Un fallo técnico deja sin traca de fondo a la Bajada de Jesús
Los adnamantinos han mostrado con pitos su malestar por el mal desarrollo de la Bajada de Jesús. Un fallo técnico ha deslucido el normal desarrollo del paso de la imagen de Jesús Nazareno por la plaza Mayor.
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La empresa no se ajustó a los tiempos del paso de la imagen del Nazareno por la plaza Mayor, desde la calle Palacio hasta el arco de entrada, ya en la calle de la ermita.
El alcalde adnamantino, José Antonio De Miguel, ha señalado que la empresa dejó una mala impresión a los adnamantinos con el espectáculo pirotécnico que no respondió a la tradición, que señala que el paso de la imagen del Nazareno, por la plaza Mayor -de cuatro a cinco minutos-, tiene que ir acompañada en todo momento del estruendo de las tracas.
"A veces los fallos técnicos ocurren. Ahora las tecnologías permiten que se enciendan, en diferentes fases, desde una mesa", ha señalado.
El responsable de la empresa ha comunicado al alcalde que la causa del mal espectáculo fue debido a que se cortó una conexión eléctrica en la mesa de disparos.
"Al apretar el primer botón, en lugar de dispararse una fase se dispararon varias. Y así de forma sucesiva", ha puntualizado.
La empresa, que ha pedido disculpas al Ayuntamiento adnamantino, tenía preparada traca para prolongarse hasta los seis minutos pero finalmente sólo dio para tres, con lo que el paso del Nazareno se hizo en silencio en buena parte del recorrido por la plaza Mayor adnamantina, con las consiguientes protestas de los adnamantinos, en forma de pitos.
El desajuste técnico hizo que se disparasen cinco tronadas a la vez, lo que provocó un gran estruendo, que según ha reconocido el alcalde, no se conocía en Almazán y que, incluso, hizo temblar la plaza como nunca y algunos vecinos pasaron ciertos momentos de miedo.
"Cuando Jesús se dio la vuelta, no había ninguna tronada; nunca había ocurrido en Almazán", ha lamentado.
De Miguel ha reconocido el disgusto de muchos adnamantinos ante el desarrollo de un festejo, declarado de interés turístico regional, que tiene que salir a la perfección.
El espectáculo pirotècnico corrió a cargo de la empresa valenciana Pirotecnia Ricardo Caballer (Ricasa), una de las más reconocidas a nivel internacional.
José Manuel Ramos, representante de la empresa, aseguró minutos antes de la Bajada de Jewsús que tenían prevista una típica mascleta valenciana, muy potente, y con un gran final, con la que esperaban sorprender al público.
La empresa quemó más de 200 kilogramos de pólvora.
La empresa sabía que tenía que ajustarse a los tiempos de la procesión -en torno a cinco minutos- para lo que tenía una fase manual, y las demás estaban electrificadas.
La sorpresa era un final potente, al estilo valenciano.