En el corazón del Duero
Los hermanos Benito Olmos hacen realidad su sueño de ser bodegueros de la Denominación de Origen Ribera del Duero
Los hermanos Benito Olmos, de ascendencia soriana, cumplen su sueño en el corazón de la ribera del Duero: elaborar sus propios vinos, reconocidos en la última edición del concurso Bacchus 2012.
Lo bonito del vino es que cada añada es diferente, dice Eduardo (enólogo), que junto a sus hermanos Abel (comercial) y César (viticultura) han transformado lo que era un sueño hace pocos años en una realidad que no sólo da preocupaciones sino también satisfacciones.
Su afición por el vino les llevó a crear uno propio. Su primera intención fue hacerlo en Soria, pero no hubo manera de encontrar hectáreas en la ribera del Duero. Luego visitaron zonas de Burgos y Valladolid. Y encontraron la mano tendida de Servilio, con bodega en Pesquera de Duero (Valladolid), que todos los años acude a la feria del vino de San Esteban de Gormaz. Adquirieron unos viñedos en Fompedraza, su localidad natal y el punto más parecido, por su altitud, a la ribera del Duero soriana. Y en Fuentespina se hicieron con otros viñedos, con los que elaboran Nobleza Soriana.
Muchas horas y batallas
Un lujo a su alcance
Historias sumergidas
La afición por la cultura del vino está alimentada por muchas horas y “batallas”, recuerda Eduardo, que lleva desde su adolescencia tocando viñas. De familia le viene. Su padre y sus abuelos paterno y materno -tiene orígenes en un pueblo de la zona de Bayubas de Abajo- crecieron entre viñedos. “Como no te guste es mejor no estar”, avisa. El vino necesita dedicación. Horas y horas. En la vendimia, las jornadas son interminables. Después, en la bodega siempre hay trabajo. El vino hay que moverlo todos los días. “Te ocupa tanto tiempo como un hijo”, resalta.
Satisfacción especial
Probar tu propio vino, coinciden todos los hermanos Benito Olmos, es una sensación y satisfacción especial. Compensa horas de dedicación y viajes en busca de clientes y mercados. Para lanzarse a elaborar un vino, hace falta inversión. Su suerte ha sido encontrar a Servilio, señala Eduardo, que les ha cedido parte de su bodega. Máquinas, barricas, viñedos, mano de obra... Todo suma en la inversión.
Los vinos de los hermanos Benito Olmos están en el mercado desde 2006 y se van abriendo camino. Sus promotores siguen alimentando su pasión y ya piensan en elaborar un vino rosado. Y también blancos y verdejos. Lo dice un proverbio latino: la verdad está... en el vino.
Nobleza soriana, reconocida con el BacChus de Oro
BACCHUS, LA GRAN CITA española con el mundo del vino, en la que participaron un millar de vinos y un centenar de los más prestigiosos catadores, reconoció en su décima edición con su mayor galardón -bacchus de oro- al vino Nobleza Soriana Crianza 2007, que lleva el caballo numantino como seña de identidad en su etiqueta.
EL VINO SE ELABORA en las bodegas Servilio Arranz, en Pesquera de Duero, cerca de Peñafiel, en el corazón de la Ribera del Duero. De la misma bodega han salido otros dos vinos premiados: Servilio crianza 2007 (Bacchus de oro) y Los Estares crianza 2009 (Bacchus de plata).
ESTE MISMO CERTAMEN ENOLÓGICO premió a la bodega soriana, Bodegas y Viñedos Aceña, enclavada San Esteban de Gormaz, que logró el reconocimiento de dos Bacchus de plata para sus vinos Terraesteban crianza 2009 y Terraesteban roble 2010.
LA CONCESIÓN DE UN PREMIO, según resalta Benito, facilita la apertura de fronteras, pero menos que hace unos años. “Antes te daban un premio como el que hemos conseguido nosotros, y al día siguiente tenía la bodega vacía”, resalta.
LOS HERMANOS BENITO exportan la mitad de la producción de sus caldos, con China como principal destino. También envían sus vinos a Finlandia y Alemania y están abriendo mercado en Estados Unidos, Ecuador y Bélgica.
EN LA VENDIMIA de este otoño han recogido 60.000 kilogramos de uva, frente a las 100.000 del año pasado. “La uva ha entrado con muchísima calidad”, apunta. Con ella embotellarán tres marcas y elaborarán robles, rosados, crianzas y vendimia.
