La plaza de la discordia
La remodelación de la Plaza Mayor de Almazán, llamada a ser punto de encuentro, divide a los vecinos
Motivos para ¿creer?
Comedia humana
La plaza Mayor de Almazán, llamada a ser punto de encuentro como en otras localidades españolas, se ha convertido en auténtico punto de discordia entre los vecinos, después de la remodelación en la que el Ministerio de Fomento ha invertido dos millones y medio de euros. Los daños producidos por la traca de las fiestas de la Bajada de Jesús es el último episodio de la polémica, donde, contra gustos, sí hay dispusta.
Ladrillos rotos por la tradicional traca de las fiestas, colectores que producen ahora olores, asientos incómodos para los mayores, pocas sombras, zonas de tráfico estrechísimas... Son algunos de los desperfectos o defectos que algunos adnamantinos ven en su remodelada plaza Mayor, que está de boca en boca en los comentarios. A un 95 por ciento de los vecinos, la plaza no le gusta, asegura el alcalde adnamantino José Antonio de Miguel (Ppso). No es de la misma opinión el ex-alcalde Ángel Núñez (PSOE), que entiende que la plaza ha mejorado en uso y en atractivo turístico. Así lo corroboran también los turistas que expresan en la Oficina de Turismo su sorpresa y admiración por la grandiosidad de este entorno urbano.
Como antes
Pero el sentir popular mayoritario entre el vecindario es que la plaza Mayor estaba mejor antes. Los cambios, ciertamente, a veces provocan automáticos rechazos. Han hecho una simbiosis entre lo clásico y lo moderno que no ha sido afortunada para la plaza, acusa De Miguel. Puede gustar más o menos -reconoce Núñez- pero es una apuesta de futuro. Defiende que hay zonas de estancia, los mismos árboles que antes -aunque en otras ubicaciones- y se ha eliminado el tráfico rodado.
Muchos defectos
De Miguel apunta que habrá que estar a la expectativa para comprobar como el suelo resiste el duro invierno. Si no aguanta la traca de Almazán, no sirve, resume. La plaza, censura, no cumple además la ley de accesibilidad, según corrobora un informe. Antes, la parte trasera de la Casa Consistorial si era accesible, pero ahora han colocado escaleras entre las dos zonas con ramplas.
Núñez le pide más diálogo con los redactores del proyecto para solucionar los posibles desperfectos. No se puede intentar destruir la mayor obra de Almazán en los últimos años, se defiende.
sol y sombra
LA REMODELACIÓN de la plaza Mayor de Almazán ha supuesto un cambio de fisonomía de su principal entorno urbano. El proyecto diseñado por la empresa madrileña Ayr Arquitectura y Recursos S.L. ha unido los dos espacios muy diferentes que, hasta la remodelación, han presidido durante medio siglo este entorno urbano adnamantino. El proyecto planteado por Martínez de Pisón en 1957 ordenaba el recinto de la plaza mediante una fuente central, frente a la Casa Consistorial, con estanque rectangular y lados menores curvados. El pavimento dibujaba una meseta en torno a la fontana, manteniendo el paseo perimetral y dibujando diseños radiales en losas de pizarra azules. La nueva plaza, según el proyecto ganador, consolida la configuración original del cuadrilongo y recupera espacios propios como la rinconada, además de reducir el área destinada a vehículos y aumentar el espacio público para el viandante y reconquistar el protagonismo histórico del palacio de los Hurtado de Mendoza y la iglesia de San Miguel que habían perdido con el paso de los años, según Fomento. la remodelación se ha completado con la creación de una nueva escalera que conecta la plaza Mayor con la ronda del Duero y dos nuevos miradores, en el Postigo de San Miguel y sobre el Duero. La elección de la madera como material principal y el uso de una estructura volada que reduce al máximo el contacto con las edificaciones existentes ha permitido una integración respetuosa, según Fomento.
