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Historia de búsqueda de orígenes en El Royo

Los Blasco-Brieva y Molina-Latorre, que emigraron hace un siglo a Argentina, han buceado en la historia hasta encontrar sus orígenes en El Royo. Éste es el testimonio de una búsqueda larga pero muy emotiva.Cuatro generaciones les separa y les unen.

TESTIMONIO de la historia de búsqueda familiar Blasco-Brieva y Molina-Latorre de El Royo

Crecí en Pasteur, un pueblo rural de la provincia de Buenos Aires, a unos 500 km de la Capital Federal y donde todos nos conocemos por generaciones. En su gran mayoría nietos, bisnietos y tataranietos de españoles que llegaban al país a fines del 1,800 o principios del 1,900. Tanto mi pueblo como muchos otros en la provincia de Buenos Aires, cuenta con una Sociedad Española de Socorros Mutuos, que inmigrantes españoles con sus familias se reunían periódicamente, hacían bailes, fiestas y eventos culturales.

Una vez al año se hacían las Gallegadas, o así como la conocíamos nosotros, donde varios gaiteros y músicos vestidos en ropas tradicionales caminaban las calles tocando jotas, flamencos y pasodobles. Yo era muy pequeño, pero claramente recuerdo estos eventos, a mi madre cantar y las vecinas bailar. Lo más lindo era cuando se visitaba estas familias, porque ya le mesa estaba servida con sus embutidos, quesos y panes caseros. Y al llegar el momento de la partida nunca te ibas con las manos vacías. 

Nuestra historia familiar comienza cuando los Brieva dejan El Royo en el 1890 y se afincan en pueblos rurales de la provincia de Buenos Aires, Germania y Vedia. Al ver oportunidades y prosperidad en la nueva tierra, los Blasco-Moreno, la otra parte de la familia que había quedado en El Royo, deciden embarcarse al continente americano y uno a uno empiezan a llegar los hijos de Francisco Benito Blasco-Moreno (Fuentecantos) y Pasquala Brieva-Delgado (EL Royo).

De todos los hermanos Blasco-Brieva, solo se queda en El Royo Tomasa Blasco-Brieva, casada con Sanz, habitando la casa familiar con Maria y Hermenegilda Sanz-Blasco. Sus dos hijos varones Marcelino y Luciano Sanz-Blasco también parten hacia Argentina.

Tanto los Brieva, Blasco-Brieva y los Sanz-Blasco pasan de pobres en España a ser ricos en estas nuevas tierras.

Los Brieva abren un almacén en Vedia, los Blasco-Brieva arman cuadrillas y se dedican a la construcción de las vías de ferrocarril abriéndose hacia el Oeste del país y los Sanz- Blasco parten hacia Buenos Aires capital, dedicándose al comercio.

Mi bisabuelo Demetrio Blasco-Brieva y su esposa Bernardina Molina-Latorre, embarazada de mi abuelo Felipe, llegan en el 1909 con su hijo Pablo.

Durante los 2 meses de viaje en barco mi bisabuela Bernardina teje 3 mantas de hilo, que fueron a cada uno de los hijos que tuvo antes de morir en un parto por el 1911-12. Sin pasar mucho tiempo, Demetrio se casa con Filomena Cortez (segunda esposa) con quien tiene más hijos.

Aun en ese tiempo existía la amenaza constante del indio, que robaba ganado y tomaba mujeres blancas cautivas para tener hijos de piel clara.

La hermana de Filomena sufrió ese destino, pero pudo escapar, escondiéndose en cuevas de animales durante el día y corriendo por la noche.

Sin embargo, a medida que fueron pasando los años, se creó una amalgama de razas entre los originarios y los inmigrantes europeos.

Mi abuelo Felipe Demetrio Blasco-Molina, alto, pelirrojo y de ojos verdes, se casa de Nélida Adela Lopez, de baja estatura y de piel trigueña, nieta de una originaria de la tribu Mapuche de Los Toldos. La mejor amiga de mi madre era nieta de un cacique Ranquel (Ramon Tripailaf) y una cautiva española, con la que tuvo varios hijos.

Por supuesto que muy poco conocimiento de esto tenía, tomándome tiempo dar con familiares vivos en Argentina que recordaran datos específicos.

Muchas veces haciendo trabajo de detective, pero otras de persistencia y paciencia.

En el 2015 me hice un examen de ADN de una empresa líder en Estados Unidos que más tarde coincidiría genéticamente con familiares que se habían hecho un análisis similar. En una de las charlas con la media hermana de mi abuelo, llega a recordar parcialmente el nombre del pueblo de Soria donde venia su padre, pero como “Rollo.” Finalmente encontrando El Royo, buscando en la guía telefónica y sin suerte alguna de dar con Blasco o Brieva. Mi incesante inquietud me hace pensar en pueblos lindantes, dando con Maria Victoria Blasco-Lafuente en Covaleda, que amablemente me recibe en el 2016 junto a su hermana Aurora.

Nuestra primera parada fue en el bar “El Berrocal” de El Royo. Entre cervezas y tapas con Maria Victoria y Aurora, mientras miraba fotos antiguas del pueblo un lugareño simpático me pregunta que buscaba. Don Santiago Caballero atentamente me invita a sentarme y me dice que me va a ayudar a encontrar mi familia al contarle la historia. Inquieto y amistoso, similar a muchos de los Blasco, al otro día ya había encontrado la casa de mis tatarabuelos gracias a la ayuda de una pareja de ancianos que había conocido a Los Morros Blasco, como se los conocía comúnmente. Por otro lado, el párroco Abel localiza los registros del bautismo del hermano (Pablo) de mi abuelo y así me entero de que mi tatarabuelo era originalmente de Fuentecantos.

El viaje estuvo lleno de emociones intensas, reuniones con familiares que habían quedado en el Viejo Mundo y en el transcurso enamorándome con el pintoresco paisaje montañoso, que recordaba haber oído alguna vez.  

En la plaza de Covaleda fui recibido cálidamente entre abrazos, besos y alguna que otra lagrima por muchos más de esta hermosa familia, creando una conexión que después madura en una relación a distancia. Pero como no podía faltar, antes de mi partida Don Jesús Blasco no me deja ir sin regalarme un delicioso chorizo casero y setas que había cosechado el mismo. Exactamente como hacían los españoles de Argentina.

Después de este primer viaje regrese en marzo del 2022 para la Fiesta del Chorizo en Covaleda y abril del 2023 con mi esposa e hijos, en cada uno de estos viajes encontrando nuevas piezas de este viejo rompecabezas familiar. Aquel hombre inquieto (Santiago Caballero) que me ayuda a dar con la casa de mis tatarabuelos, resulta ser familiar por una abuela Blasco-Vera de Garray y prima hermana de mi tatarabuelo. A través de otra página de ADN conecto con la parte de la familia que se había reubicado en Valtierra, Navarra, y que mi abuelo siempre mencionaba. Ellos tenían el segundo apellido de mi tatarabuelo (Moreno), confirmando que el contacto de Facebook con quien me había estado comunicando por meses ser primo de Fuentecantos (Arturo Blasco-Garcia), conectándome así mismo con los Blasco de la Mueblería en Duruelo de la Sierra.

Para mí es un gran logro y orgullo interno regresar al pueblo que vio nacer parte de mis orígenes y muy emotivo hoy tener una relación con familiares que nunca imagine existiesen. En este último viaje, mis hijos jugaban con las hijas de mi prima Soraya Blasco-Pascual. Caminar las calles de El Royo y sentir la roca de las paredes de la casa familiar es como recrear la historia. Con una imaginación divagante muchas veces me pregunto: Si mis bisabuelos me pudiesen ver, ¿qué pensarían de que uno de ellos regreso y reconstruyo una historia casi perdida? Aunque aún me falta la parte de Molina-Latorre. ¡Eso ya vendrá!

Fdo. Marcos César Perera-Blasco

https://es.wikipedia.org/wiki/Ignacio_Coliqueo

https://es.wikipedia.org/wiki/Tripailaf

 

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