“Qué te pasa, cara pasa, ¿Chuchurría?”
El jurista Saturio Hernández incide en este artículo de opinión en la falta de diligencia, alternativas y propuestas para resolver asuntos públicos, no sólo en urbanismo, en el Ayuntamiento de Soria.
Humaniza, que no es poco
Una esquizofrénica dictadura
“Qué te pasa, cara pasa, ¿Chuchurría?”
Qué Alcalde, en donde estas viajando por ahí, o aburriéndote en Soria, qué decir de la noticia de El Mundo, Heraldo Diario de Soria, del 24.1.2025, firmada por Víctor F. Moreno, con el título “Domus alegó un acuerdo con el Ayuntamiento para vender la 5ª planta” de los Pajaritos II, pues lees la noticia y se te queda “cara de pasa chuchurría”.
Y, quizá, noticia que sale y se publica cuando el Tribunal Superior confirma la sentencia del Juzgado de Soria, que determinó que la 5ª planta de los Pajaritos II hay que demoler, y no hay otra; queda el recurso de casación de la empresa al Supremo; igual que ocurre con el recurso de la empresa sobre eso del Ayuntamiento en relación a la tramitación y el procedimiento -no se sabe en qué paso está- del Cerro de los Moros, hoy Cerro de los Poetas.
Y en todo esto, se le queda o se le puede quedar a cualquiera “que pasa, cara de pasa”.
Esta es una expresión que puede parecer inesperada y, quizá, inapropiada, pero lejos de eso está, y no es inapropiada, y menos inesperada, y refleja una situación clara y concisa para los que, cotidianamente, decimos que estamos en esto, que no se sabe muy bien qué es.
Hablamos de cosas que son, respecto de otros, de interés por indicar, o pretender indicar una dirección o camino por el que ir, y satisfacer mejor un interés público que puede, y no siempre, afectar a un o unos colectivo/s que pueden estar poco interesados, es lo normal, en que se desenvuelvan frente a la sabiduría -y es un decir- de unos poderes públicos variopintos, que sólo van a sus intereses.
Y eso nos lo pone de manifiesto Fernando García en su Tribuna del 24.1.2025 sobre “Campañas Electorales. Ahora del Alcalde”, que con toda razón e incisiva intuición expone situaciones de los temporales sujetos del poder público que te dejan con la cara de “pasa chuchurría”, es como si algunos/as dijeran que defienden el Cerro de los Poetas, perlo han desaparecido de la sociedad, claro están en su zona de muy confort y que no les molesten, no sea que tienen o tuvieran que dar el “callo” y tendrían que trabajar, qué sudores nos manda el Señor.
Si unos profesores, vamos unos maestros, con alumnos de 12-13-14 años cuando al aula en donde están van otros alumnos de la misma edad, dos o tres, de origen ruso, y les dicen a los que ya están que tienen que ser multiculturales y adoptar decisiones-opiniones o actitudes de los que vienen, están tergiversando la verdadera aptitud de los valores sociales, porque querer trastocar los mismos, con unos nuevos es un contrasentido, cuando vienen
Y decir que eso está mal, es decirle al respectivo “que te pasa, cara pasa”, pues la cara pasa que se le queda al interfecto, es mayúscula y expresiva. Y además el respectivo sólo encuentra refugio en seguir haciendo o interviniendo en una situación alejada de sus intereses, que nunca serán los públicos.
Pero eso también ocurre, me parece, si se hace mención a ejecución de proyectos, pues, por mucho que estén subvencionados, si están mal diseñados, su ejecución sería o será defectuosa a inservible, pero el que lo hace y el que dice que eso es defectuoso, sin ofrecer otra alternativa, diseñada y en lo concreto deja como una pasa su situación y a él mismo, que no sabe diferenciar, y encima no ofrece nada novedoso, ni contrario a lo que critica, que podría ser positivo, pero si no se atraen a quienes pueden estar de acuerdo, la crítica, el artículo y lo demás es una “filfa”.
Lo mismo pasa con los que con la boca pequeña critican el Cerro de los Moros, o más bien de los poetas, y no saben más que entretenerse en que las “maravillosas” alegaciones que dicen se han producido, (cuanto trabajo nos manda el Señor con esos 100 folios), no reinciden en que no haya edificabilidad en la zona, y eso con tanta asociación de todo pelaje que pulula en el tema o cuestión, pero todas pretenden edificación, aun un poquito o con casas más bajas; unos artistas de la más rancia farándula.
Y algún “intelectual” de los suyos y para lo suyo, luego, nos dicen que no entendemos, o bien otros dicen que criticamos a los que hacen alegaciones, (cien folios), y a eso se ha de decir “que te pasa, cara pasa”.
Cómo que no entendemos, si está claro, modificación puntual, no desenvuelta por intervenciones varias, no afección, dicen los informes, y todo parado, porque el parado lo está en cuanto no trabaja todos los días.
Porque, si se observa, salvo el que suscribe ninguno ha dicho que el desarrollo del Cerro, con viviendas, (alguna imagen tan ridícula como esa similar a la nórdica defensora de todo menos del medio ambiente, eso de la viviendas más bajitas -y no se nos diga que no lo ha dicho nadie, porque se sacan, y ya, claro que si, los “papeles” al efecto), genera un gasto público conforme a la legislación, cierto, pero con el procedimiento que ahora y hoy existe esa continuidad, ni se produce, ni se va a dar, y hasta los promotores pueden estar esperando una sentencia sobre la paralización del Ayuntamiento que es incolora e insípida, “vamos una chapuza”.
Porque aun con la razón para los promotores y es mucho suponer, el Ayuntamiento tiene que pronunciarse y expresamente sobre las alegaciones, todas y cada una de ellas, y eso por acuerdo de Pleno.
Y claro, así la situación, nos encontramos con la sempi-eterna.
El 19.3.2023, F.García, decía …”Y no solo por el contenido y título si no fundamentalmente por la inmediatez y prontitud del mismo, como ocurre con las crónicas parlamentarias en las que los mejores columnistas compiten en inmediatez por ver quien dice antes lo que hay que descubrir. Saturio Hernández de Marco, apenas una hora después de finalizado el pleno, titulaba su artículo, afortunadamente breve; El Cerro; Suspensión o paralización no es denegación. Y este movimiento de suspensión o paralización beneficia a los dos, que está claro no quieren hacerse daño”.
Y en esta situación, “situación sitiada”, el querer hacernos creer que todo es relevante y se está sobre ella, es querer dejarnos como “cara pasa”, es decir sorprendente y es una idea e intención falsa de modo rotundo y la “cara pasa” se pasa.
Y ya no digamos sobre los Pajaritos, o sobre “el rascacielos de 80 plantas -no son muchas- de Avda. de Valladolid”, o sobre la ejecución de proyectos subvencionados sin pasar por una publicidad, incluso menor, o esas alegaciones de proyectos mal hechos o mal ejecutados, que no se acompañan de la visión de la alternativa, pero que, luego, se convierten en alegaciones tardías y mal redactadas e ininteligibles, no convencen a nadie y te quedas con “Cara pasa”.
Y como “cara de pasa” uno se queda cuando se habla de Ciudad deshabitada o provincia despoblada o de cultura con 3000€ y todo se hace con poco dinero, y sin población que llene los sitios, pues no sirve eso aunque se hagan bares en todos los Pueblos, pues mantener un establecimiento abierto es costoso, costoso, y así estamos aprendiendo que subvenciones para compra de coches, de no más de 5000€, 4000€ revierten en el estado por el pago del IVA: así no se soluciona nada, y a uno se le queda la cara de pasa y gastada y chuchurría.
Pero eso sucede con tantas cosas, y no todo es urbanismo, ni proyectos de ejecución de calles o infraestructuras, porque es cuestión de muchos aspectos, como taxis, y su funcionamiento, cultura, deportes, natación, piscinas polideportivas, educación o cuestiones sanitarias, adecuada peatonalización y no adoquinados salvajes y eso tiene que ser ofrecido a la población de modo claro y efectivo, pues si no, otra alternativa o perspectiva es quedarse a la intempestiva situación de lo que pase, o vaya a pasar.
Y por eso hay que salir de la “cara de pasa”, pues la misma es reflejo de lo que acontece o de lo que creemos que sucede, ya que, de contrario, se queda en una aguada “cara de pasa, chuchurría”.
Fdo.: Saturio Hernández