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"El castellano natural está desaparecido"

Fermín Herrero, entrevista de cerca

Fermín Herrero Redondo (Ausejo de la Sierra, 1963) recibe esta semana el premio de las Letras de Castilla y León 2014, un galardón que reconoce su castellano purísimo, el que escuchó de niño y hoy apenas oye.

Orgulloso de figurar en la nómina de distinguidos con este premio,  que llega un mes después del de la Critica y menos de un año después del Gil de Biedma,  Herrero nos habla en una de sus escapadas a Soria, sobre su última obra y sobre lo que le está pasando en torno a la literatura y la lengua castellana.

- En tiempos donde nadie da las gracias ¿por qué título “La gratitud” su último poemario?
- Quería hacer un libro con un componente ético, sobre los sentimientos que se están perdiendo o no están bien vistos, como el respeto, la tradición, el cuidado de los mayores... La gratitud la elegí porque leí que Stalin decía que es una enfermedad que tienen los perros.  Pienso que Europa todavía no se ha recuperado de los totalitarismos, lo que está influyendo mucho en el cansancio cultural que hay y la pérdida de muchas cosas.
- Europa lo que ha perdido es su puesto como referencia del mundo...
-  Ya en mi generación, al tenerlo todo hecho, ha perdido el poso que había cultural. El pragmatismo monetario va a acabar con el espíritu y la literatura. En España hemos perdido el espíritu, la capacidad de esfuerzo.
- Pero como profesor que es ¿tiene responsabilidad en lo que denuncia?
-  Tenemos culpa todos, también los profesores. Está en el ambiente. Los profesores de instituto tenemos mucha responsabilidad pero también nos han mandado a la primera línea de fuego a luchar contra esto, sin armas. Y ha habido mucha gente que se ha pasado al enemigo. En una clase mandas a treinta personas; y si veintiséis no te hacen los trabajos, viene el padre y te dice que está en la habitación pero... no hace nada. Cuando uno es padre tiene que tener una responsabilidad. Entiendo que es cansado estar encima de tu hijo. Pero está creando una dejadez. Y unido a las nuevas tecnologías, ahora no sabes donde está de facto.
- Y cómo se le da la vuelta al calcetín a esta situación?
-  Es muy difícil, por eso este libro lo enfoque en ese sentido, aunque sea de una forma vaga. Me han dicho, no se sí es verdad, que en Francia o en Alemania no pasa este desastre cultural. De hecho, creo que están sosteniendo la cultura europea.  En España no se vende un libro, y los que se venden son bets-seller. Hemos pasado de vivir en el franquismo a hacerlo tan bien que ha habido una dejadez generalizada. Y no se puede echar la culpa a los profesores o a los políticos. Es general.
- En sus libros habla de las gentes del mundo rural ¿tienen fecha de caducidad?
- El campesino ha periclitado totalmente en Europa. Los chicos que se quedan ya en el campo, tienen un lenguaje y unas maneras que son igual que si fueran de Kentucky. A mi me parece que es una pérdida grave. Si en toda Castilla están los pueblos muriéndose, en Soria qué voy a contar. Hay gente implantada en el campo, que no me parece mal, pero que no tienen esa cultura campesina de siglos, basada en el paso de las estaciones, en el silencio, en la calma, con otra concepción del tiempo. Todo eso se ha ido posando en el lenguaje. Ahora es muy difícil que hubiera un escritor como Delibes o Jiménez Lozano.
- Quizá Llamazares...
- Sí, quizá sí, pero también va teniendo sus años. Y habla, ya lo dice, de lo perdido. Aparte de Llamazares, que por supuesto debería haber ganado el premio de las Letras antes que yo, me estoy acordando ahora de José Luis Puerto, que están escribiendo con un castellano purísimo. No se entiende la literatura de Delibes si él no hubiese oído ese lenguaje natural, que viene de los clásicos, de Jorge Manrique o Santa Teresa.
- Pero este lenguaje gusta?
- No te entienden. Cuando he leído en Madrid, la gente se ha perdido. Es más rico este lenguaje que el que hay ahora, mucho más globalizado. El castellano natural y cristalino, lo veo mal. Está prácticamente desaparecido. La civilización campesina desaparece por la tecnificación en toda Europa.  La mayor parte de las cosas que escribo es lo que he oído de pequeño. A mí me vienen a la cabeza, pero quizá hace años que no se las oigo a nadie.
- Se crió en Ausejo de la Sierra, las puertas de Tierras Altas, una zona desértica ... ¿la soledad lleva a la depresión?
- Para el escritor la soledad es lo más grande. Para los que no pueden estar con otros, no. Para un escritor es imprescindible. Mi mujer y mis hijos me han visto siempre con un libro en la mano. Estoy leyendo continuamente. No he perdido la curiosidad.

muy personal
Sin irse de Soria

Fermín Herrero recomienda visitar el puerto de Oncala, por razones sentimentales. A un lado, nació su madre y al otro, su padre. Lleva ya unos años en Valladolid ejerciendo como profesor y se siente a gusto, aunque también piensa que no se ha terminado de ir de Soria.
Escribe de sus  pueblos no de manera bucólica;  ha vivido en ellos. Y conoce que, en ocasiones,  “en sitio pequeño, infierno grande”, una actitud negativa que entiende que los sorianos tienen que superar. 
Le parece un milagro la gesta deportiva del Numancia, aunque considera que la mejor victoria en la vida, suele ser un fracaso, “porque te enseña mucho más”.
Torreznos como los de Soria no los ha probado ni en Zaragoza, donde estudió, ni en Valladolid, donde ejerce de profesor. No se declara sanjuanero y señala que en la N-122, que tan bien conoce, hay que tener nervios de acero para evitar un accidente.

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