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Rompiendo huella

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Justo Herrero expone su creatividad en el primer museo de forja de la provincia, enclavado en su Covaleda natal

Justo Herrero, desde su Covaleda natal, tiene el mérito de haber convertido en arte un oficio casi en extinción. Más de trescientas obras de metal, forjadas al rojo sobre un yunque, dan cuerpo a un museo único en la provincia, que abre y deja huella a la vez, para los que quieran seguir el camino trazado por este artista del hierro.

 

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Herrero ha roto huella -como la primera pieza que recibe al visitante en su museo- con su arte en hierro. Justo aprendió el oficio en la fragua de su padre, cuando el herrero era tan considerado en los pueblos como los médicos. Toda su vida ha sacado tiempo para realizar sus creaciones artísticas, pero la producción se ha multiplicado desde que se jubiló hace unos años. Hoy, con 79 años, tiene la satisfacción, como su familia, de haber reunido toda su creatividad en un museo que abrió sus puertas este verano y que merece una visita.
Herrero se inspira en la naturaleza que tanto le gusta, en especial Urbión. Asegura que para él, domar el hierro, darle forma y expresividad, no es duro. “El hierro es tan noble que se deja hacer lo que tu quieras”, señala. “El coger un trozo de hierro y darle vida, para mí es muy difícil. Ahí es donde está el mérito del artista”, destaca Óscar Herrero, uno de los cuatro hijos de Justo, que desvela que su progenitor guarda todos los recortes que salen del taller de forja.

Un museo con mucho valor
Siempre tiene, como el pintor Antonio López -con quien compartió exposición en Soria-, cuatro o cinco obras empezadas. Con la que más paciencia tuvo fue con el carretero, que le llevó un año. En el museo hay alrededor de trescientas piezas. Las que están en el patio son de gran tamaño. Nunca se ha puesto a pensar que valor económico podría tener su colección.
El proyecto, según recuerda Óscar, se remonta a quince años atrás. La familia siempre tuvo la ilusión de reunir toda la obra de Justo. Las obras de la nave-museo, en el polígono industrial de Covaleda, empezaron hace siete años. “No se ha creído nunca nadie lo que estábamos haciendo”, resalta ahora con la satisfacción del trabajo bien hecho, que ha servido para que el escepticismo dé paso al reconocimiento generalizado. Justo, dice su hijo Óscar, se atreve con todo, desde piezas grandes a pequeñas, con distintas técnicas de trabajo. “Se nota un poco que hay ramalazos que marcan épocas”, apunta, como las figuras de los tornillos, o la de los cuadros, inspirada en la llegada de los nietos al hogar.

 

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un museo único en la provincia

El museo no deja indiferente  a los visitantes. En el patio, grandes piezas llaman la atención nada más acceder al recinto, como el carro con los bueyes, aves y una obra dedicada a Machado y Leonor. O la última pieza, un gran águila, a la que sólo falta situar en un alto.
Los trabajos son a veces duros,  difíciles de hacer, reconoce Justo Herrero, como una cruz con el cuerpo caído de Jesús, que trata de reflejar su sufrimiento. Darle forma al hierro se consigue con fuerza física y destreza. Y con la suficiente experiencia para buscarse los medios que le permitan dar los giros al hierro. Herrero dice que es egoísta, que no le gusta que le ayude nadie cuando está metido en faena creativa.
En el recorrido por la exposición,  el visitante se encuentra un sinfín de piezas: Pastor, baile de máscaras, el chotis, cabeza local, el cagón, los colgados, sevillanas, el hombre que transportaba un faisán, yoga, sirena, el inspector, el pastor, Don Quijote y Sancho Panza... y el IVA.
La obra titulada el IVA surge de las propias vivencias de Justo, cuando tenía que alternar la fontanería con la forja para ganarse el sustento. En Soria, en Hacienda, los funcionarios le mandaban a una y otra ventanilla (fontanería y forja). Justo llegó a la conclusión que esto era ciertamente el IVA. “A todos lados te mandan, te mueven”. Así surgió esta obra creativa.
Justo Herrero tiene una obra en Soria capital.  El pastor de Villaciervos, con su típica capa y capucha, luce en la entrada de Caja Rural de Soria, El artista realizó esta gran pieza en principio para el Ayuntamiento de Soria, pero después se echó atrás.
El taller de forja artística y manual Lejuss es exclusivo en la comarca de Pinares y en buena parte de la provincia. Todos los días encienden la fragua y trabajan de manera tradicional, como lo hacían hace un siglo sus mayores.

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