TRIBUNA / El increible engaño de la izquierda en España
Juana Largo censura en este artículo de opinión las mentiras de los partidos políticos y, en especial, la dinámica en la que se ha metido la izquierda, que vive de las rentas ideológicas de la Revolución de 1789.
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TRIBUNA / El increible engaño de la izquierda en España
(Vendiéndonos la moto)
La derecha es aberrante, por supuesto, y muy salvaje, como demuestra continuamente en España, pero al menos dicen la verdad, son sinceros y, si son brutos, o son unos gamberros, no lo ocultan; así, por ejemplo, Gallardo, el de la Junta de Castilla y León, es un fachosfero prevalente, como Feijóo, o como Cuca Gamarra, una mujer al servicio del patriarcado y de todos los machos ibéricos. Y estos personajes, sin embargo, sean lo que sean, dicen la verdad y no se andan con contemplaciones y le dicen al pueblo en la cara que es una masa de zoquetes que sirve para que ellos cobren y se lleven una buena tajada.
Son “verdadosos”; dicen, aquí vamos a instalar el PEMA y la Cúpula Santa, allá unas cuantas industrias de gorrinos o de vacas; allá unos cuantos pisitos para sacarles mordida y buenos emolumentos; más allá una enorme cacerola en la que se cuece todo Doñana; en otra parte, acabar con todos los lobos de la región; en otro lado, acabar con la “Memoria Histórica”; más allá, dicen, hay que fomentar…, ¿qué, fomentar?, hacer que la Fiesta Nacional sea algo obligatorio a todo españolito de bien; en otro lado, una Universidad Privada para el que se la pueda pagar; en otro lado, fomentar la concertada y que sea todo privado, desde los adoquines de la calle hasta el techo del cielo; también proponían hace años hasta la Policía Privada (una redundancia), todo privado y, el que quiera algo público, pues que se lo trabaje y que ponga el lomo a caliente, etc…, etc…
Algo así es el panorama “nacional-hispánico” que nos quieren traer otra vez desde tiempos pretéritos. Pero la Izquierda, la que ha habido hasta ahora en España y a nivel gubernamental, no dice estas cosas. Me parece que, desde que murió el anterior dictador, la Izquierda, la oficial, ha comulgado con ruedas de molino, se ha tenido que tragar todos los sapos de la Banca y del empresariado y de los burgueses, altos y medios y bajos, de este país y ha tenido que decir una cosa para hacer otras, aunque lo malo no es solo esto.
Lo malo es cuando la izquierda gobernante en España y en Soria, lo que ha hecho es no ser sincera y hablarnos de los Cerros de Úbeda cuando nosotras y nosotros andábamos pendientes de la calderilla que nos da la UE y la clase de la CEOE en España. Ha tenido que mentir y jugar con los trabajadores y su mundo de trabajadores en este país. No hay más que ver un poco las estadísticas oficiales: los sueldos y las pensiones van a subir pronto, pero el poder de los precios de la vivienda, va a subir mucho más, así que no llegaremos…
La Izquierda, ante su falta de argumentos y de ausencia de hechos culturales de izquierdas, ha tenido que vendernos la moto de la izquierda, es decir, que la corrupción se iba a acabar y que esto iba a ser un campo de malvas, y que, aunque faltara el referente de la URSS, que antes pesaba mucho, todavía podíamos tener libertad e igualdad. Hasta esto se lo está apropiando la derecha.
Un obrero que nace nacional, es un obrero lelo y, sin embargo, la Izquierda gobernante se lo ha dejado robar por la Derecha. En Soria, por ejemplo, seguimos viviendo el secuestro de la Izquierda por poderes patógenos, o sea, que la Izquierda, en Soria, juega con el concepto de “obrero”, pero no para que sea un obrero sin ataduras con el Antiguo Régimen, sino para que siga obedeciendo a los caciques. La Historia no avanza, se queda adormilada en sus tiempos de vino y rosas y los dirigentes de izquierdas engañan a los trabajadores, les prometen el oro de todo el mundo y resulta que solo quieren su voto para que los gobernantes hagan de las suyas. Todavía no hemos escarmentado de la Izquierda, llevamos así desde tiempos del felipismo, con el secuestro del obrero, y no es raro entonces que, luego, la derecha, se lleve los votos.
A Biden le ha pasado algo así. Ha fallado al principio con sus tejemanejes con el gobierno israelí y se le han ido unos cuantos militantes demócratas. No es extraño que, luego, cuando habla su oposición republicana, la gente se entusiasme con las “verdades como puños” que suelta Trump.
Todo es vender la moto. Y son mejores vendedores de motos los de la derecha que los de la Izquierda. Al menos no mienten. Y vamos más allá: lo que la Izquierda ha hecho en Europa es vivir de las rentas ideológicas de la Revolución de 1789 y de la presencia soviética, y lo que pasa es que no ha ofrecido a cambio una verdadera dinámica de izquierdas, como si le faltara la sustancia que antes tenía. Ha tenido que plegarse al capitalismo. Lo malo es que mienten y quieren seguir mintiendo con el “fantasma” del comunismo. Si todo se va a quedar en “fantasmas”, podría decir un votante potencial de la izquierda, pues será mejor votarle al actual grupo de las derechas, que ya no es un “fantasma”, sino la única realidad. O, al menos, lo único seguro que hay en la vida hasta nuestros tiempos de 2024… Y cualquiera que dependa de un sueldo sabe que quien manda es el que manda, que no hay vuelta de hoja y que para qué narices queremos revolución si eso es un sueño fracasado. Así andamos por estos territorios del Viejo Mundo.
¡Os jugáis mucho, Sánchez y Martínez!
“Un ennui”, que diría Baudelaire.
Fdo. Juana Largo