Uno de cada tres jóvenes ve oferta de contenido íntimo como forma legítima de generar ingresos
Casi uno de cada tres jóvenes en España ve la oferta de contenido íntimo como una forma legítima de generar ingresos, según una encuesta realizada por Save the Children, que advierte que las plataformas de contenido sexual por suscripción y sitios de sugar dating se han convertido en una puerta de entrada hacia la prostitución y otras formas de explotación sexual.
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Save the Children ha publicado hoy “La trampa de la autoexposición: nuevas dinámicas de explotación sexual en el entorno digital”, un nuevo estudio que complementa el informe “Redes que atrapan”. La investigación se centra en la vinculación de la infancia y la adolescencia con las conductas de autoexposición sexual digital y las plataformas que la facilitan, enmarcando esta práctica como una manifestación de explotación sexual.
Informe completo (castellano y en euskera): https://www.savethechildren.es/actualidad/anexo-al-informe-redes-que-atrapan-la-trampa-de-la-autoexposicion
El término autoexposición sexual digital se refiere a aquellas situaciones en las que parece que son las propias niñas, niños o adolescentes quienes inician o realizan actividades sexuales en espacios digitales a cambio de un beneficio percibido (ya sea económico, material, emocional o simbólico).
Esta percepción de “iniciativa propia” invisibiliza las presiones, desigualdades y dinámicas de poder que condicionan realmente estas conductas, y también que el consentimiento no es válido.
Según la encuesta realizada por Save the Children a más de 1.000 jóvenes, el 2,5 por ciento de los y las jóvenes encuestados afirmó haber recibido algún tipo de compensación, regalo o favor a cambio de material erótico o sexual en el que aparecían, siendo menores de edad.
Esto implica que uno de cada 40 jóvenes ha vivido una experiencia directa de explotación sexual digital antes de los 18 años.
Además, un preocupante 14,4 por ciento respondió haber conocido a alguien que lo había hecho, lo que implica que uno de cada siete jóvenes conoce a una víctima de esta forma de explotación sexual.
“Estamos ante un fenómeno que no se compone de casos aislados, sino que se está extendiendo y, lo que es peor, normalizando”, ha apuntado en un comunicado Catalina Perazzo, directora de Influencia y Desarrollo Territorial de Save the Children.
El fenómeno de la autoexposición o sobreexposición sexual digital de la infancia y la adolescencia es una forma de explotación sexual, incluso cuando pueda percibirse como una práctica iniciada por los propios niños, niñas y adolescentes, presentándose bajo discursos de supuesta voluntariedad o empoderamiento.
La participación de niños, niñas y adolescentes en estas conductas puede parecer voluntaria pero no lo es. Existe una asimetría en las relaciones de poder: quien controla la recompensa ejerce el control sobre la situación.
Esto, a su vez, invalida la posibilidad de un consentimiento libre e informado. Además, desde un punto de vista legal, el consentimiento de una persona menor de edad no es válido cuando existe cualquier tipo de compensación por contenido o actividades sexuales. Por ello, en el caso de la infancia y la adolescencia, estas prácticas deben considerarse siempre explotación sexual.
El estudio evidencia que plataformas como OnlyFans o las webs de sugar dating están contribuyendo a redefinir la explotación sexual en el entorno digital y a cómo es percibida por los y las adolescentes.
Estas plataformas, aunque se presenten como espacios de autonomía o emprendimiento, en realidad reproducen lógicas de la pornografía y a la prostitución y, por tanto, vinculadas a la explotación sexual.
La “trampa” del dinero fácil y el marketing de género
Estas plataformas utilizan estrategias de marketing sofisticadas que promueven la autoexposición como una oportunidad atractiva para alcanzar estatus o ingresos, llegando a la población de menor de edad.
De hecho, más del 45 por ciento de los chicos y el 49,3 por ciento de las chicas encuestadas se encontraron, siendo menores de edad, publicidad en redes sociales que hablaba del sugar dating como algo positivo o atractivo.
Como resultado, más del 71 por ciento de los jóvenes encuestados no identificaban la venta de contenido sexual en Internet como una forma de explotación.
En el caso de los chicos, esta cifra supera el 75%, lo que revela una preocupante falta de conciencia sobre la violencia y la desigualdad de género que subyacen a estas prácticas.
“Las plataformas y redes sociales tienen un papel determinante en la difusión y normalización de estas prácticas. Es imprescindible exigirles responsabilidad para que garanticen un entorno digital seguro para la infancia y la adolescencia”, ha advertido Perazzo.
Las estrategias que utilizan diferencian claramente su mensaje por género.
A las chicas se les vende una narrativa de “empoderamiento” y ascenso social utilizando su cuerpo, buscando su participación como “creadoras” de contenido sexual.
Además, España ya es el quinto país con más creadoras de contenido en OnlyFans (Federación de Mujeres Jóvenes, 2024). Mientras que a los chicos se les interpela como consumidores y también como “agentes” y “mentores”, blanqueando roles que en la práctica se podrían definir como proxenetismo digital.
Esta publicidad cala en la percepción de la realidad. Cerca del 30 por ciento de los y las jóvenes encuestadas cree que quienes venden este contenido ganan “mucho dinero”, y un 32,3% opina que es una forma legítima de generar ingresos. Sin embargo, la realidad es peligrosa.
Puerta de entrada a redes de trata y extorsión
La Guardia Civil y la Policía Nacional han identificado estas plataformas de contenido sexual por suscripción y sitios de sugar dating como una puerta de entrada hacia la prostitución y otras formas de explotación sexual.
Aunque estas páginas están legalmente restringidas a personas mayores de edad, se destaca la facilidad con las que los niños, niñas y adolescentes eluden los sistemas de verificación. De hecho, un 21% de los participantes afirmó conocer a alguien de su entorno que usaba o consideraba usar estas plataformas para genera ingresos.
Este fenómeno está marcado por una profunda desigualdad de género: las mujeres jóvenes, entre 18 y 24, años son la inmensa mayoría de las creadoras de contenido en OnlyFans (el 97% de los perfiles), y la audiencia es principalmente masculina, hombres entre 25 y 44 años.
Este patrón consolida una masculinidad basada en el consumo y la cosificación del cuerpo femenino.
Entre los jóvenes que fueron víctimas de explotación sexual antes de los 18 años, el 24 por ciento indicó que el contacto con el explotador se produjo a través de OnlyFans y el 36 por ciento a través de las webs de sugar dating.
“Los riesgos son graves, desde el grooming, sextorsión y ciberacosos, hasta la captación por redes de trata. Además, estás dinámicas impactan en la salud mental y la construcción de identidad. A las chicas les enseña que su valor depende de su sexualización y a los chicos les consolida una masculinidad basada en el control y el consumo de cuerpos”, ha advertido Perazzo.
Save the Children ha exigido una acción urgente a las administraciones públicas y a las plataformas digitales para proteger a la infancia y a la adolescencia de estas nuevas formas de explotación sexual.
Las plataformas deben de establecer sistemas de verificación de edad y control de contenidos y una prohibición de la publicidad de estos espacios digitales. También que se incorpore una educación obligatoria que ayude a los adolescentes a identificar los riesgos y construir relaciones sanas e igualitarias.
El Proyecto de Ley Orgánica de protección de personas menores de edad en entornos digitales, que actualmente se encuentra en tramitación, ofrece una oportunidad para incorporar estas medidas para la protección de la infancia y la adolescencia frente a estos riesgos del entorno digital.
Es fundamental que la educación afectivo-sexual integral y la educación en la ciudadanía digital esté reglada desde edades tempranas, además de promover mecanismos legales que aborden la influencia digital y la sobreexposición de la infancia y la adolescencia en el entorno digital.