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Castilla y León

TRIBUNA / ¡Concentración municipal Ya!

Mario González incide en este artículo de opinión en el problema de la despoblación que arrastra Castilla y León, y con ella Soria. La solución, a su juicio, es concentrar municipios, para que sirvan como polos de desarrollo.

TRIBUNA / ¡Concentración municipal Ya!

Los últimos datos del INE acerca de la población de Castilla y León en 2022 nos señalan que cuenta con 2.372.640 castellano leoneses en una espiral descendente que no engaña a nadie y que habla por sí sola: la mitad de los pueblos pierden empadronados de forma consistente y existen ya 719 municipios, de los 2.248 que integran la CCAA, que cuentan con menos de 100 habitantes -¡uno de cada tres!- aglutinando, en su conjunto, solamente a 36.725 personas (el 1,5% del total). No todas las provincias son iguales y dos de ellas presentan una situación más que preocupante: Soria tiene un 65% de sus municipios por debajo de esos 100 habitantes (119/183) y Burgos un 44%. Ambas, son las únicas que además tienen poblaciones de 10 o menos habitantes: a Soria le quedan siete y a Burgos dos. León es la provincia con menos municipios ‘pequeños’ (<100), con un 3%, sin embargo, un 63% de todos ellos está números rojos. No se salva nadie.

Las cifras ofrecen, por otra parte, datos muy interesantes: de ese conjunto de 2.248 municipios, sólo 862 crecen, mientras otros 1.211 decrecen. El resto ni fu ni fa. La despoblación afecta también a municipios que aquí consideramos ‘grandes’ (>1.000), pues su número se ha reducido hasta los 239, desde los 263 que había hace una década. La conclusión es clara: la población decrece y se concentra. Y los únicos municipios que crecen de verdad tienen como denominador común una población superior a los 20.000 habitantes, concentrando ya a un 52% de la población total. El resto es pura e inabarcable dispersión demográfica, además de una ruina.

La gran mayoría de municipios de Castilla y León mantienen unos servicios públicos mínimos que resultan tan caros como ineficientes. No resultan suficientes como para solucionarle la papeleta a sus habitantes que tienen que buscarse la vida o trasladarse a otros más grandes, empero resultan muy caros para el conjunto de la CCAA. No resultan suficientes para atraer a nueva población que está claro que no llega pues de forma conjunta la población de la CCAA no deja de descender, empero resultan muy caros para el conjunto de la CCAA. Ni siquiera resultan suficientes para posibilitar un relevo generacional mínimo porque el que no muere sale corriendo si puede, empero resultan muy caros para el conjunto de la CCAA. En el fondo, una gran parte del territorio de Castilla y León es ‘vacacional’: sólo está realmente habitado en primavera y verano, fiestas de guardar y algunos fines de semana. El resto son la excepción que confirma esa regla. Hasta los profesionales del campo suelen residir, más o menos, en municipios más grandes.   

Con una historia que va para 1.000 años, para cumplir otros 100 tendremos que cambiar, adaptarnos y buscar otras fórmulas porque de lo contrario el desierto demográfico que amenaza a nuestros municipios -con Soria como protagonista- provocará la extinción de muchos de ellos. Curiosamente, con las Elecciones Municipales en ciernes nadie en la precampaña que vivimos ha realizado una sola propuesta seria y diferente acerca de cómo atacar este problema. Ninguna. Nuestros queridos partidos políticos se han especializado en solucionar problemas que no existen en la realidad, aplicando una especie de dolce far niente respecto de aquellos otros que existen y nos urge solucionar.

Los números del INE dicen dos cosas: (i) que existen más de 1.000 municipios que por población (<1.000 habitantes) no tienen ya ninguna posibilidad de sobrevivir, y (ii) que solo aquellos por encima de los 20.000 habitantes tienen futuro. La solución, creo, está clara: tenemos que concentrar toda Castilla y León en una serie de municipios –cuantos menos mejor- que superen ese umbral mínimo de 20.000 habitantes para utilizarlos como polos de desarrollo, concentrando inversiones y servicios públicos eficientes.

Cualquier otra cosa será tirar tiempo y dinero otra legislatura más. ¿Se imaginan tener abiertas las piscinas de verano en todos los pueblos durante todo el año? Pues algo muy parecido es lo que está sucediendo ahora a nivel municipal: mantenemos ayuntamientos y diputaciones sin ningún sentido práctico, diluimos las inversiones, disparamos los gastos consiguiendo agotar los recursos provocando la parálisis de Castilla y León. Y en Soria más aún. Tenemos que concentrarnos para sobrevivir, pero nuestros politiquillos están pensando en su supervivencia y no en la nuestra por lo que estoy seguro de que nadie hará nada para remediarlo. Nos irán enterrando uno a uno y en silencio. Con el silencio de casi todos. Al tiempo.

Mario González. Abogado. Mautiko Abogados.

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