenibilidad.

¿Qué dónde está el dinero para eso? Está en los miles de despilfarros que los políticos de toda laya impulsan –particularmente los de la ‘PPSOE’- en su propio beneficio y en el de sus conmilitones, despilfarros que nada tienen que ver con el Estado del Bienestar sino más bien con el bienestar del estado y por ello no paran de subir los impuestos mientras desatienden todos los servicios públicos básicos. No se olviden de todo esto cuando les llamen a votar el año que viene.

Fdo: Mario González. Mautiko Abogados.

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