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Opinión

El derecho

A raiz de la respuesta ofrecida por el consejero de Sanidad sobre la reapertura demandada de Villar del Río, Ángel Coronado defiende el derecho de sus vecinos a contar con este servicio y evitar desplazamientos.

El derecho

Cuando te refieres al derecho puedes estar diciendo algo de alguna cosa o de alguien al que conoces con ese apodo: “el derecho”. Y si ese señor es jorobado y anda torcido puedes decir que el derecho está torcido. Por idénticas razones podrías decir que el torcido está derecho. Todo depende de a quién o a qué te refieres en cada caso. Solo hace falta que no te refieras en cada uno de dichos casos a la misma cosa o persona. Y esto es tan fácil de comprender como difícil de explicar cuando la referencia a una u otra cosa o persona sea dificultosa. Esto es, cuando algo evidente ocurre, es dificilísimo de explicar, sin dejar un solo momento de ser evidente, a poco que alguna referencia de nada se pudiese interponer provista de su correspondiente espacio y preciso tiempo.

Rogaría encarecidamente a quien llegase a leer estas letras, tuviese todo esto en cuenta cuando digo que el derecho de una persona enferma que viva sola en alguno de los pueblines de la España Vacía, me refiero concretamente al derecho a tener en su pueblo una farmacia, entra en contradicción, o no entra, con el derecho de una persona sana que no viva en ninguno de los citados pueblines y diga que ese derecho no existe.

Desconozco nombre y apellido de ningún señor o señora de Villar del Río enfermo/a y viviendo solo/a que diga nada acerca de su derecho a tener cerca de su casa una farmacia, conozco por otra parte que Villar del Río es un pueblín soriano de los miles de pueblines sorianos o no sorianos que se ubican en esa región denominada la España Vacía en la que a su vez se ubica la provincia de Soria, y conozco también mucha gente que considera de derecho dotar a cualquier territorio vacío de cualquier sitio del planeta de una cosa, entre otras, como una farmacia. En Villar del Río, según dicen, han rehabilitado una casita para eso. Y además conozco el nombre de un señor, Alejandro, y su apellido, Vázquez, Consejero de Sanidad de la Junta de Castilla y León, que opina lo contrario. Cito textualmente:

Vázquez ha apuntado que los módulos de población mínimos para la apertura de una farmacia son de 1.800 habitantes y la zona básica de salud de San pedro Manrique no sobrepasa las mil tarjetas y la demarcación de Villar del Río no llega a doscientas.

Y añade

“Nuestro modelo garantiza a los ciudadanos el acceso a los medicamentos”, ha señalado.

Es posible que alguien alegase que una cita parcial, esto es, una media verdad, desfigura la totalidad a la que se refiere la cita. Para evitar en lo posible esta eventualidad damos referencia completa del artículo interesado y al cual pertenecen las citas que comentamos: El Mirón de Soria de fecha martes 24 de Septiembre de 2004. Título: “La Junta defiende que con farmacia de San Pedro Manrique está garantizada asistencia en Tierras Altas”.

Y pienso que algo derecho está torcido. Algo torcido está derecho.

Y visto lo cual no lo entiendo. A bote pronto. O ese señor de Villar del Río se marcha cagando leches de su pueblo so pena de peligro de muerte, o el señor Vázquez dimite.

A bote pronto, así, a bote pronto, y aunque antes de botar (botar con “b”) me pudiese gustar más una solución que otra,  no me gusta ninguna de las dos soluciones. En virtud de lo cual, y abusando imaginación suficiente para vernos como una especie de jugadores de baloncesto improvisados, sigo botando la pelota, que ya digo, no ejerciendo nuestro derecho al voto, que ni estamos en tiempo electoral ni botar es votar según redicho.

Y vemos una jugada maestra o que a nosotros nos lo parece, un regate, un amago, una vía expedita para meter canasta y apuntarnos los tres puntos así de bien. ¡¡¡¡Zzassss!!!! Canasta.

Ganamos. Ya en los vestuarios una entrevista entre abrazos. Emoción apenas contenida. Por detrás del señor/a de Villar del Río no había espacio ¡aaaaaH!, decimos entre jadeos entrecortados

Por delante Don Alejandro ¡ooooooH! El periodista nos asedia. Huele a noticia fresca. Intranquilo nos aconseja tranquilidad. Le tiembla el micrófono.

Tranquilo, Tranquilo. Hiciste un regate, un amago sensacional, y el periodista nos mete el micrófono por la boca

¡AgggggggH! Y nos sacamos de la boca el micrófono para poder hablar. Y decimos: Por delante de Don Alejandro pude ver un espacio estrechísimo que me pareció anchísimo por demás, quiero decir, que no por delante del mismo Don Alejandro, Consejero de Sanidad de la Junta de Castilla y León, que por supuesto también, sino que por delante del mismo señor/a, viejecito/a, y enfermo/a, pudimos ver eso, un espacio estrechísimo que nos pareció anchísimo por demás. Me explico.

Que ya está bien de clamar, incluso de escribir, hasta de mencionar ese espacio vacío, esos dineros para llenarlo, esas directivas, esos derechos humanos, esas leyes que protegen, esos protocolos formales, esas formas de legislar, de proceder, apisonando un relleno de aire, ese viento de relleno, ese vacío de la nada, ese relleno de qué, de patera, esa patera de la muerte, esa ermita en el suelo, la de Alcozar, la de piense usted donde quiera, hombre, ese palacio de Almazán que se hunde, esa farmacia (se me olvidaba la farmacia que se fue), la de Villar, la del Río, la del villar del Río, esa, a la que han rehabilitado casa y han habilitado una sillita por si el enfermo que la visita la necesita, hombre, mujer, ese todo, esa nada.

Que del señor viejo/a y enfermo/a de Villar del Río atrás no hay nada y en delante de ahí está todo, todos somos una puñetera mierda en la misma idéntica medida en que toleramos o toleremos que todo esto pase y además en la idéntica medida en que cada uno de nosotros tenga o tuviese responsabilidad en ello. Y además, que no por ello pensamos dejar de escribir y describir cosas así, puñetera mierda que somos, como todavía conformarnos con todo eso y callarnos. Mas mierda todavía si encima callamos, oiga, quienquiera que oiga, quienquiera que lea, quienquiera que escriba, hombre, mujer, mujer, hombre, ¡más mierda si no decimos! ¡si no leemos! ¡si no escribimos! ¡si no dimitimos!

Fdo: Ángel Coronado

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