Torrente de ilusión
Mario González incide en este artículo de opinión en la falta de avances de la democracia española, en la que confiaron hace más de cuarenta años muchos ciudadanos ilusos, que a pesar de todo siguen votando a los partidos que implantaron este nuevo régimen.
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Torrente de ilusión
El otro día, Juana largo se preguntaba si las personas de los 60 y 70 fueron unos ilusos (‘¿Fuimos ilusos?’, EMS 10.11.24). Hoy, me atrevo a responderle: sí, demasiado ilusos. No obstante, los ilusos no fueron los compañeros de viaje de Juana Largo, esos que aspiraban a pasar de un régimen antiguo a otro más antiguo aún basado en el ‘comunitarismo’ –cómo os gusta jugar con el lenguaje- porque esos están a punto triunfar merced a la corriente colectivizadora que ahoga tanto España como la propia UE. Los ilusos fueron otros, aquellos que, partiendo del ideal revolucionario de ¡Libertad, Igualdad y Fraternidad!, participaron en la Transición pensando que, con esa Pinta, esa Niña y esa Santa María, descubrirían un nuevo mundo aquí, en España.
No lo descubrieron. Fueron tan ilusos que ni siquiera vieron el nudo que dejó atado y bien atado el General, esto es, la PPSOE. Tampoco vislumbraron, siquiera, que ese nudo nos alejaría, día a día, del ideal revolucionario. Lo de la PPSOE es como lo de Kamala: cantos de sirena que lejos de arrumbar el navío a buen puerto lo conducen al arrecife. Promesas que tocan el corazón, pero que son inviables. Perversiones, como las de Errejón, que hacen de la política el ‘arte de lo imposible’, en lugar de apostar por lo plausible. No obstante, afortunadamente, existen leyes naturales –igual que en la Física- que hacen que ‘lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible’ (Rafael Guerra dixit). Así, sin nada, no serás más feliz, lo serán tus comandantes una vez que te hayan robado todo lo que tenías. No existe ni un solo paraíso comunitario. Ni uno solo.
Sin embargo, Juana, estoy contigo en que no hubo ningún ‘Cambio’ en el 82, solo propaganda. Otra maniobra gatopardista de cambiarlo todo para que todo siguiese igual. De los polvos de la oscura Transición, llegan ahora estos lodos negros de la PPSOE. Ni un solo avance determinante desde el Auxilio Social del General. Eso sí, ahora votamos todos. Y casi todos tan contentos porque los muy necios confunden votar con Democracia. La parte con el todo. Convengo, también, en que fuimos engañados. Muy fácilmente, además, por la ilusión puesta en el ‘Cambio’. Por alcanzar una Democracia cada día más lejana. Finalmente, convengo en que no hay más salida que un partido transversal que esté decidido a traer la Democracia a España. La PPSOE no lo va a hacer nunca.
Discrepo, sin embargo, en lo del “partido potentísimo de izquierdas” que demandas. De hecho, ya lo tienes en la alianza franquenstein que desgobierna este país gracias a su mayoría parlamentaria. Nada avanza. En el fondo, da un poco igual a quién votes porque ganan siempre los representantes de la PPSOE. Así, la pesadilla de la que hablas –en la que también convengo- no es fruto de la inexistencia de un “partido potentísimo de izquierdas” y de la existencia de una “economía de Mercado”, sino de todo lo contrario: de la existencia de un “partido potentísimo de izquierdas” y de la inexistencia de una “economía de Mercado”. Vas en la dirección correcta, pero en sentido contrario. ¡Está todo tan bien señalizado!
Todas las religiones nos prometen un mundo mejor. El problema viene a la hora de construirlo. Ahí está el Mercado y ese Homo Economicus que todos llevamos dentro como una especie de hardware que no podemos soslayar, ni engañar. La construcción de cualquier cosa pasa porque sea técnica y económicamente viable. Los paraísos raramente lo son y, en cualquier caso, son siempre… demasiado caros. Muchos problemas tienen solución –casi todos- empero todo depende del planteamiento. Si el planteamiento se hace desde lo posible, podemos alcanzar soluciones. Si se hace desde la aspiración comunitaria pues se crean sitios tan agradables como Cuba, Nicaragua, Venezuela, Corea del Norte, China o Rusia (ordenados de peor a mejor). Elige el que quieras.
La elección no es fácil, lo sé. Empero más difícil es vivir allí, salvo que estés en el partido. Ya me entiendes. ¡Tales son sus indudables bondades! Nadie tiene mucha ilusión por acabar en uno de esos paraísos comunitarios. Lo sorprendente -al menos para mí- es el torrente de ilusión que sigue suscitando una PPSOE que nos conduce a los mismos y que nos lleva traicionando desde el 77 de forma continuada. 6 millones de votantes a favor y 6 en contra, en función del resultado de los comicios, más los partidos tribales, y todos dicen defender una democracia que no existe. ¡Juana, para ilusos, ellos! ¡Que Dios me los bendiga a todos!
Fdo. Mario González Casado. Abogado. Maútiko Abogados.