TRIBUNA / Incruenta, gracias a Dios
Ángel Coronado reivindica en este artículo de opinión que se deje en paz a las margen derecha del Duero, por encima de reconocimientos BIC solicitado en las Cortes regionales. Reclama que se respete este entorno natural.
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TRIBUNA / Incruenta, gracias a Dios
Gracias a Dios incruenta, pero entre las dos orillas del Duero a su paso por Soria, se ha declarado la guerra. Sin cuartel, mundial, porque todo el mundo está lleno de sorianos que nos dejaron a Soria vacía, la famosa Soria Vacía que nadie sabe cómo llenarla pero que se nos ha llenado de guerra justo aquí, justo aquí. En cuanto te alejas un poco, y no hace falta llegar hasta Los Rábanos, por el sur, ni a Numancia, que ya lleva más de dos mil años sin guerra, por el norte, Y apenas cruzas el Duero por la variante, la paz es completa y nadie nota nada, entre otras cosas porque a nadie se le ha ocurrido irse allí para organizar una guerra. Una guerra mundial, incruenta sí, pero mundial. Ni la ONU pide tregua ni nadie se acuerda de ninguno de los derechos humanos ni de corredores de ayuda ni se queman olivos, que hay judíos que se los queman a los palestinos, oiga, ni nadie viene a quemarnos esos olmos que son fechas como flechas justo aquí, en las orillas del Duero entre San Polo y San Saturio. De San Polo no sé nada pero da igual. De su ermita creo que lo sé todo, que con atravesarla de parte a parte sin hacerla daño, ya no queda nada por decir. Propiedad particular. Prohibido el paso, qué carajo. Y a las bailas. Ahí te quedas, señor Polo. Carmen Polo, doña collares como se dice que se decía.
Ni la ONU pide tregua ni la tigresa europea, nuestra lideresa, corre a darle un abrazo al judío ni nuestro soldado Borrell en Europa afila sus armas de precisión infalible ni Jose Mari teme a las otras, las masivas, ni un solo niñito sufre pupa.
Por eso, justo por eso, justo por eso, estamos contentos. Gracias a Dios incruenta. A los de Soria Ya, yo, (nosotros, creo y así lo pienso), no tendríamos inconveniente en proponerlos como candidatos a ser declarados BIC aprovechando la cláusula que permite ser BIC a cosas inmateriales. El cante jondo lo es. El Misterio de Elche también. Los proponemos a BIC, contando con ellos, claro está. Aconsejándoles. Dejándoles visitar otros BIQUES en busca de la mejor información. No dejéis de visitar el del Real Sitio de San Ildefonso, tan cerquita del Palacio Real que bien merece la pena esa pena que se pasa si te acercas.
Y a nosotros, los Machadianos, que nos dejen en paz, que dejen las orillas del Duero como están, que tampoco queremos hacer otra cosa, que no queremos meter a las orillas del Duero en ninguna parte, vamos, que no se trata de milagros ni de oraciones ni de santos ni de cosa sacra ninguna, que a este paso vamos a tener que coger a Don Antonio y a Don Gustavo Adolfo y partirles el cuerpo por la mitad para que, Saturios perdidos, acepten aureola por el alrededor de los alrededores de sus cabezas. Que San Polo está bien donde quiera que pueda estar, que Saturio se mantenga tan santo y tan tieso de pie como de hecho se mantiene sin rechistar y eso sí, que a al bronce de los arcos de San Juan se le dé la vuelta para que mire a su cerro, al de las Ánimas, que al Mirón ya se le mira y a Don Gustavo Adolfo le gustaría recrearse mirando a su monte y vigilarlo, el de las ánimas. Le gustaría más que toda otra cosa. No queremos ser mal pensados, pero queremos pensar que a nuestro alcalde le suena Bécquer al revés según parece (como a nuestra lideresa, la de Madrid, dicen, entiende la poesía), que ni el cerro de las ánimas es un cerro como una catedral que se levanta a saliente del Mirón (ni Julio Iglesias es poeta sino una de las mejores voces del mundo de las voces, Sinatra en cabeza).
Al final, tendremos que rendirnos, todos, ante la fuerza de los números. Hay muchos líderes. Hay muchas lideresas. Hay muchos profesionales de la guerra, y hay muchos pretendientes y propietarios, muchos alcaldes y muchos comendadores. Pero en el mundo, en Fuenteovejuna, son más los de Fuenteovejuna. No hace falta matarle, Señor. Los de Fuenteovejuna somos más e incluso el Comendador es también de Fuenteovejuna, que paracaidistas hay muchos, Señor, y el paracaidista es paracaidista pero no es Comendador. Y si no es de Fuenteovejuna, pues eso, fuera con él.
Por cierto, alcalde, le recordamos que usted es de Fuenteovejuna y además Comendador. A ver si este hombre se nos nacionaliza de fuera, tanto como nos quiere pacificar y nos está pacificando. A ver, a ver, que ya me lo veo venir. A ver, a ver.
¿Fuenteovejuna?
Fuenteovejuna, imbécil, cualquier Fuenteovejuna. Fuenteovejuna somos todos, ¡atún! ¡Justo aquí, justo aquí, que no te enteras! En cualquier lugar de la Mancha. Y aunque no te acuerdes del nombre, ¡pedazo de yo qué sé! Y aunque no quieras acordarte. ¡A por ellos! ¡Gigantes y cabezudos, molinos de viento, molinos del viento! A por ellos! ¡Por Dulcinea!
Señor, me llamo Sancho.
Sancho, amigo.
Fdo: Ángel Coronado