la movilización, en cifras, de Cruz Roja para ayudar a miles de personas afectadas por los incendios
Tras la oleada de incendios, Cruz Roja en Castilla y León hace balance sobre el despliegue de un operativo excepcional que ha contado con la participación de 597 personas voluntarias en las tres semanas en las que el fuego ha sido el gran protagonista.
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Ávila, Salamanca, Palencia, León y Zamora han sido los territorios que han sufrido los efectos de los incendios, siendo esas dos últimas provincias las más afectadas y donde aún se mantienen activos tres albergues, dos en León y uno de Zamora.
En las cinco provincias, Cruz Roja ha activado sus equipos para dar respuesta a las necesidades de toda la población que ha tenido que abandonar sus casas y pueblos para cubrir sus necesidades básicas de alojamiento, comida y aseo, además del apoyo psicosocial tan importante e imprescindible en este tipo de emergencias.
En total, Cruz Roja en Castilla y León ha gestionado un total de 47 albergues donde se han habilitado 4.254 plazas.
Por otro lado, y con el fin de dar respuesta a las personas con movilidad reducida o necesidades especiales, se han gestionado un total de 131 plazas en 8 residencias, lo que hace un total de 55 albergues gestionados.
Una gestión que se ha llevado a cabo en colaboración con las distintas administraciones y que ha supuesto un total de 5.105 pernoctas, de las que 131 fueron en residencias.
Para todas aquellas personas que han llegado a los albergues, se han entregado casi 14.000 avituallamientos entre desayunos, comidas y cenas.
A esto hay que sumar los puntos de avituallamiento, cinco en total, para los intervinientes en los incendios y para los que también se han gestionado 153 camas.
La labor de Cruz Roja se ha centrado, además, en el apoyo en los desalojos así como el acompañamiento a las personas que volvían a sus casas tras el fuego.
La entrega de medicinas se ha coordinado, además, con los centros de salud de cada zona a los que la organización también ha trasladado a algunas personas que lo han necesitado.
Asimismo, se han gestionado dietas especiales y se ha puesto a disposición de las personas usuarias de los albergues puntos de recarga para mantener sus teléfonos activos en todo momento y facilitar así la comunicación con familiares y allegados.
Las mascotas han tenido también un lugar específico en los albergues para aquellas personas que acudieron con sus perros, gatos, conejos, etc y a los que también se les ha dado cobijo y proporcionado alimentos.
El apoyo psicosocial, imprescindible en la emergencia
La llegada de centenares de personas a los albergues ha supuesto un reto, no solo logístico sino también en cuanto al apoyo psicosocial.
Así, Cruz Roja ha proporcionado en cada recurso desplegado, y desde el primer momento, la ayuda de psicólogos y psicólogas con el fin de facilitar una estancia marcada por el miedo y la incertidumbre de una población a la que el fuego ha obligado a salir, en muchos casos, con lo puesto. Escuchar a estas personas o ayudarlas a buscar, en algunos casos, a los familiares con los que se había perdido el contacto, ha marcado tres semanas de emergencia inédita en Castilla y León.
Todo el trabajo que se ha venido haciendo en este tiempo, siempre en colaboración con las administraciones, no hubiera sido posible sin la solidaridad y generosidad del voluntariado para el que la presidenta autonómica, Rosa Urbón, no tiene más que palabras de agradecimiento por haber sido “ejemplo de compromiso, solidaridad y humanidad y por haber estado, como siempre, donde más se les necesitaba, dando apoyo y sumando fuerzas para que nadie quedara desatendido”.
Además, Urbón ha destacado que, en esta emergencia, “la ayuda aportada por Cruz Roja ha sido posible gracias, también, a nuestro despliegue territorial en las zonas rurales. Esa cercanía nos permite estar al lado de las personas y de las administraciones, aportando soluciones inmediatas para atender a quienes más lo necesitan”.
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