Moción de IU para que Soria se declare libre de circos con animales salvajes
Insta a realizar las modificaciones necesarias en la ordenanza municipal
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El concejal de Izquierda Unida Soria, Enrique García, ha registrado una moción en el Ayuntamiento de Soria para su discusión y debate en el próximo pleno municipal en el que reclama que la ciudad se declare "libre" de circos con animales salvajes. Recogemos íntegra la moción en las siguientes líneas.
SORIA, CIUDAD LIBRE DE CIRCOS CON ANIMALES SALVAJES
El Circo forma parte de la infancia de la mayoría de nosotros. Un espectáculo lleno de color, luz y fantasía que, sin embargo, en ocasiones esconde una realidad mucho menos alegre. Este es el caso de los circos que utilizan animales salvajes como reclamo y parte de sus espectáculos. La vida de estos animales transcurre en su mayor parte en jaulas o en recintos muy reducidos de los que solo salen para llevar a cabo sus entrenamientos y actuaciones. Generalmente, los números que vemos realizar a los animales salvajes en la pista constan de ejercicios que pueden llegar a resultarles realmente incómodos y dolorosos, ya que son contrarios a su naturaleza física (por ejemplo, elefantes obligados a arrodillarse, hacer el pino o sostenerse sobre dos patas de manera repetitiva).
Además, la propia idiosincrasia del circo con su carácter itinerante obliga a trasladar continuamente a animales, no siempre en las mejores condiciones, lo que provoca altos niveles de sufrimiento y estrés. Estas condiciones comportan que los animales no puedan establecer territorios propios en los que llevar a cabo comportamientos específicos de su especie de carácter social, territorial, sexual, etc. Este conjunto de situaciones que experimentan los animales salvajes en los circos desemboca en numerosas ocasiones en el desarrollo tanto problemas físicos como psicológicos que tienen su reflejo en comportamientos apáticos, anormales y estereotipados, por ejemplo, leones y tigres que deambulan sin parar en sus jaulas o elefantes y osos que balancean constantemente la cabeza.
Habitualmente, se ha defendido la permanencia de este tipo de espectáculos como una oportunidad de acercamiento y conocimiento de los animales. No obstante, la imagen que allí que se ofrece de ellos está completamente distorsionada y muy alejada de lo que sería el comportamiento de los animales en su estado libre. Además, tampoco aportan nada a la conservación natural y de las especies. Y no podemos olvidarnos de que la mayoría del público de los circos son niños y en este punto es imprescindible preguntarse si este es el modelo de entretenimiento, de educación medioambiental y de relación con los animales que queremos para ellos.
Hay que ser conscientes de que los animales salvajes son potencialmente peligrosos y que existen numerosos casos de animales que se han escapado de sus instalaciones causando graves daños tanto materiales como humanos. Como tampoco podemos obviar que la presencia de estos animales puede suponer riesgos para la salud pública por transmisión de enfermedades. Y esto hay que encuadrarlo en el hecho de que no existe una legislación específica de protección de los animales salvajes en los circos, y las que existen sobre sanidad animal (Ley 8/2003), protección de animales de compañía de Castilla y León (Ley 5/1997) o de tenencia de animales potencialmente peligrosos (Ley 50/1999) son legislaciones pensadas para otros animales con articulados demasiado genéricos en lo que respecta a su aplicación a los animales salvajes en los circos, ya que no atienden ni a su tipología ni a los riesgos en materia de seguridad, sanidad y protección. Asimismo, no existen unos baremos establecidos por ley que sirvan al empresario circense para saber con qué tiene que cumplir o al inspector de la autoridad competente para saber qué tiene que inspeccionar.
No se trata de criminalizar a los trabajadores de los circos ni de dudar de que los cuidadores de los circos sientan afecto por los animales con los que conviven, esa no es la cuestión, lo que hay que plantearse es si los circos son, por su propia naturaleza, espacios donde los animales pueden vivir en unas condiciones aceptables; y, obviamente, no lo son.
Afortunadamente, cada vez son más los circos que prescinden de los animales en sus espectáculos. Malabaristas, equilibristas, payasos o magos que son capaces por sí mismos de entusiasmar y dejar sin aliento a los espectadores sin necesidad de recurrir al sufrimiento animal. Afirmar que un circo sin animales salvajes no es un circo supone menospreciar al conjunto de artes circenses. Por ello, esta moción no debe entenderse como un ataque al mundo del circo, sino un empuje hacia su reconversión, circunstancia que, de hecho, ya está sucediendo.
Hasta la fecha, casi 300 municipios en España se han declarado ya libres de circos con animales. Y, en el mundo, Austria, Bolivia, Grecia, Bulgaria, República Checa, Dinamarca, El Salvador, Finlandia, Holanda, Hungría, Irán, Portugal, Suecia, Croacia, Bosnia Herzegovina, Noruega, Costa Rica, Panamá, Perú, India, Israel, Singapur, Bélgica, Polonia, Malta o Eslovaquia, entre otros, han prohibido el uso de animales salvajes o especies CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres) en los circos. Unámonos a ellos.
Finalmente hay que señalar que, junto a la situación de los animales de los circos, persisten otras como los carruseles de ponis que cada año vemos en las ferias que nos visitan, a lo que, aunque están considerados como animales domésticos, se les pueden aplicar muchos de los argumentos arriba expuestos, por lo que se debería extender esta moción también a ellos.
Por todo lo expuesto, se solicita al Pleno del Consistorio la aprobación de los siguientes acuerdos:
PRIMERO- Declarar que este Consistorio es contrario a la exhibición de animales salvajes en circos u otros espacios similares que se encuentren de manera permanente o temporal en nuestro municipio con independencia del lugar de residencia de las personas propietarias o poseedoras de estos.
SEGUNDO.- Realizar las modificaciones necesarias en la ordenanza municipal correspondiente, o crear una a tal efecto, en la que se regule la presencia de animales salvajes en los circos o en espacios similares
TERCERO- Que esta declaración se extienda al uso y exhibición de animales considerados domésticos en circos, espectáculos, ferias, etc. en el caso de que su situación de explotación pueda ser asimilada a la de los animales considerados salvajes en relación a su bienestar.
CUARTO.- Comunicar el presente acuerdo a la Coalición de asociaciones InfoCircos, a la Federación Regional de Municipios y Provincias de Castilla y León y otras partes interesadas para sus efectos oportunos.
QUINTO.- Instar a la autoridad autonómica competente en materia de seguridad pública, sanidad animal y protección de los animales, a que lleve a cabo los cambios legislativos pertinentes para prohibir la presencia de animales salvajes en circos en itinerancia en Castilla y León.
APÉNDICE
El texto que sugerimos que se incluya en la ordenanza municipal o pliego técnico debería ser similar al siguiente:
“Dada la ausencia de un marco legislativo concreto y específico para los circos itinerantes con animales salvajes, que sirva de referencia para controlar, inspeccionar y autorizar aspectos inherentes a esa actividad que se consideran esenciales tales como la seguridad ciudadana, la sanidad animal y humana, así como la protección de los animales, este Ayuntamiento decide no autorizar la instalación de circos con animales salvajes, ya sea en terrenos públicos como en terrenos privados.
Esta decisión está avalada por la declaración pública y oficial realizada por la Federación de Veterinarios de Europa (FVE), a la que está adscrito el Consejo General de Colegios Veterinarios de España, en la que se indica que desde un punto de vista científico, en un circo en itinerancia con animales salvajes es imposible cumplir con unas garantías de seguridad, sanidad animal y de protección animal, por lo que recomiendan no autorizar estos espectáculos”.