La situación sitiada
El jurista Saturio Hernández incide en este artículo de opinión en la situación sitiada, sin alternativas, cuando las hay, de diferentes expedientes urbanísticos en Soria capital, para ser una ciudad más humanizada, lejos de la propaganda.
Maravillas en las redes
Ojo al amo. Ojo al esclavo
La situación sitiada
Nos encontramos habitualmente, me parece, en el hecho real de las relaciones que tenemos, las producimos como en el sitio y están sitiadas por los acontecimientos, vamos que no somos libres, aunque “nos” digamos que sí.
Y ese hecho de que “nos creamos” es, entiendo, esencial para hacer valer que no lo somos, todos preocupados por el futuro nuestro, y no digamos por nuestros más cercano jóvenes, y así si alguien ha estado en una guardería o similar, y le quieren renovar, las condiciones son tan “escasas” que se tiene, que se tienen que ir fuera, vamos Alemania o Suiza o Suecia, y allí con el mismo puesto le ofrecen como contrato las mejoras del doble de sueldo; siempre se puede decir la vida es más cara, pero dudo mucho a lo cara que es Soria.
Y eso no lo arreglan ni empresarios, ni similares, que todos se visten cuando están en asociaciones de todo pelaje, como lo de asociaciones denominadas ecologistas, como si estuvieran en un desfile, y con sueldos, y sólo para ellos, que jamás ganarían en su empresa.
Ah, si alegamos o escribimos o alguien alega o escribe sobre lo que los poderes públicos “en su infinita sabiduría” nos dicen que eso es lo mejor, su contrapartida o réplica no es decir que eso es, normalmente, una chapuza interesada, que habitualmente lo es, sino establecer una alternativa, que no se refleja de modo concreto, es decir con unos planos o unas exposiciones que comparen, que permitan comparar unas propuestas y otras.
Cuál es o puede ser la mejor, ese es el debate y la definitiva ejecución.
Y la pregunta sobre esto es y, todo eso, para cuándo.
En ese cuándo no es o ni debería de ser el refugio de lo que es el pasado o ha pasado antes, como falta o presunta falta o inexistencia de democracia, ataque a grupos diversos y de diversidad o con diversidad funcional, y un largo etcétera de supuestos que se articulan con el recuerdo que, sólo algunos, hacen al pasado, rememorando lo hecho y calificando que lo que ocurre es que dificultan, con esos recuerdos, o rememoraciones baldías, tan gaseosas e inodoras como ese vacío convenio del Cerro de los poetas, que sin valor revolotea sin efecto.
NI siquiera el mantenimiento de existir algún derecho de ese convenio, que no los tiene, ni un euro, ni un metro, ni un cambio, salvo la compra por el Ayuntamiento del Cerro de los Poetas, que puede hacerlo con un convenio de colaboración entre las partes y con previa publicidad y valoración para que, cualquier otro, si lo hay o lo hubiera, pueda ofrecer mejor propuesta.
Siempre se nos podrá decir que el convenio ha de ser en todo caso con los propietarios reales y registrales de la zona del Cerro, pero eso no es así, pues si hubiera reticencia, el Ayuntamiento tiene la vía de la expropiación por ser suelo rústico, con valoración en ese aspecto y eso sufragado por quien ofrezca mejor derecho al Ayuntamiento; lograría por eso una liquidez y un Cerro para todos los sorianos.
Y la sitiada situación se encuentra en otros muchos supuestos, así el adoquinado salvaje que es todo y cualquier cosa, menos una humanización de la sociedad y de su vida en el global.
Y no existe humanización, y hay que huir de esos inventos de palabras vacías, sobre todo realizadas por el que parece que fue el almirante de la mano de hierro, y hoy se ha quedado ni siquiera en el Sargento York, pendiente del dedo determinante.
Y la denominada humanización es inexistente sore todo cuando quieren liderarla esos poderes públicos que no saben lo que es, contando con la población. Quizá tampoco con ellas, por lo variable de su heterogéneo contenido.
Eso ocurre también en que la humanización sería terminar los múltiples eventos y/o situaciones que llevan tanto tiempo, que ya ni siquiera sabemos qué pasa.
Porque cómo se humaniza el hecho de los que han pagado su vivienda y se les ha reconocido su entrega en plazo, pero la obra se ejecutaba fuera de lo aprobado, y encima y además los propios técnicos pueden haber hablado y escrito e informado, de informar y de hacerlo, de que lo que se estaba ejecutando, cinco plantas en vez de cuatro, -y eso puede estar pasando y siendo reconocido y estar en documento de pleito-, era fuera de norma, y no se les ocurre y después de tiempo-tiempo, que detectado ese hecho, lo inmediato es el expediente sancionador y de paralización.
La situación, quizá creada, es de esperar que no sea que ocurra para que se alegue que la infracción está prescrita. Y eso no podría darse, porque la construcción de una quinta planta, hoy casi famosa, no podrá darse, no podría darse pues requiere una modificación puntual del Plan, archivada por el propio Ayuntamiento, y por eso no existe firmeza de nada. Y eso no lo posibilita, siquiera, que se haya dicho que la compra de tal cual finca es correcta.
El sitio de la situación es paradigmático.
Es salir de la sitiada situación, que me parece que existe.
Fdo.:Saturio Hernandez