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Opinión

Humanizando, que es gerundio

Ricardo Mínguez, doctor ingeniero de Caminos y urbanista, incide con ejemplos en la mal llamada, por el Ayuntamiento, "humanización" de los espacios públicos. Se aprecia a su juicio una falta de criterios técnicos para mejorar las condiciones de movilidad de los peatones y se sigue actuando dando prioridad a la circulación de vehículos. Lo que las políticas serias de "humanización" persiguen en otras ciudades no se logra con unos jardincillos o adoquines en calzadas y aceras; se requieren cambios en la estructura y usos de los espacios públicos.

Humanizando, que es gerundio

El Ayuntamiento de Soria se ha lanzado sin frenos a la HUMANIZACIÓN de calles y travesías, pero por cómo avanzan determinadas obras pudiera pensarse que lo de humanización no significa para los responsables de tales obras lo mismo que para el diccionario de la Real Academia Española (sin entrar en la estulticia de la simple aplicación de la palabreja a estos menesteres).

 Humanización (RAE): Acción y efecto de humanizar.

 Humanizar (RAE): Hacer humano, familiar y afable algo.

Diríase que aplicado a las calles se trataría de hacerlas más acordes y amables para su uso por los peatones, mejorando sus condiciones de movilidad y la de los vehículos en lo posible, en perjuicio, si fuere necesario, de la comodidad para la circulación y aparcamiento de los vehículos motorizados. O sea: nuevas zonas peatonales, ampliación de aceras y construcción o señalización de más pasos de peatones, preferiblemente con elevación de los mismos, y mayor número de intersecciones que hagan más permeables las calles principales.

No es preciso insistir en las chapuzas en ejecución en las obras de las travesías de Soria, claramente contrarias a esa pretendida humanización. En vez de transformar unas carreteras que atraviesan la ciudad en calles urbanas adaptadas al tránsito permanente de peatones, se ejecuta un lavado de cara y, con un diseño carente de esa amabilidad que exige la RAE, se mantiene su funcionalidad como carreteras. Digo que no es preciso recordarlas una vez más porque el propio Ayuntamiento ejecuta en paralelo obras de una pretendida pero ignorada humanización. Veamos algunos ejemplos.

Embudo en el Paseo del Espolón. Lo recuerdo como triste homenaje a quien tanto luchó por la corrección de semejante barbaridad y la desidia municipal consintió que muriera sin verla subsanada. Descanse en paz el buen soriano que fue Gregorio Sanz, amigo Goyo. Creo que el Ayuntamiento le debe el arreglo de tamaño disparate.

Rotonda en inicio de carretera de Logroño. Lo esperado sería que los pasos de peatones en las calles Hospicio y Santo Tomé estuvieran en los accesos a la rotonda. Pues no, se mantienen alejados para facilitar (¿) la circulación de vehículos (37 metros en Santo Tomé, alargando los recorridos de los peatones, y, para rematar la humanización no se ha establecido ningún otro paso intermedio hasta Santo Domingo-unos 160 metros).

Reforma en la  calle Tejera. Sin paso de peatones en el acceso de la calle Santa María. Se continúa dando prioridad al tránsito de vehículos.

Aceras de la av. de los Duques de Soria. Para nota. El día 13 de noviembre solicité al Ayuntamiento la colocación de bolardos que impidieran el aparcamiento de vehículos en la acera que hasta hace unos meses ocupaban como aparcamiento los vehículos de la Policía Nacional entre las calles San Nicolás y Medinaceli. Se trata de una de las aceras de la ciudad con mayor volumen de paso de peatones; conecta la Alameda de Cervantes con el Rincón de Bécquer. Solución humanizadora municipal: ¡señalizar la acera para carga y descarga! (un momento, ¡sólo entre las 8 y las 20 horas!). ¿Qué comentario amable puede merecer tamaño insulto a la pretendida humanización? ¿En qué cabeza cabe reservar una acera principal para carga y descarga? Cuando, además, en la recientemente adoquinada calle Los Linajes de Soria hay espacio más que suficiente para esa reserva fuera de las aceras. Por favor, ¡retiren esas placas y coloquen algún impedimento para el aparcamiento de vehículos!

En la misma avenida la acera izquierda no tiene continuidad con los oportunos pasos de peatones en los accesos de las calles Clara Campoamor y Victoria Kent, es de suponer que no por razones (¿) ideológicas. Eso sí que podría anotarse como humanización, pero no, el Ayuntamiento invierte muchos más euros en adoquinar la ciudad sin modificar la ordenación de sus calles que en facilitar la movilidad de sus vecinos (todos, conductores y no conductores, somos viandantes).

Adoquilandia. Calle Sagunto. Otro ejemplo de lo anterior. Se transforman los pavimentos de aceras y calzada a base de adoquines ¡y se mantiene su ordenación anterior pero, eso sí, con una calzada  más ruidosa! ¿Alguien puede explicar la justificación de esa inversión municipal?

Aceras de Santa Clara. Unas aceras que estaban en perfectas condiciones se levantan para volver a pavimentarlas con iguales características pero con adoquines. Adoquines, por cierto, con una colocación que no agradecerán los calzados con tacones: juntas demasiado anchas (menor número de adoquines) que empeoran la calidad del piso en cuanto a comodidad. Compárese con el también reciente correcto adoquinado de la Plaza del Carmen.

Son unos ejemplos de la falta absoluta de criterios con los que ordenar el uso de los espacios públicos. Parece que en el Ayuntamiento habita un genio que ignora la existencia de peatones en nuestras  calles y lucha permanentemente contra la anunciada humanización. Para ese genio sólo existen vehículos mecánicos. ¿Cómo entender si no que en el barrio del Calaverón se realizaran en sus aceras obras para establecer pasos de peatones sin barreras arquitectónicas (invidentes, sillas, cochecitos de bebés, carritos de compra) y acto seguido no se pintaran los pasos de cebra esperados y sí plazas de aparcamiento? ¿O el despropósito del embudo del Espolón?

Si verdaderamente quiere el Ayuntamiento mejorar las condiciones de las vías públicas en favor de los peatones tiene una oportunidad de oro aprobando dos cosas: Un detallado programa de ensanchamiento de las aceras cuyo ancho no permite tan siquiera el cruce de dos personas. ¿Que cómo? Promoviendo la construcción de aparcamientos para residentes en el subsuelo de espacios públicos, lo que permitiría suprimir plazas de aparcamiento en las calles afectadas y transformar algunas en peatonales. ¿No son tan hábiles para conseguir fondos europeos y para subir impuestos?

Y una Ordenanza de carga y descarga que limite los horarios. Porque de 8 a 20 horas no hay forma de entenderlo.

Pues, hala, a trabajar, ¡a humanizar!

Fdo: Ricardo Mínguez. Dr. Ingeniero de Caminos. Urbanista.

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