TRIBUNA / Carta abierta a Don Tomás Santos
Ángel Coronado dirige una carta abierta a uno de los propietarios de los áticos de la promoción de viviendas Los Pajaritos II, que siguen sin poder hacer uso de las mismas, por la falta de competencia municipal.
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TRIBUNA / Carta abierta a Don Tomás Santos
Amigo Tomás, permítame que así, sin más, me dirija personalmente a usted. Y además que lo haga como si, conociéndole de toda la vida, le llamase una vez más. Y es que a pesar de no conocer de usted ni el nombre, nos viene a demostrar el hecho de cómo es posible que un nombre (en definitiva cuatro letras dispuestas en un preciso y determinado orden) haya podido llegar a suplantar toda una circunstancia, la que (para no copiarla de forma literal), hago mía en todas sus letras, puntos y comas. Me refiero al texto publicado por usted en este medio con el título de “¡Tengo un ático en Pajaritos II!” y con fecha 02/02/2024.
Pues bien: me gustaría decirle que dicho texto, ampliado hasta un millón de veces más y repetido otras tantas veces de una forma estrictamente literal, debería clavarse con chinchetas de pincho largo y directamente sobre la piel de uno por uno (y así de todos), de todos los responsables de la situación que usted describe en su texto. No sin antes, huelga decirlo, haberles llamado al orden. Quien avisa no es traidor. Quiero decir, hacer una buena foto de frente y otra de perfil de cada uno/a de ellos/as con otras cuatro letras al pie que dijesen: “Se Busca”
Y como la cosa da más de sí de lo que en un principio cabría pensar, demos una vuelta de tuerca más al asunto. Me gustaría escoger una parte de su texto, amigo Tomás (adivinen por qué dicha parte), ahora me interesa destacar. Lo cito textualmente y dice así:
“… ningún arquitecto firmará el fin de obra legal ni ningún arquitecto del Ayuntamiento firmará la licencia de ocupación de mi ático.”
Tengo el expreso deseo de no alargar mi texto en tanto en cuanto se distinga del suyo, amigo Tomás. Por esa razón abrevio: señores arquitectos involucrados (que “ninguno” no, que de ninguno nada, que hay dos arquitectos concretos involucrados, al menos dos), no es a ustedes a quienes me dirijo.
Y para cumplir ese deseo solo me resta mencionar que no es a usted, señor Alcalde, aunque tampoco sea usted don nadie, a quien se dirige esta carta. Y que igualmente no es usted, doña Domus Nebrija, no es usted doña nadie, a quien me dirijo. Me dirijo a un señor, Don Tomás Santos que dice que alguien le ha robado su ático, y es de dominio público que Don Tomás dice verdad.
Amigo Tomás, espero que recupere usted su ático. Sólo le pido que cuando tal cosa suceda me lo haga usted saber. Con estas letras he contraído una deuda que no puedo, en tal caso, olvidar. En caso contrario, Tomás, le deseo sinceramente lo mejor.
Y a los compradores del ático pirata, ¡qué decirles! A Don Tomás le diría que nadie como él les podría aconsejar.
Fdo: Ángel Coronado