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Opinión

Ante el 8-M de este año 

Juana Largo reflexiona en este artículo de opinión, a pocos día de la celebración del 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer, sobre la sociedad que sigue dominada por los hombres y confía en la educación para transmitir los mejores valores a las nuevas generaciones y cambiar el mundo.

Ante el 8-M de este año 

Aunque nos anticipemos un poco, podemos decir algo con respecto al próximo ocho de marzo con la reunión y fiesta de las mujeres. Sobre todo, en este año que está siendo ya tan convulso.

Ahora que, en estos tiempos, no ha ganado Kamala Harris y que tenemos miedo las mujeres, porque nos sentimos desprotegidas frente al invasor yanqui y otros parecidos, ahora que no podemos sustraernos al umbral de violencia que ya se da y la que se avecina, ahora que nos sentimos solas, confusas, cuando ni nos protegen los gobernantes españoles, porque cada uno va a lo suyo, a su enriquecimiento particular y el mundo es cada vez más insolidario y egoísta, ahora es cuando podemos afirmar que tenemos miedo.

No es miedo gratuito o de que si tú te lo creas es porque quieres, porque el miedo es libre, no, que resulta que el panorama objetivo produce miedo, ¿miedo a qué?... Miedo a la perdida de amor, miedo a la pérdida de libertad, cuando pensábamos que, en los movimientos feministas, estábamos haciendo algo y conquistando algunas libertades y nos alegrábamos con aquellas manifestaciones en las que, por ejemplo, decíamos NO ES NO… O miles de consignas más, o cuando defendíamos la causa trans, o cuando nos manifestábamos a favor de la libertad de los pueblos, como Palestina, o Ucrania, o nos congregábamos sencillamente para hacer una fiesta y bailar y cantar, como verdaderas locas, y ahora no podemos. Porque, sobre todo, el miedo nos atenaza, siempre los hombres encima dominando y mandando y ahora mucho más…

Es ahora como lo que me ha dicho mi compañera Julita, esta mañana, cuando le he comentado que ahora había mucho machismo, y ella me ha respondido: “Siempre lo ha habido”. Eso es lo que queremos decir, que siempre ha habido machismo, pero pensábamos nosotras que ahora estábamos consiguiendo conquistas sociales, como por ejemplo, también, las pertinentes del aborto, las del divorcio, las de cobrar un sueldo justo, las de la conquista de la libertad personal, y ahora resulta que nada de todo eso puede ser, y que nos tenemos que callar, porque sencillamente nos da miedo este mundo en el que vivimos y sin embargo tenemos que decir que tenemos miedo, porque somos mujeres y a las mujeres siempre nos han atenazado (aunque algunas estén conformes con esto) y por ello hablamos, hablamos y hablamos e incluso, en nuestra inseguridad, consultamos con la policía, y sentimos continuamente el miedo, aunque, por el simple hecho de ser mujeres no debiéramos correr peligro…

Pero ya lo decía Aristóteles, la ignorancia es el mayor peligro para el bien, y así estamos, en un mundo ignorante en el cual esa ignorancia produce el mal y las anomalías sociales… Sí, tenías razón, Julita, siempre ha habido machismo, no solo ahora, por eso que nos han hecho débiles y nos consideramos débiles, sobre todo cuando hay gente femenina que vende su femineidad por un café, que se rebaja ante el macho por un plato de lentejas, haciéndonos ser más débiles y entrando en el juego del macho… ¿Qué podemos decir ya?... ¡Que estamos hasta los ovarios ante esta violación institucional! Y que nos quitan el grito de la boca ante la injusticia (no la del Ministerio de Justicia español, que a algunas ni nos defiende ni nos atiende, dejándonos más solas todavía) y que, después de todo nos quedan los 8-M para salir a la calle y poder bailar o cantar, y eso es lo que esperamos este año…

Pero la historia, con sus gestos, no termina aquí.

Si recapacitamos un poco, o sin tener que recapacitar mucho, vemos lo que sucede. El mundo gira, gira, ya lo decía la canción. Ahora va a unas velocidades vertiginosas en pos de su propia destrucción. Sin embargo, hay gente que acepta esta violenta autodestrucción y gente que todavía se atreve a decir las verdades. Las múltiples llamadas de los media españoles, que es de los que tenemos referencia por aquí, nos dan un indicativo de que, con la resignación, con la resignación de las mujeres no conseguimos nada. ¡Claro, no está el panorama para que se presente un Stalin!

Ahora bien, si desde los espacios donde estamos las mujeres, que suelen ser espacios de la educación, aunque nos estén a punto de echarnos una bomba, las mujeres podemos educar de otra manera, otra manera no caótica y más positiva. Si aceptamos nuestra responsabilidad en el mundo social, nos damos cuenta (pero a la inversa de lo que ellos quieren) de que se puede dar una reestructuración y de que las actitudes de los extremos de la derecha, pueden ser anuladas en el mismo momento que, en la educación se le dice a una niña o un niño la verdad.

Se puede neutralizar el mal negándolo y condenándolo, de tal manera que a los niños no se les haga creer que el mundo y esta Europa y este país, son un desastre porque lo quieran dos o tres autoritarios y sin fundamento y que, en el mundo hay diversidad y pluralismo y un comportamiento adecuado para con la tolerancia y la libertad, no al revés, claro está. Pues desde la primera edad se les puede educar a los menores con una pedagogía de humanismo y normas de convivencia y respeto, sobre todo libertad –pero no la irresponsable- de la gente con la gente, y que no hay que aislar a nadie y que la vida humana tiene valor porque así lo han querido las personas buenas que están a favor de la vida y no de la muerte y de la destrucción. Una pedagogía de la construcción y de la positividad en tanto en cuando ello supone una alergia al oscurantismo y la violencia.      

Partiendo de la no-violencia y del “ahimsa” indio se puede construir un mundo solidario y no ese mundo de sociofobia y de vulneración de las personas que aparentemente son más débiles, ni de las que tienen desventajas. Hay que reinventar una pedagogía en la cual implicarse las féminas y los hombres que están en la misma onda, para celebrar la vida cada día y que podamos en las plazas citarnos con las palomas que en ellas se aposentan. Hace poco leía la que suscribe esta nota unos comentarios en internet que hablaba de un ateneo libertario en Soria. Le daba un repaso al neoliberalismo y era en verdad algo de frescura en un panorama denso de calor como el que nos toca vivir ahora, es decir, asfixiante.

Escuelas, ateneos, reuniones, centros de educación, hogares, etc., son espacios en los cuales las mujeres y los hombres que no se crean este sistema tan injusto, pueden concienciar a los niños con lo que es el bien y lo que es el mal, con lo que es el odio y con la salvación humana en teorías dignas, con sus prácticas de lo que es el respeto y el amor a la especie nuestra como a las del resto de la naturaleza. Con la creación, que suele tener mayor práctica en las mujeres y no con la nombrada tantas veces, destrucción. Crear, construir, crear poblaciones habitables y no tóxicas, en las cuales el carácter sea el del compartir y no el del egoísmo y la guerra.

¿Por qué los hombres nos invitan tanto a la guerra?

Esto es inconcebible con la palabra Civilización.

(Aunque falten unos cuantos días para la celebración del 8-M, nos hemos anticipado para dar ideas y tener herramientas y que pueda ser una gran reunión. Cada persona, cada una de nosotras puede aportar algo.)  

Fdo: Juana Largo

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