El cardo rojo de Ágreda, un manjar único para su plato
Ágreda comienza con el puente de la Constitución la extracción de un manjar único en el plato: su cardo rojo. Uno de los agricultores que cumple todos los años con esta tradición, José María Royo, nos conduce por los secretos de su cultivo.
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Ágreda esta inmerso este puente de la Constitución y de la Inmaculada en la nueva edición de las Jornadas del Cardo Rojo, una hortaliza muy saludable para la que se busca mejorar su transformación y que sirva de motor de desarrollo de esta localidad soriana.
En las huertas árabes de Ágreda se producen cada año alrededor de 20.000 unidades de cardo rojo.
El cardo rojo de Ágreda, que se produce desde el puente de Todos los Santos hasta finales de enero se puede consumir crudo aliñado en ensaladas y un paso "trascendental" para su comercialización sería facilitar que llegara ya limpio al consumidor.
El agricultor José María Royo ha acudido estos días un nuevo año más a su cita con el cardo rojo de Ágreda. Coincidiendo con las jornadas dedicadas a esta hortaliza, comienza la extracción en su huerta para la venta.
El cogollo central de cardo rojo es único para ensaladas y no tiene competidores, ha resaltado.
“La madurez y el color le hacen extraordinario. A mí y a todos los de Ágreda nos encantan. La ternura que tiene este cardo, el proceso que tiene de curación, al envolverlos con tierra, protegerlos y darle esa elaboración y curarles así, es único. Bajas a Corella o Tarazona y no verás las palizas que se pegan en Ágreda los agricultores. Es un producto tradicional de Ágreda que queremos conservar y ahí estamos luchando porque permanezca”, ha recalcado.
El producto, según ha reconocido, es apreciado por el consumidor y está dispuesto a pagar su precio.
“Un producto que es un manjar, que es único, lo pagan. Le pides un precio, de 12 a 15 euros, y no ponen pegas”, ha señalado.
Si se pudiera embotar el cardo, supondría un salto cualitativo para su explotación y comercialización, por lo que Royo ha confiado en que alguien sepa dar respuesta a este reto.
“Hay algunos en Ágreda que lo están intentando. Se trata de elaborarlo al vacío o con algún producto que haga que el cardo no se oxide. Y que cuando lo abras de una bolsa, salga bien. Este producto se oxida enseguida, se pone negro enseguida”, ha reconocido.
El cardo rojo, que contiene un 94 por ciento de agua, fibra, pocos hidratos de carbono y proteínas y escasas calorías, es ideal para dietas de adelgazamiento, es adecuado para personas con problemas de diabetes y tiene propiedades protectoras para el hígado, según el estudio elaborado en su día por el doctor Juan Manuel Ruiz Liso, director de la Fundación Científica Caja Rural (FCC).
El alcalde de Ágreda, Jesús Manuel Alonso, ha reiterado que la nueva edición de las jornadas dedicadas al cardo rojo pretenden potenciar la gastronomía local en torno esta joya gastronómica y difundir las propiedades y los sabores de esta hortaliza, única en España.
Particularidad
La particularidad de este producto viene dada por el microclima de Ágreda, localidad soriana enclavada a 900 metros de altitud, en las faldas del Moncayo, lo que le da mayor calidad, así como por el propio proceso de producción, que obliga a enterrar el cardo rojo durante su etapa de maduración, desde finales de octubre hasta su recogida en diciembre, para protegerle de las heladas.
Durante los aproximadamente sesenta días que la planta del cardo rojo está protegida por la tierra, la hortaliza adquiere su característico color rosáceo y reduce significativamente su amargor, además de ganar en ternura, lo que la permite ser la única variedad de cardo que puede ser consumida en crudo, sin ser cocinada.
El cardo (Cynara cardunculus) es una planta originaria de la región mediterránea. Se cultiva desde muy antiguo y se puede encontrar como planta espontánea en algunas regiones españolas. Pertenece a la familia de las compuestas y, dentro de ella, a la misma especie que la
Es una planta de raíz gruesa y larga; los tallos pueden medir hasta 1,5 metros de altura.
Los mejores terrenos para su cultivo son los propios de huerta, bien provistos de materia orgánica y, por tanto, de consistencia media. En este tipo de suelos es donde se obtienen las mayores producciones y la mejor calidad. No son recomendables para cultivar el cardo las tierras arenosas con poca retención de agua y escasa fertilidad, según una guía editada por el Ministerio de Agricultura.
