Antaño ciudad fronteriza entre el mundo cristiano y árabe, Almazán se convirtió, a lo largo del tiempo, en lugar clave para los reinos de Castilla y Aragón.
Almazán significa en árabe "plaza amurallada", nombre apropiado para un lugar muy disputado entre cristianos y árabes. En 1707 durante la Guerra de Sucesión, Almazán fue saqueada, y la misma suerte corrió a principios del XIX en manos de las tropas napoleónicas. En Almazán murió el dramaturgo Tirso de Molina en 1648, en concreto en el convento de la Merced y se supone que su cuerpo yace en el cementerio conventual. En Almazán nació en el siglo XVI Diego Laínez -descendiente de una familia judía sefardita-, segundo General de la Compañía de Jesús, compañero de San Ignacio de Loyola, sucesor y biógrafo del fundador de los jesuitas.