Hacendera: "Renovables sí, pero no así"
La asociación Hacendera de Soria se ha sumado a la manifestación que hoy se celebra en Madrid, “Renovables sí pero no así”, convocada por la plataforma estatal Aliente (Alianza Energía y Territorio), que reúne a 175 Asociaciones del medio rural, junto a otras entidades y asociaciones de la plataforma la España vaciada.
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Varios de estos proyectos ocupan dehesas o están a escasa distancia de patrimonios arqueológicos únicos, invaden cañadas reales o zonas de arbolado, espacios todos ellos que integran la riqueza natural de nuestra provincia, que, bien gestionados, pueden generar también riqueza económica y que merecen ser protegidos y conservados.
Hacendera ha recordado que todas las infraestructuras eléctricas accesorias, como subestaciones y líneas de alta tensión para la evacuación de la energía, recorren a veces enormes distancias desde el punto donde se genera la energía al lugar de su consumo.
Este hecho multiplica el impacto producido y el número de municipios afectados, a lo que habría que sumar también las pérdidas energéticas que se producen en el transporte, lo que resta eficiencia y encarece el precio de consumo.
A su vez, las macroplantas fotovoltaicas necesitan amplias extensiones de territorio que es usurpado a áreas de cultivo, pastizales y estepas que es imprescindible conservar, tanto por su valor agrícola como por ser el hábitat de aves esteparias que se encuentran en peligro de extinción por la intensificación de la actividad agrícola cada vez más industrializada.
Por otro lado, el argumento de la creación de empleo que esgrimen administraciones y empresas es falaz, tal y como expusieron expertos en el Senado.
"Es un trabajo escaso y temporal como hemos comprobado en nuestra provincia e, incluso, hay comunidades donde el 90 por ciento de los municipios con centrales eólicas han perdido población, como la Valenciana", ha apuntado.
Hacendera se ha sumado a la propuesta de Aliente por una transición energética a las energías renovables justa y ordenada, que planifique los usos del territorio, preserve el paisaje y garantice la conservación de la biodiversidad sin saturar la España rural y olvidada con proyectos a gran escala.
Un modelo que cree riqueza duradera en nuestro territorio, revierta la despoblación y aplique políticas que favorezcan la soberanía energética, el modelo que se conoce como generación distribuida o descentralizada, donde la gestión de las instalaciones es, en parte, comunitaria.
Es necesario potenciar, a su juicio, el autoconsumo compartido y la creación de comunidades energéticas para garantizar una transición energética más justa y reducir nuestra dependencia del oligopolio
energético.
Mientras en España el 66 por ciento de la potencia eólica del Estado español está en manos de cinco grandes empresas, en Alemania, ya en 2010, de los más de 50.000 megavatios de energías renovables
que tenían instalados, el 54% de la energía eólica y el 84% de la fotovoltaica estaba en manos de comunidades locales y particulares y aprovechando los espacios ya alterados: el 18 por ciento de las
placas fotovoltaicas estaban instaladas sobre construcciones ya existentes sin modificar paisajes ni espacios agrarios y un 66 por ciento de los 15.000 MW de fotovoltaicas se localizaban en espacios
urbanos, y estaban en manos de la ciudadanía a través sociedades coparticipadas, con inversiones a partir de 1.500 euros per cápita y utilizando espacios públicos municipales.