Pasos de interés en la reconocida Semana Santa
Las pasos procesionales no recorrerán esta Semana Santa las calles de los diferentes municipios de la provincia. Pero sí pueden contemplarse en tres municipios donde su Semana Santa está declarada de interés turístico regional: Soria, El Burgo de Osma y Ágreda.
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La concatedral de San Pedro acoge hasta el Sábado Santo una exposición con los pasos titulares de las ocho cofradías que conforman la Junta General de Cofradías de Soria.
"Paso a paso" es el título de la exposición con la que la junta de cofradías de la Semana Santa de Soria facilita durante estos días de Semana Santa el acercamiento de los fieles y visitantes a los pasos que procesionan otros años en la capital y que este año no podrán salir por la pandemia.
Los pasos, de las ocho hermandades con las que cuenta Soria, están ordenados para que los visitantes puedan conocer, paso a paso, el sentido de cada uno de los días de la Semana Santa.
El recorrido se inicia con el paso de la más atípica de las cofradías sorianas, la de la Entrada de Jesús en Jerusalén, fundada al tiempo que se adquiría su paso procesional, en 1960, por las cuatro parroquias del centro de la ciudad.
Por el recorrido, los visitantes pueden admirar, entre otras, la imagen de Jesús atado a la Columna (Escuela castellana, siglo XVI), que muestra a Cristo abrazando la columna, a la que está atado con una cuerda que también le rodea el cuello, en la cual será azotado y flagelado; o la del Ecce Homo, que representa el momento en el que Jesús soporta en escarnio de los soldados romanos tras su coronación de espinas, o la Cofradía de "Las Caídas de Jesús", en la que sus imágenes resultan contundentes, o la de la Virgen de la Soledad, en el que se refleja en el rostro de María el dolor ante la pérdida de su Hijo.
El recorrido concluye con los pasos de la cofradía del Santo Entierro, fundada en el año 1887: el Santo Sepulcro y el Lignum Crucis.
La Semana Santa de El Burgo de Osma, declarada en 1998 de Interés Turístico Regional a solicitud del Ayuntamiento, está marcada por la condición de sede episcopal y capitalidad diocesana de la villa en la que se celebra.
En El Burgo de Osma, el Museo de la Semana Santa, ubicado en la capilla de la Inmaculada del Seminario Diocesano, permite visitar de 11.00 a 13.00 horas y de 17.00 a 19.00 horas, la veintena de pasos que recorrían la Villa Episcopal en Semana Santa antes de la pandemia.
Soldados romanos, cornetas y tambores, cruz procesional, estandarte de la Cofradía, niños hebreos, Entrada de Jesús en Jerusalén, Santa Cena, Oración en el Huerto, Beso de Judas, Flagelación del Señor, Jesús atado a la columna, Coronación de Espinas, Ecce-Homo, Jesús de Medinaceli, Jesús con la cruz a cuestas, nazarenos con la Cruz, Caída de Jesús, La Verónica, Cristo de la Luz, La Crucifixión, Virgen Dolorosa, Descendimiento de Cristo, La Quinta Angustia, La Piedad, Santo Sepulcro, Virgen de la Soledad y Banda de Música, son los pasos que se exponen.
Entre ellos, destaca el paso del Cristo Resucitado, del siglo XVI, copia de un original de Juan de Juni, como uno de los mayores valores de la Semana Santa de El Burgo de Osma.
En el caso de Ágreda, la declaración de fiesta de Interés Turístico Regional se limita únicamente al Viernes Santo. Todos sus pasos, de la cofradía de la Vera Cruz, se custodian en la iglesia de San Juan.
Entre ellos se encuentra Jesús Atado a la Columna, una preciosa escultura barroca del siglo XVII, que es la única que ha quedado de un paso antiguo, al que familiarmente se le conocía en Agreda con el nombre de "Los Judiícos".
Otro paso a admirar es el del Ecce Homo, al que se le conoce popularmente como "El Calderón", por el soldado que está a la izquierda de Cristo. El paso actual se realizó modificando el que José Roldán regaló a la Cofradía en 1747. Se puso como figura nueva a Poncio Pilatos, quitando de ese lugar a otra figura que llevaba un gorro y que representaba a Anás o Caifás.
Y otro al que hay que prestar atención es el calvario de Santa Mónica, precioso grupo escultórico renacentista, de principios del siglo XVI, que fue un retablo cuando estaba en la iglesia de Magaña, con adornos platerescos y cresterías góticas, de gran valor artístico.
