TRIBUNA / La fuente de los colorines
Ángel Coronado incide en este artículo de opinión en el rechazo del alcalde de Soria a solucionar el embudo peatonal creado por el Ayuntamiento en el alto de la Dehesa, en la entrada del parking.
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TRIBUNA / La fuente de los colorines
Todo el mundo tiene derecho a equivocarse, pero nadie tiene derechos sin más. Si te equivocas, amigo, la historia te persigue con ese más que te falta. Yo me equivoco, y tú y él/ella, y así hasta conjugarlo todo. Seguro que me equivoco, pero voy a procurar que sea poco. Con eso de los derechos a equivocarse pasa como con la cara de una moneda y la cruz. Hay señores equivocados que se olvidan del más ese que digo, igualito que hay caras que se olvidan de la cruz pero se acuerdan de la moneda, la redonda, la que no tiene picos como de cruz, y se la guardan por la cara, nada más que por la cara.
El equivoco, el error, no la culpa ni el pecado, que eso es otra cosa. Hablo del equivoco, del error, del derecho que tengo y que tienes, pero que dejas de tenerlo sin ese más, que tampoco es el “más y más” de la canción que nos canta de lo que tanto nos encanta, tener más y más, también otra cosa de la que no hablamos pero de la que tenemos que hablar ¡Ya!
Hay señores equivocados que se olvidan de la cruz. Son todo cara. Yo diría que caraduras. Todo lo anterior no es nada más que la preparación de una pista de aterrizaje al aeropuerto de la realidad, porque bien está el volar, pero hay que bajar de vez en cuando a llenar los tanques de gasolina. Aterrizamos en el embudo circulatorio y peatonal del alto de la Dehesa, donde la fuente de los colorines, donde la boca del aparcamiento subterráneo caga y se traga coches, donde viven un buen número de peatones peatonalizados con la peatonalización de nuestro alcalde, tan trinca subvenciones peatonalizadoras él. La pista de aterrizaje, precisamente la misma del Cerro de los Moros, otro embudo diferente paro ancho de cara y estrecho de culo como debe ser cualquier embudo funcionalmente correcto.
Bueno, en el diseño del aparcamiento subterráneo de marras, esto es, el del embudo por su parte estrecha, justo en la fuente de los colorines, hay un error, un equivoco. Todo el mundo tiene derecho a equivocarse, pero no sin más. Sin entrar en el jardín de quién, cómo y cuándo nace el chiquitín (el equivoco), hay una cosa clara, o por lo menos a mí me lo parece. No vale con decir a los peatones que se jodan.
Erro. Corrijo. No vale con decir a los peatones que se aguanten. En este medio, me parece que justo ayer (hoy, día en el que reconozco mi error y corrijo, 28 de agosto de dos mil veintiún años), nuestro alcalde, tan cariñoso siempre para con las subvenciones que trinca (digo que trinca por lo que ahora mismo sigue) para peatonalizarnos a todos, va y dice que nos aguantemos, a los peatones, va y nos dice eso, que nos aguantemos, y yo, peatón, como tantos otros, decimos que si nuestro alcalde nos dice eso, tan peatones como se nos viene haciendo a fuerza de dineros de subvenciones (al fin y al cabo dineros nuestros), digo, a la fuerza lo digo, lo tengo que decir porque si no erro, que nuestro alcalde es, presuntamente, trinca subvenciones. Faltaría más que no lo dijese.
Solo el título es todo un poema “ El alcalde descarta solucionar “embudo” peatonal”. Pero el poema verdadero, el soneto renacentista de rima y arquitectura dantesca es éste:
"Lo que hemos tenido que hacer es reorganizar el tránsito de peatones precisamente por su propia seguridad, que es lo que hace el desarrollo de esta rotonda -el alto del paseo del Espolón- para la circulación rodada y para la los peatones con esa salvaguarda. Lo demás lo puedo entender pero no hay otra salida que lo que estamos planteando", ha argumentado
Vamos, peatones, por si no os habéis enterado todavía. Peatonalizar una ciudad consiste en proteger a los peatones del coche, ¡ah! y del autobús, que yo no he visto autobuses mayores que los de Soria. Menos mal que nosotros, los peatones, no subimos nunca en autobús. Erro, Corrijo. El otro día, después de una guardia de cuatro horas en una parada de la línea 2 vi subirse a uno. Coches sí. Yo lo cojo para ir a por la barra de pan y necesito aparcar y necesito salir por la fuente de los colorines y el alcalde parece que me quiere más que yo a él porque dice que os fastidiéis, que quiere protegeros de que os atropelle porque a mí me gusta salir del aparcamiento del El Espolón a toda leche. Me gusta la fuente de los colorines. Sobre gustos no hay colores, y a ver si te vas enterando, peatón, más que peatón, que pareces tonto.
Del embudo del Cerro para otro día. Su entrada es tan ancha y su salida tan fina que tengo que pensarlo bien. De momento digo lo mismo; a ver si te vas enterando, soriano, que el alcalde soy yo, que no soy presunto, peatón, que soy tu alcalde, majo.
Fdo: Ángel Coronado