Luis Rey: "El barrio marca siempre"

MUY PERSONAL

-De Valladolid ¿De Campo Grande o Los Pajarillos?

- Delicias.

-El barrio marca?

-Siempre. Pertenezco y he estudiado en el colegio adonde iba los hijos de los trabajadores de FASA-Renault. Mi profesión es abogado laboralista y desde siempre he pensado en la defensa de los trabajadores.

-¿Le gusta más la periferia que el centro de la ciudad?

-Me gustan los centros de las ciudades, porque todas deben tener un centro de referencia comercial y urbanístico. Por el centro pasa todo el mundo.

- Ha dicho alguna vez, no queríamos la centralización de Madrid y tenemos la de Valladolid?

-Sí, sí... pero es un eterno problema. Siempre las comunidades tenían la pretensión de acercar los servicios a los ciudadanos, pero hemos no siempre han servido; son los ayuntamientos quienes los acercan. Las comunidades no han hecho la descentralización con los ayuntamientos.

- Abogado laboralista ¿por vocación o por devoción?

- Por vocación y por devoción. Desde hace muchos años decidí que quería hacer derecho y, desde hace muchos años, porque llevó en CC.OO. desde los 16 años. Nunca me he planteado otra alternativa.

-Por experiencia, los trabajadores ¿siempre tienen razón?

- Muchas veces sí. La inmensa mayoría. Es verdad que la problemática de la Administración pública se lleva con mayor facilidad que el sector privado. En unas se habla de condiciones de trabajo y en otras de despidos.  A los trabajadores hay que escucharlos siempre porque la inmensa mayoría de las veces, por experiencia, son capaces de aportar su capacidad y trabajo para mejorar la empresa. En el 80 por ciento de los casos, el trabajador quiere que la empresa funcione y lo haga bien.

- Se corresponde la imagen que tenía de Soria antes de pisarla, con la que tiene ahora?

- Soria ha cambiado. Cuando llegue tengo la sensación de que era mucho más conservadora de lo que es ahora. Por el camino ha habido muchas cosas: cambios de gobierno, plataformas, cambios generacionales... Con cariño y sin que nadie se ofenda: tengo la sensación de que cuando vine a Soria había más miedo a decir las cosas del que hay ahora.

- ¿Cuál es el pecado capital de los sorianos?

- No solo de los sorianos, de los castellanos: probablemente la envidia.

- No es el lamento, el victimismo?

- Yo creo que tampoco. El victimismo es obligado, porque nos han tenido abandonados en muchos órdenes de la vida. Y lo ha dicho el presidente de la Junta, que somos la hermana pobre de la Comunidad. Las infraestructuras se van donde hay más población, y más votos, hay que ser realista.

- ¿Ya entiende San Juan o es una causa perdida?

- San Juan lo entiendo desde el primer día. Soy un enamorado de las fiestas. No me las he perdido ningún año desde hace muchos.

- Cuántos pueblos de Soria conoce?

- Muchos... Llevo muchos años realizando listas en la provincia y me ha permitido conocer todos los rincones de la provincia

- A cuántas calderetas irá? ¿llevará bicarbonato?

-A muchas, ya antes había ido. Es verdad que tengo una cierta tendencia al ardor de estómago. Me acompañara el almax en las visitas.

- ¿Piensa algo cuando nada?

-Sí, sí... En mis cosas, que voy a hacer por la mañana y luego se me olvida cuantos largos llevo.

- La Nueva Izquierda ¿alguna vez existió?

-Sí que existió muy de forma efímera, en el sentido del partido político en el que se generó. Era una escisión de Izquierda Unida, muy ligada a un ámbito sindical, de un pensamiento que pensaba que hay que abrir muchas cosas en política.

- ¿Ahora se llama Pablo Iglesias?  ¿o es puro populismo?

- No lo sé, habrá que verlo. Siempre he dicho, y lo mantengo con los nuevos partidos, que hasta que no se gobierna y se está en las instituciones no se sabe. Es la auténtica prueba de fuego. Desde la barrera se pueden decir muchas cosas. Cuando pasen de las palabras a los hechos, será el momento de analizar la realidad ideológica de cada partido.

- ¿No ha sido nunca de estética de coleta?

- Lamentablemente, no. Cuando tenía pelo, no la llevaba. Y ahora que no tengo, sería muy complicado.

- ¿El PSOE no puede sin podemos? ¿le pasará factura?

- En Soria capital lo hemos hecho y en la provincia.

- Le han dicho alguna vez: solo sirve para trabajar?

- Sí, me lo han dicho alguna vez, y me lo digo a mí algunas veces. Al final, que es una cuestión personal. En todos los trabajos que he estado antes de estar en política, igual que en la abogacía, nunca he tenido horario.

- ¿Y cómo lo llevan los compañeros?

- No lo llevan nada mal porque me conocen hace años la inmensa mayoría. Siempre procuro llevar una sonrisa por delante y hablar mucho las cosas. Cuando vienen bien dadas y mal dadas.

- ¿Cuénteme que significa dedicación exclusiva?

- Veinticuatro horas al día los 365 días del año. Es lo que significa en política y que deberíamos explicar más a los ciudadanos. En mi casa, muchos días a las diez de la noche estoy hablando por teléfono de trabajo. A las siete y cuarto de la mañana estás viendo correos electrónicos en casa.

- Qué otra virtud, aparte de trabajador, se reconoce?

- Saber escuchar. Primero me gusta escuchar antes de tomar decisiones.

- Principal vicio... confesable?

- Ya no me quedan... quizá el tabaco y no me gustaría renunciar a él, si pudiera.

- Cuándo termine como presidente de la Diputación ¿qué le gustaría ser de mayor?  

- Quiero volver al ejercicio de la abogacía; tengo 48 años y no quiero jubilarme sin volver a sentarme en estrado en una sala de juicios. Me ha gustado siempre y de hecho hay días que lo hecho de menos.

- ¿Senador?

- En política lo que toque. Nunca me planteé ser presidente de la Diputación. Me han mandado a muchos sitios durante estos años. El tiempo lo dirá.