"Forjado a fuego" recorre el arte de las aldabas
Hasta el 28 de septiembre se puede contemplar la exposición fotográfica "Forjado a fuego", de Mariano Costalado, en la segunda planta del centro cultural Palacio de la Audiencia.
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Costalago ha realizado un buen puñado de kilómetros para captar en su cámara fotográfica aldabas o picaportes que durante mucho tiempo sirvieron, con arte, para llamar a las puertas y significar quién moraba en la casa.
El autor ha reconocido que cada vez es más complicado encontrar estas auténticas obras de arte ya que han ido desapareciendo poco a poco, fruto de una sociedad moderna que no ha sabido respetar, en más de una ocasión, lo que mucho de valor guardaba la sociedad tradicional.
El recorrido por la muestra evidencia que los ojos del visitante está ante piezas únicas, irrepetibles, elaboradas por herreros artesanos, cuya imaginación se ha plasmado en figuras muy variadas: animales, péndulos, martillos, formas fálicas, manos, anillas etc.
Debe saber que antaño se decía, "tener buenas aldabas" para indicar el estatus social del dueño, su poder y su influencia, pues, generalmente, estos eran mayores cuanto más elaborada era la aldaba.
Además, en algunas puertas, los picaportes se situaban a la altura conveniente para llamar sin tener que desmontar del caballo. Y en algunos países islámicos se utilizaban dos aldabas, de distinta forma y tamaño; una a la derecha, para hombres, con sonido mas grave y otra a la izquierda para las mujeres con sonido mas agudo. De esta forma se diferenciaba la persona que llamaba.
Como dato curioso, en la segoviana Riaza, en la plaza bajo los soportales, encima de las puertas con picaporte existen unas trampillas que permitían ver sin peligro al que llamaba, sin ser visto.