Las claves de un embutido en buenas condiciones
Los consumidores sólo tienen disponibles sus sentidos para distinguir cuando un embutido está en perfectas condiciones. Pero ¿cuales pueden ser las características anómalas en los embutidos?. Embutidos La Hoguera, de San Pedro Manrique, le da las claves.
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Enranciamiento: se observa en embutidos secos. Al cortarlo la grasa no es blanca sino de color amarillenta, es más fluida, y el olor es rancio. Esto puede darse por envejecimiento del producto.
Aparición de capa pegajosa: suele observarse en la superficie de embutidos frescos. Es por el desarrollo de hongos.
Aparición de mohos: estos son de color verde azulado, son aterciopelados y se encuentran en la superficie del producto. Se observa en embutidos que se encuentran estacionados por mucho tiempo.
Observación de la tripa: ésta debe ser transparente, debe estar sana y sin evidencia de aire.
Putrefacción: se altera el color y el olor. El color depende del producto, va de un gris a un verde. Y el olor es muy desagradable.
Color intenso: en general se debe al agregado de productos químicos (aditivos de uso alimentario) que se utilizan para intensificar el color. En ocasiones se colocan en exceso. Esto puede ser verificado en el laboratorio. Son normales los colores entre crema ligeramente amarronado y rosado pálido. Un color marrón intenso muestra que la superficie se ha secado, es decir que se ha expuesto durante un tiempo excesivo al aire o a altas temperaturas. Lo que pasa frecuentemente en carnicerías, donde la carne permanece colgada, sin frío y por mucho tiempo.