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Palo a palo: Paloteo

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Las Fiestas de las Candelas y San Blas tienen en las danzas del paloteo un momento mágico, que acapara la atención de vecinos y visitantes

Como cada año, San Leonardo de Yagüe  se prepara para celebrar sus fiestas de las Candelas y San Blas, donde las danzas del paloteo son su momento más mágico.

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El 2 y 3 de febrero son fechas remarcadas en el calendario festivo de San Leonardo de Yagüe. Llegan las populares fiestas de Las Candelas y San Blas, en las que, desde hace al menos tres siglos las danzas del paloteo acaparan la atención de hijos del pueblo y visitantes. Pedro Rupérez es uno de los ocho danzantes que acaparará miradas en en el altar mayor de la iglesia parroquial de San Leonardo, cuando se marquen los pasos de las once danzas de origen celtibérico y pastoril, un cuarto de hora donde la magia y la emoción se apodera de este localidad pinariega. Ser uno de los protagonistas, dice, es “un orgullo y grande”.  Tanto como la responsabilidad, corrobora. “No habría festividad de las Candelas si no existiesen las danzas”, resalta Carmelo Rubio, quien ha recogido las costumbres de San Leonardo en un libro.

Fiestas con mucho interés
Rupérez ha interpretado las danzas en otros lugares de España. Y cuenta que Federico García Lorca llevó a un grupo de San Leonardo, para que las interpretase en el Palacio Real de Madrid, ante el mismísimo presidente de la República, Niceto Alcalá Zamora. Él estuvo en 2008 en la Expo de Zaragoza, pero las danzas tienen un largo expediente del interés suscitado en otras tierras. Las danzas, que estuvieron perdidas desde 1909 a 1927, son desde hace muchos años un signo de identidad que traspasa fronteras. El etnógrafo Joaquín Diaz destacó en su día la veneración y respeto por la tradición que sienten por ellas sus conservadores.
A Rupérez, que seguirá danzando mientras pueda, le gustaría que las danzas consiguiesen el reconocimiento de interés turístico regional, un trámite que la corporación sanleonardina ha intentado en dos ocasiones y en cuya candidatura seguirá insistiendo, según confirma su alcalde Jesús Elvira. “Las fiestas tienen razones para conseguirlo”, resume.  En Soria, hay diez fiestas de interés turístico regional, la última de ellas la Semana Santa de Soria, que lo consiguió en 2008.  El año pasado, la Consejería de Cultura y Turismo concedió cuatro declaraciones: la noche mágica de Balboa (León), la concentración de moteros “los pingüinos” y la Vaca Enmaromada de Palazuelo de Vedija, en Valladolid, y la romería de los Viriatos, en Fariza (Zamora).  Estas manifestaciones han experimentado un extraordinario auge en los últimos años en la región. La espectacularidad, el colorido y el propio escenario de estas fiestas logran cada año rebasar el número de visitantes, lo que refleja la buena salud de una parte de la cultura tradicional de Castilla y León. Con ellas quiere estar, por derecho propio, el paloteo de San Leonardo de Yagüe.

 

compromiso con la tradición

LOS HIJOS DE SAN LEONARDO han demostrado su firme compromiso con la tradición de las danzas del paloteo. Las han mantenido frente a tantas prohibiciones eclesiásticas y civiles como ha habido en la historia en los últimos siglos, entre ellas, la más severa, la de Carlos III, en el siglo XVIII, que prohibió bailar en el interior de los templos.

TERMINADA LA MISA se inician las danzas. Los danzantes y bobos, entran de nuevo en la iglesia sin capa y acompañados de dulzainero y tamborilero. En número de ocho, los danzantes se colocan en dos filas de cuatro, cara a cara. Los de las esquinas, se llaman “guías”  y los del centro, “llaves”.

CON UN SILENCIO QUE IMPRESIONA, las danzas comienzan. Al son de la música,  la danza evoluciona. Los danzantes cambian de posición, se entrelazan, se agachan. Palo a palo: paloteo. Palo y tapadera: resonancia. Palo y castañuela: chasca. Danzas mágicas y milenarias. Guerreras y cristianas. Giros y ataques. Huidas y acosos. La música de cada danza se repite cuatro veces.

LAS DANZAS SE DIFERENCIAN entre sí no sólo por el ritmo y los pasos sino por los diferentes objetos que utilizan. La primera danza se baila llevando palo, de acebo, en la mano derecha y castañuela en la izquierda. De la segunda a la octava, dos palos, uno en cada mano. Palo y cobertera, en las tres últimas.
 

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