"La cultura es un bien de primera necesidad"

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El actor Juan Echanove ha sido reconocido por los periodistas sorianos por la promoción que siempre ha realizado de la provincia.  Echanove ha pedido gritar más alto Soria. En esta entrevista, lo hace además claro.

A caba de terminar en Valencia la gira de “Conversaciones con mamá”, después de dos años “maravillosos” y ya está metido en otro espectáculo que presentará en Mérida a finales de julio, “la asamblea de las mujeres”, de Aristófanes, una comedia clásica griega, donde las mujeres se disfrazan de hombres para tomar el poder de la asamblea de Atenas y salvar a la ciudad de su crisis social.

Las mujeres ¿Siempre relegadas a un papel secundario en la historia?
- No solamente secundario, sino que en nuestra sociedad para que las mujeres tengan un puesto de responsabilidad hay que hacerlo por ley. E incluso así todavía está pendiente que los sueldos de las mujeres se equiparen a los de los hombres.

- Esta lucha ¿no hay manera de ganarla?
- Lo que hay que hacer es cumplir las leyes.

- Estamos en una España muy convulsa desde el punto de vista social, cultural y político ¿Tenemos arreglo?
- Por supuesto que sí. Los ciudadanos cada cuatro años, afortunadamente,  votamos en las urnas.

- Vivió la transición política, ¿se puede repetir?
- No soy partidario de mirar atrás, sino hacia adelante.

- La cultura ha sido la gran sacrificada de la crisis ¿cómo se supera?
- No es un problema de crisis. El problema que hay con la cultura es que de una manera u otra nos hemos desvinculado de ella y hemos dejado de pensar algo fundamental: la cultura no es un bien de lujo, sino de primera necesidad. Y es una asignatura pendiente de nuestro país. Si a los ciudadanos les das la opción de vincularse o desvincularse a la cultura, generalmente deciden desvincularse por pura vagancia.

- Pero es grave que un pueblo se desvincule de su cultura...
- Es lo que nos diferencia de otros países. Nuestro nivel cultural deja mucho que desear.

- Pero ¿no tenemos buen nivel cultural?
- No, no... nunca lo hemos tenido. Somos un país que compra libros para regalar. Y somos un país que no damos importancia a nuestras manifestaciones culturales, que tienen que ver con el pensamiento, la creación, la convivencia, el respeto, la educación, la escuela... Son aspectos que nosotros hemos desatendido y que han sido siempre moneda de cambio y de luchas entre distintos partidos políticos, entre distintas formas de gobierno durante siglos, no sólo ahora. Somos un país que cada vez que intenta reformar leyes de educación, las hace peor.

- Y las cambiamos con el gobierno de turno?
- Está claro. La escuela y las distintas instituciones que dependen de la cultura deben ser independientes de los poderes políticos. Y no lo hemos conseguido. En el fondo, los gobiernos siguen teniendo mucho miedo a que la gente se le proporcione una manera de pensar.

- Los ciudadanos críticos son incómodos...
- Al poder, no sólo no le gustan los críticos sino que intenta denodadamente acabar con ellos.

- El paro es lo que más le preocupa de lo que ve hoy en España?
- Lo que me preocupa es que, observando como hemos comprobado el estado en el que tenemos a nuestra clase política, parece ser, según los sondeos, que los ciudadanos incluso miran para otro lado, no les importa demasiado. Me preocupa.

- No le falta trabajo ¿se siente afortunado?
-Sí. Soy una excepción dentro  de mi profesión. Procuro producir y montar cosas y no estar pendiente de que me llamen. Me siento privilegiado, pero es verdad que trabajo las veinticuatro horas del día.

- El personaje que le gustaría interpretar?
- El próximo personaje que voy a interpretar, después de que dirija “La asamblea de las mujeres”, será en el Centro Dramático Nacional, dirigido por Gerardo Vera, y es una adaptación de los hermanos Karamázov, de Dostoyevski, donde interpretaré al padre de los hermanos, un personaje verdaderamente precioso de la literatura roja, tremendamente complejo y complicado, violento. Me gustan los retos complicados.

MUY PERSONAL
Maneras de sentir

Echanove (Madrid, 1961) tiene parte de sus ancestros en Soria, de donde es su familia materna. Sus recuerdos infantiles están vinculados a la dehesa de Cervantes. Se reconoce en su carácter esa capacidad que tienen los sorianos para aguantar con estoicismo los reveses de la vida y al día siguiente, levantarse y volver a trabajar. Por la misma razón se siente rojiblanco, acostumbrado como está a sufrir y a luchar y a que nadie le haya regalado nada en su ya brillante carrera profesional. Teatro, familia y sentido del humor  son básicos en su vida. “El que pierda el humor que se vaya preparando, porque sin humor esta vida no tiene mucho sentido”, resume.