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Opinión

La Srª Pastor y el Sr. Nitrato

Ángel Coronado incide en este artículo de opinión en los problemas que ocasina el nitrato en los pueblos de la provincia, al hilo de la licitación de la eliminación del mismo en Nolay y frente a los defensores de las granjas que los generan.

La Srª Pastor y el Sr. Nitrato

Decía que nos alegramos al saber que 150 personas de Nolay van a poder tener agua para beber, pero al punto de haberlo dicho nos llega la trágica noticia: a miles de personas, dicho así, les pasa lo mismo en otros lugares, aunque dicho de otra forma y en este preciso momento, lo que realmente sucede es que miles de personas se ahogan sin agua, nadando en el barro y sin poder comer ni basura. No es posible continuar sin el deseo de que todos, cada uno a su manera y desde allí donde cada uno pueda, nos pongamos manos a la obra haciendo en conciencia lo que proceda.

Decía que nos alegramos al saber que 150 personas de Nolay van a poder tener agua para beber.  Según estadísticas de población, en Nolay todavía perviven como pueden 50 personas. Podemos ir a Nolay otras cien para bebernos allí un vasito de agua. Pero aun sacrificando la excursión, nos alegramos sinceramente de la noticia. Y lo digo no sea que el señor Nitrato se nos enfade. Conseguido lo cual añadiremos algo para que ese señoro no solo recupere un estado normal, el estado que todos tenemos cuando no estamos enfadados ni tampoco dando saltos de alegría, esto es, cuando estamos corriente, estamos bien, lo suficiente como suponemos se pueda sentir el señor Nitrato con sus partes bien limpias (esto es lo que añadimos, esto es lo principal), y bebiendo agua. Lean el artículo publicado en El Mirón de Soria con el título “La Junta licita planta de eliminación de nitratos en Nolay”

Echo mano de las ponderadas razones que exponía la señora Pastor acerca de la instalación de una granja porcina a las puertas del embalse que nos da de beber a todos. Y me alegra saber también tener ahora la ocasión para montar una tranquila charla, antes de la cual ya estábamos alegres, aunque menos, de lo que ahora estamos. Confieso que desde aquél día de Septiembre de los días del año que todavía corren, concretamente del día 12, desde aquél día en el que (a través del periódico) pude tener noticia de algo en lo que nunca había reparado antes y la Srª Pastor indicaba: “Una granja porcina legal frente a los pregoneros del Apocalipsis” (El Mirón de Soria), al citado medio cito como prueba del mensaje sobrecogedor a cargo de la citada señora. Lo cierto es que sí, la prueba de que a partir de Descartes la esperanza de vida humana ha experimentado el crecimiento espectacular que se cita es debido, en parte (en una pequeña parte según pudimos entender) a esa granja porcina. Y lo digo de corazón, porque siento sinceramente que a Descartes no le pudo beneficiar el subidón. Nació excesivamente pronto. Si Descartes hubiese nacido doscientos o trescientos años después, a saber, Señora Pastor, la de libros que habría escrito y la de jamones que habría comido. De todas formas, bien está con el legado que nos dejó. De acuerdo con usted, pero no nos podemos quejar (todos, incluyámonos, Sra. Pastor, tocamos a más jamón). Y si nos quejamos, será de vicio.

Alegres, pues. Vayamos a Nolay y cuantos quieran venir con nosotros, gente corriente con, de excursión, gente corriente como los cincuenta vecinos de Nolay, gente de por la calle, sencilla queremos decir, contenta con tener en la mano un vaso de agua para beber, cuanto más si de vez en cuando, solo así, el agua se torna en vino. ¡A su salud!, brindando y chocando vasitos entre todos.

Y acabada la fiesta, Srª Pastor, le rogamos nos ayude. Hemos de abordar una cuestión pendiente. Hemos venido a eso y… ¡salvan sean las partes del Señor Nitrato!, que no acierto bien a decirlo. Salvan sean sus partes, pero tenemos que limpiarle el culo, para decirlo de una vez, Srª Pastor. Y no encuentro mejor ocasión para ello que recordar sus enseñanzas. Se las voy a recordar, pero no para que usted las recuerde sino para que sepa que a nosotros nos interesa sobremanera recordarlas también. Y como además gozamos de buena salud y nos estamos aprovechando a tope del subidón saludable que a partir de Descartes disfrutamos, razón de más para recordarle a Ud., Srª Pastor lo más destacado de lo que gracias a Ud. recordamos. Resumiría todo en lo dicho, pero no resistiré la tentación de mencionar algo más, por poco que fuere. Decía usted:

La norma está plagada de matemáticas, cm, cm2, cm3, horas, grados Celsius, microSiemens, resistencias y propiedades físico-químicas de los materiales, caudales, etc.” No es posible decir más ni mejor en tan poca letra. Matemáticas, centímetros, grados, celsius, siemens, física, química, caudales, una enciclopedia (faltan los kilómetros, pero vale), un soberbio resumen. Y por si aun fuese poco (cuando no lo era, créanos), añadía usted:

 “El caso es que la justicia ha hablado, y ha determinado que el planteamiento realizado por los promotores de la granja, gente normal, está conforme a toda esta ley enumerada.

Las leyes que regulan todo el tema de contaminaciones, nos gusten mucho o nada, o para unas cosas sí y para otras no, están fundamentadas en la ciencia, es decir: en la objetividad y la racionalidad, cuyos elementos de análisis están estandarizados y han debido ser aceptados globalmente por la comunidad científica, sin sesgos, con resultados validados por la experimentación y que son repetibles. Y, lo que resulta más importante, para los que tan solo somos simples mortales la ciencia demuestra y ha demostrado ser efectiva en la mejora de nuestra calidad de vida y es esencial para enfrentar desafíos globales del futuro, como puede ser el cambio climático, pero también, no nos olvidemos, la reducción de la pobreza o la alimentación de una población cada vez más numerosa.”

No seguimos. No hace falta. Srª Pastor, se lo repito ¡Ayúdenos! Hemos de limpiar al Sr. Nitrato sus partes pudendas. Ayúdenos, por favor. Para facilitar nuestra humanitaria labor y para llegar entre nosotros a una colaboración fructífera, hemos de darle noticia de nuestras modestas pesquisas que, aparte de modestas ni siquiera podemos entender. Para nosotros que, bien intencionada sin duda, nuestra Junta desvaría. No lo entendemos pero nos tememos que ella tampoco lo entiende bien, razón por la que, con todos los respetos, le damos cuenta a usted (traductora nuestra, nos atrevemos a decir) de sus desvelos. Dice que se trata de limpiarle al Sr. Nitrato sus partes, sucias es poco. Más que sucias. Habla de cuatro objetivos concretos. Insiste en un “Caudalímetro Woltzman”, entiendo que de fecales. Y sobre todo pone acento en unos tubos PE DP  DNI102 que, francamente, no sé, no me gustan. Confianza ninguna y siempre pegaditos a la pared, recomendamos. Pero volviendo a sus sabias indicaciones, y habiendo tomado nota de lo principal, esto es, que “La justicia ha hablado”, lo primero es la salud, que acerca de lo segundo proseguimos.

Sírvanos de traductora, Srª Pastor, necesitamos entender a nuestra Junta acerca de las partes pudendas del Sr. Nitrato. Las tenemos que limpiar y sabemos por usted que la norma está plagada de matemáticas y de centímetros cuadrados. Somos gente normal, Srª Pastor. Lo del “Caudalímetro  Woltzman” nos tiene también en vilo. Parece caro. Estamos organizando un crowdfunding para recaudar fondos. Hemos hablado con Europa. Europa responde que tiene fondos. Con la Junta. La Junta responde que los tiene también. Con la Consejería del ramo. La Consejería del ramo responde que sí, tiene pasta. Con el Ayuntamiento de Nolay. El ayuntamiento de Nolay responde positivamente, tiene fondos.  Y estamos pensando hablar con todos y con cada uno de los cincuenta vecinos de Nolay para pasar el cepillo, pero la verdad, Srª Pastor, verá, será timidez, pero…. conocemos a un par de vecinos que están cabreados. Tampoco entendemos por qué (y hablan castellano). Cabreados es poco. Nos acordamos de Ud. Srª Pastor. Nos acordamos de usted. Confiamos en la ciencia, somos gente normal. Sírvanos de traductora, Srª Pastor. ¡Interceda! ¡Cabreados es poco¡

Y ahora vamos al curro, a dejar entre todos las partes del Señor Nitrato como el culito de un bebé! ¡A trabajar se ha dicho! ¡Manos a la obra, Srª Pastor, Señor Nitrato, todos a una!

Fdo. Ángel Coronado

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