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Economía

Europa y España, a la cola de la competitividad mundial

La competitividad de la Unión Europa ha caído de manera sostenida en las dos últimas décadas. Europa ha sido superada por China y ha quedado rezagada respecto a Estados Unidos. La situación afecta especialmente a España.

La Fundación para el Avance de la Libertad (Fundalib) junto al European Policy Information Center (Epicenter), otros think tanks de diez países de la Unión Europea y decenas de expertos en diversas materias han diseñado la “Hoja de Ruta para la nueva Comisión Europea” un estudio exhaustivo en el que se analizan los principales problemas y las soluciones ante cuatro cuestiones de vital importancia para el futuro de la Unión y el próximo mandato: competitividad, regulación digital, energía y comercio.

La primera parte, ya disponible, titulada “Revitalizar la competitividad de Europa”, identifica los principales desafíos que la Unión Europea debe abordar para ser más competitiva. Entre ellos destacan la necesidad de aumentar la libertad económica, profundizar el mercado único, controlar la deuda y el gasto público, impulsar la innovación y reducir la burocracia entre otros. Para lograrlo, el estudio propone medidas concretas, como revitalizar el mercado único europeo, lo que podría generar 713.000 millones de euros adicionales en una década, fortaleciendo así la competitividad y el crecimiento económico de la región.

Una de las principales conclusiones que destaca este estudio es que la competitividad de la UE ha caído de manera sostenida en las últimas dos décadas, reduciendo su cuota en la economía mundial del 25,8% en 2004 al 17,6% en 2024.

Europa se ha visto superada por China y ha quedado rezagada respecto a EE.UU., una situación que afecta especialmente a España.

Economía española

La economía española ha crecido por debajo del promedio de la UE, con una productividad estancada y una carga fiscal creciente, su capacidad para competir a nivel internacional se ve afectada por altos impuestos, rigideces del mercado laboral y una regulación excesiva, según señalan los autores.

El estudio destaca que España se encuentra en el puesto 55 del Índice de Libertad Económica a nivel mundial y en el 30 de 44 en Europa, en gran parte debido al aumento del gasto público y a la rigidez del mercado laboral.

Con un desempleo del 11,21 por ciento en 2024, España ostenta la tasa más alta de la UE, casi el doble de la media europea del 5,9 por ciento.

Para frontar esta situación, entre otras recomendaciones, el estudio sugiere reducir la rigidez laboral y aumentar la flexibilidad en términos de contratación y despido, ya que las normativas actuales desincentivan la creación de empleo y dificultan la adaptación empresarial

Por otro lado, el estudio señala que la UE enfrenta problemas estructurales, como un mercado único aún fragmentado, una regulación excesiva y elevados impuestos que afectan la inversión y la innovación.

Además, el envejecimiento poblacional y la falta de un sistema de pensiones sostenible en varios países han aumentado la presión sobre los mercados laborales y el gasto público. Mientras algunos países del este de Europa han logrado una convergencia más rápida gracias a políticas económicas más flexibles y mercados laborales dinámicos, otras economías, como la de España, han mostrado un crecimiento más débil.

En España, la Seguridad Social ha acumulado una deuda superior a los 106.000 millones de euros, y el sistema actual se considera insostenible a largo plazo, de acuerdo con los autores.

El estudio propone la transición hacia un modelo de capitalización inspirado en el sistema suizo de "Los Tres Pilares de la Jubilación", que permitiría una financiación más eficiente y sostenible para los jubilados.

La inversión en investigación y desarrollo (I+D) es un factor clave para la competitividad, pero la UE sigue estando rezagada en comparación con EE.UU. y China. En promedio, los países de la UE invierten alrededor del 2% de su PIB en I+D, mientras que EE.UU. supera el 3 por ciento.

España, en particular, invierte solo el 1,49 por ciento del PIB en I+D, lo que limita su capacidad para competir en sectores de alta tecnología y fomenta la dependencia de sectores de menor valor añadido.

En este sentido, el informe subraya la necesidad de reducir la burocracia y flexibilizar la regulación para atraer inversiones en innovación y tecnología.

También destaca la importancia de fortalecer el mercado digital europeo y evitar una regulación excesiva que limite la capacidad de las empresas para innovar. Insistiendo en que la UE debe fomentar un ecosistema favorable para el desarrollo de startups y empresas tecnológicas, similar al modelo de Silicon Valley en EE.UU

En un entorno global cada vez más desafiante, “Hoja de Ruta para la nueva Comisión Europea” presenta propuestas concretas para abordar los problemas estructurales en las áreas políticas clave, permitiendo así que la UE recupere su liderazgo y fortalezca su posición competitiva en el mundo.

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