Exposición "Toros y Entropía", de Miguel Á. Sánchez
Miguel A. Sánchez expone en el Espacio Alameda "Toros y Entropía", hasta el 29 de julio.
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Miguel A. Sánchez nace en Soria, una tierra próxima al cielo cuya luz, virginidad, sobriedad y románico marcan y estimulan profundamente a quienes portan un gen creativo.
Estudió en la Escuela de Arte de Soria obteniendo en su primer año de escuela un accésit nacional de Cruz Roja Española y un segundo premio nacional de Tabacalera Española.
Su vocación artística se vio condicionada por el contexto, las expectativas de la familia, y por otras circunstancias inevitables que le abocaron a estudiar y licenciarse en derecho.
Su primer trabajo fue de abogado en una gran multinacional americana y después de aprobar unas oposiciones de funcionario técnico de la administración se instaló definitivamente en Soria.
Cursó estudios de doctorado en sociología, pero sus ansias por viajar y conocer, su carácter, y la vocación artística que siempre estuvo latente, y que ejerció una fuerza difícil de reprimir, le llevaron a integrarse en el mundo del turismo, trabajando como profesor, director y presidente del Consejo Rector de una Escuela Universitaria de Turismo, lo que le permitió una intensa actividad viajera y conocer los principales museos y centros de arte mundiales, lo que sin duda le ayudaron a configurar su formación artística y le persuadieron irremediablemente.
Como decía Sigmund Freud, el aparente destino fatal se encuentra auto inducido de manera inconsciente por el individuo.
Toda una intensa vida de experiencias, conocimientos, sensaciones, insatisfacciones etc… le llevaron en la madurez de los 40 años a reencontrarse con el arte, convirtiéndose la escultura en su verdadera pasión y la mejor terapia y energía para seguir viviendo ilusionado, En la obra de Miguel Ángel Sánchez se adivina una vida personal intensa y compleja, cada una de sus esculturas son un profundo estudio y proceso reflexivo en el que trata de poner orden al cúmulo de imágenes, volúmenes y formas que le invaden para captar la esencia de la obra final, lo que explica que sus trabajos no se puedan encuadrar en un estilo de arte contemporáneo único, alternando el abstracto, el conceptual o el figurativo dependiendo del estado de ánimo, del material disponible y de la evolución del diálogo con las piezas. El impulso creativo de cada una de las obras es una necesidad irresistible del día a día para poner orden en el caos, a la vez que un verdadero divertimento. La escultura es para el artista ese lavado del polvo de la vida cotidiana como diría Picasso.
Por lo que se refiere a la producción escultórica, hubo un antes y un después desde que a punto de cumplir los 40 años rehabilitó en Molinos de Duero un edificio histórico y uno de los más emblemáticos de la provincia de Soria, convirtiendo sus jardines, salones y galerías en un museo permanente que le permitió exponer gran parte de su obra.
Desde entonces ha participado en más de cincuenta exposiciones y ha creado obras que pueden contemplarse con carácter permanente en lugares privilegiados de la geografía soriana y española, y en algún centro de arte nacional.