Garray recupera la tradición celta del Samain
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La asociación Tierraquemada y el Ayuntamiento de Garray rescatarán la próxima noche del 31 de octubre una tradición celta casi olvidada. La del Samain, que servía hace tres milenios para la celebración del final de la temporada de cosechas en la cultura celta.
El Samain es la festividad de origen celta más importante del período pagano que dominó Europa hasta su conversión al cristianismo, en la que en la noche del 31 de octubre al 1 de noviembre servía como celebración del final de la temporada de cosechas en la cultura celta y era considerada como el «Año Nuevo Celta», que comenzaba con la estación oscura.
El programa comenzará a las seis y media de la tarde del próximo 31 de octubre, en el yacimiento arqueológico de Numancia, con un desfile con calabazas hasta el río Tera donde, en una explanada, se conmemorará a los héroes numantinos. También está previsto organizar un concierto de música celta a las puertas del yacimiento.
Está previsto además apagar durante media hora todas las luces de Garray.
La festividad céltica del Samain se describe como una comunión con los espíritus de los difuntos que, en esta fecha, tenían autorización para caminar entre los vivos y se daba a la gente la oportunidad de reunirse con sus antepasados muertos.
TRADICIÓN
Para mantener a los espíritus contentos y alejar a los malos de sus hogares, dejaban comida fuera, una tradición que evolucionó convirtiéndose en lo que hoy hacen los niños yendo de casa en casa pidiendo dulces.
Posteriormente con el cristianismo, esta festividad se integró en el Día de Todos los Santos, de donde deriva el nombre inglés de Halloween -contracción de la frase “All Hallows eve, víspera de todos los santos, que los irlandeses exportaron a Estados Unidos en el siglo XIX.
Entre las antiguas costumbres destacaban vaciar nabos (posteriormente calabazas) para poner dentro velas y dejarlas al aire libre para ayudar a guiar a los espíritus de los familiares al hogar y poner sillas en las mesas y alrededor de las chimeneas para los invitados invisibles.
Pero Samain es ante todo la noche más importante para la oración, la reflexión, para soltar lo viejo, hacer balance y atraer lo nuevo en el año que comienza y para honrar la memoria de quienes nos han abandonado.