El Zaragoza, condenado desde el punto de penalti
Pierde por un penalti inexistente y falla uno en el último minuto
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En un partido que debería haber acabado con un empate, sin fútbol ni ocasiones, el Real Zaragoza ha visto esfumarse la opción de ascenso directo con una derrota dolorosa en La Romareda frente al Nástic.

Los catalanes han ganado gracias a una pena máxima pitada por una mano inexistente de Guitián.
Además, para más condena, Lanzarote ha fallado en el minuto 90 un penalti que hubiera supuesto el reparto de puntos.
El árbitro pasó por alto una clara falta dentro del área de Isaac a Naranjo, quien se había plantado solo frente a Manu Herrera.
La acción, con el 0-0 en la primera parte, era merecedora de penalti y de la expulsión del lateral zaragocista, pero siguió el juego como si nada hubiera ocurrido.
Lo peor estaba por llegar. Ya en la recta final del encuentro, un pase triste de Lobato pego en el pecho de Guitián en su salida al cruce. En lugar de dar continuidad a una acción limpia, el colegiado ha señalado el punto de penalti y ha amonestado al central, desesperado porque no entendía cómo una pelota que había pegado casi en el escudo podía haberse interpretado como mano.
No hubo misericordia para sus quejas y Naranjo ha adelantado al equipo de Vicente Moreno bajo los truenos y rayos de la meteorología y de la grada.
El Real Zaragoza pudo reparar en parte el daño cuando Tejera sacó su mano a pasear prácticamentre sobre la bocina. Penalti indiscutible del centrocampista. El encargado de lanzar la pena máxima fue Lanzarote. Se daba por hecho la igualada lanzó... a la grada.