Charla del PCPE en el centenario de la Revolución de Octubre
El Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE), organiza en Soria una charla para conmemorar el 100 aniversario de la Revolución de Octubre.
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El acto tendrá lugar el viernes 20 de octubre, a las 18.00 horas, en el Centro Joven de Soria, (García Solier, 23).
La charla, que abordará uno de los acontecimientos más importantes de la Historia del siglo XX desde una perspectiva histórica y política, incidiendo en las enseñanzas y lecciones que se pueden extraer del mismo, será impartida por Alejandro Porres, miembro de la dirección del PCPE en Castilla y León.
En el acto intervendrá también Ástor García, secretario general del PCPE, que intervendrá para valorar la actualidad política española.
Se desencadenaron cuantiosas revueltas y huelgas reivindicando mejores condiciones y mayores salarios. Aunque algunas fábricas accedieron a las peticiones para elevar los salarios, la inflación de guerra anuló su efecto. Hubo una protesta ante la que Nicolás respondió con violencia, en respuesta, los trabajadores de la industria fueron a la huelga y paralizaron de hecho el ferrocarril y el resto de redes de transporte. Las pocas mercancías que estaban disponibles no podían llevarse a su lugar de destino. Los precios se dispararon a medida que los bienes esenciales eran cada vez más escasos. En 191 el hambre amenazaba a muchas de las grandes ciudades.
Aproximadamente un 85 por ciento del pueblo ruso formaba parte del campesinado, oprimido por la aristocracia feudal y los funcionarios imperiales. El vasallaje, asociado comúnmente con la Edad Media, describe con precisión la situación social de la Rusia de principios del siglo XX.
La Primera Guerra Mundial sólo aumentó el caos. La ingente demanda de producción industrial de artículos de guerra y obreros causó muchas más insurrecciones y huelgas. Además, como se necesitaban a muchos trabajadores en las fábricas, los campesinos emigraron a las ciudades, que pronto se vieron superpobladas, viviendo bajo condiciones que rápidamente empeoraron. Para colmo, mientras que la cantidad de alimentos requerida por el ejército era cada vez mayor, el abastecimiento tras el frente se empobrecía más y más.
En 1917, el hambre amenazaba a la mayoría de las grandes ciudades. La suma de todos los factores anteriores contribuyó a un creciente descontento entre los ciudadanos rusos, que posteriormente desembocaría en la Revolución.