Pedro y el lobo
Juana Largo incide en este artículo de opinión en los lobos sociales que se dan en la actualidad, que son más malignos que los naturales.
Cuarenta años de la Asociación de Jurados de Cuadrilla
Pedro y el lobo
Todos conocemos el famoso cuento titulado “Pedro y el lobo”, el cuento de que Pedro no hace más que hablar o quejarse de que “viene el lobo”, y lo repite otras veces: “Que viene el lobo” y nunca llega, y la gente deja de creerlo, hasta que llega una vez en que viene el lobo de verdad y ya Pedro no puede decir nada, ahora que el asunto es real y no de su imaginación-temor. Pues bien, nos damos cuenta de que esto ahora requiere a Pedro Sánchez, como algunos otros políticos (y me remito incluso a los de la ahora convulsa Alemania), cuando han dicho lo mismo que Sánchez, y ahora sucede de verdad que viene el lobo, el hitlerianismo. Pues ya está el lobo entre nosotros, ah, nosotros que pensábamos que éramos modernos y que teníamos pensamiento ilustrado, pues ahora lo que sucede es que se da un revival con la llegada del lobo en nuestros países y en la UE.
Ya no te tienes que preocupar, Pedro, igual que algunos otros votantes de la izquierda de la socialdemocracia, que es lo más aceptado para las izquierdas que no quieren el extremismo de la izquierda extrema.
Ahora vemos que la amenaza no era superflua, el lobo llegaría y, tras unas cuantas décadas de distancia, ahora está entre nosotros, hasta en las mejores familias, el mismísimo y cruel lobo que nos puede afectar en la convivencia europea. No es, a este respecto, más que la misma cosa lo que ha sucedido y sucede en los USA. El lobo vino para ellos. Ya está el lobo aquí, por muchas partes del mapa. Y en cierto modo era de sentido común que se reclamara, como si fuera una vergüenza lavada y centrifugada, pero luego supuestamente limpia, la presencia de lo ultra en Europa.
Ahora bien, lo que se quiere decir y hay que remarcar, es que los lobos naturales no son los denominados “lobos sociales”…
Éstos son más incisivos y caninos que los lobos naturales a los cuales, ahora, quiere dejar en “medida de aparición” –aun cuando sea una especie en peligro de extinción- la legislación regional, porque los lobos naturales, en el mundo de la ganadería, les hacen mucho daño a los ganaderos, con sus ganados atacados por lo que siempre se considera el “lobo” sin tener en cuenta que muchísimas veces son los perros asilvestrados, mucho más espectaculares en sus cacerías que los lobos naturales.
Es curioso por ello que las personas que se quejan de la presencia de tales animales, se dejen llevar crudamente por la admisión de supuestos ataques de las fieras de los lobos de los montes, de tal modo que les confieren un carácter moral: “Son malos”, como si todo fuera un cuento folklórico del tema de los cuentos populares, e incluso con esos caracteres morales que, según el parecer o la opinión sensata, se deberían aplicar a ciertas personas y no a los lobos tal que si fueran verdaderos monstruos y a propósito para exterminar, como ha manifestado en parte la administración Mañueco en Castilla y León.
Esto sucede en Castilla y León demostrando con ello la gran tara no ilustrativa de considerar la política como un juego o un teatro de caracteres morales, y antiguos o tradicionales como si la ciencia no hubiera pasado por Castilla y León desde los tiempos de Alfonso el Batallador o así, más o menos, como si la Ilustración fuera un chiste que se aprenden los científicos y en el cual no creen los anti-lobos (naturales) porque, desde su formación escolar, dejan mucho que desear para la convivencia en estos años veinte del siglo XXI.
Los lobos naturales no son tan incisivos como los pintan las fábulas con las cuales los estudiantes aprenden a conferir carácter moral a todo bicho viviente y, luego, van y lo aplican a todo tipo de caracterizaciones sociales, tal que en la escuela no les hubiera sido explicado el asunto…
Los lobos “sociales” son mucho más malignos que los lobos naturales y pueden producir mucho daño en los grupos humanos diferentes.
Los lobos sociales tienen unos determinados caracteres que nos hablan de manadas, llevan, si son consecuentes con las malas praxis de la vida, a periodos sumamente violentos que, ahora, tal como estamos, en una democracia, nos guste o no, de momento no son demasiado violentos, pero siendo lo establecido una población democrática y con derechos hasta de poder presentarse a unas elecciones.
Y son también, estos lobos, los que se caracterizan por la insolencia frente a los que defienden la ciencia, algo así como si se concibiera la Ciencia como una ideología más de las muchas que hay y que resultara ser un “cuento izquierdista”.
Así, con estos borrados y este limpiado del pupitre de los estudios que tenemos, nos podemos convertir en perfectos pasmarotes al servicio siempre de señores corruptos y mal intencionados. Y lo peor es que este tipo de población tiene un voto “pop” por cuatro grilladas de las que hablan en los mítines electorales, algunos manipuladores a las gentes humildes, o sea, que las manejan, tal que si nos dijeran que estamos en guerra y que todos podemos ser generales de esta guerra, cuando sabemos que eso es “im”-posible.
La única medida de discurso o de argumentos que puedan defender a estos personajes es, por ejemplo, lo que rehabilitan desde la Segunda Guerra Mundial, y que puede adoctrinar a unos cuantos descarriados.
Se caracterizan además, porque actúan como rebote de la política humanista establecida en Occidente y pasan de la defensa del Bien Común a la defensa del Bien Propio, lo cual es incompresible para digerir en unos centros de estudio y de educación y en unos ambientes que se llamen democráticos e ilustrados y liberales… porque lo que hacen también, desde sus móviles o desde internet es hacer una Historia particular con arreglo a sus emociones actuales, con lo que demuestran la nula capacidad para la con-“vivencia”… Y lo peor de todo es que influyan en las culturas de las gentes humildes y desprotegidas.
Estos son los verdaderos lobos que habría que evitar o, en todo caso, tratar adecuadamente por las normas de los países que se llaman, en este Occidente, liberales o democráticos…
Conceptos, por cierto, que las gentes retrógradas de Castilla y León, no comprenden, tal que, si estuvieran bien asentadas sus posaderas, y no solo no son cristianas, aunque se dejen de ver en las funciones no profanas, sino grupos de burgueses soberbios que no tienen otra cosa que hacer en la vida que defender su pasta, no los valores humanos, de los cuales están muy alejadas estas gentes.
Fdo: Juana Largo